Ingresá

¿Cómo sobrevive al coronavirus el último Blockbuster del mundo?

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

La materialización de la nostalgia subsiste los embates de la covid-19. Las películas más alquiladas, el porqué de su perseverancia y el futuro del último videoclub. Habla Sandi Harding, su gerente general.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

“Nos está yendo todo lo bien que se puede en estos tiempos locos”. La frase —llena de resignación— podría estar saliendo de la boca de cualquier comerciante o emprendedor que ande en el rebusque en épocas de pandemia. El peligro del virus mortal sigue ahí, y mientras tanto la economía mundial está en recesión. Pero en Bend, Oregón, el último Blockbuster del planeta resiste estoico los embates de la tecnología y ahora, también, el coronavirus.

En los 90, Blockbuster fue uno de los grandes jugadores de la industria audiovisual. Durante los 2000, convivió con la piratería, la venta de DVD por otros canales, la avanzada de los servicios on demand y la aparición de nuevas formas de consumo digital, como el alquiler por correo de Netflix. Finalmente, en 2010, la cadena de videoclubes se declaró en bancarrota. Ese mismo año, el número de locales se redujo a 300. Y hoy, a esta altura de 2020, sólo queda uno, en la costa noroeste de Estados Unidos. En boca de su gerente: “Estos años siendo el último local han sido una aventura loca y divertida”.

Durante algunas semanas, el último Blockbuster cerró sus puertas al público. “Estábamos diseñando un plan para que fuera seguro para todos”, dice Sandi Harding, su gerente general. Actualmente, permanece abierto de 11.00 a 18.00 y sólo se permite la entrada de diez personas al mismo tiempo. “Tuvimos que poner marcas y flechas en todo el local para promover la distancia social de dos metros. Además de todo eso, usamos máscaras, guantes, y desinfectamos las películas seguido”, sigue.

Curiosamente, sus empleados advierten que el clima (los inviernos en Oregón son muy fríos y nublados) no les mueve el amperímetro. “Ya sea con frío o calor, la gente ama ver películas”, Harding dixit. Entre las copias más rentadas durante el confinamiento están Epidemia, de Wolfgang Petersen, y Contagio, de Steven Soderbergh, dos historias vinculadas a pandemias. “La gente está alquilando las cosas que no están ni en Netflix ni en Hulu”, acota Sandi. Y continúa: “Tenemos gente viniendo todos los días y alquilando películas. Y ahora por primera vez estamos ofreciendo retirar las películas en la acera”.

Con el avance de las plataformas de streaming y los cambios de paradigma de consumo, ¿basta con la fetichización de los formatos VHS, DVD y Blu-ray para su subsistencia? En ese sentido, el último Blockbuster del mundo sobrevive en su excepcionalidad: pesa más su carácter de mito que cualquier otra noción. Actualmente, ganó un costado luminoso como destino turístico. Por eso, aprovechan esta característica para comercializar merchandising producido localmente.

“La cantidad de amor y apoyo que recibimos de nuestros clientes y fans alrededor del mundo es increíble”, señala Harding. Así las cosas, el último Blockbuster (ellos se llaman a sí mismos The Last Blockbuster, y así lo defienden en sus mercancías, muy pop, que incluyen remeras, pósteres enmarcados e imanes) se yergue como el solitario ladrillo en pie de un tiempo pasado que se resiste a derrumbarse.

Por estos días, para tratar de sobrellevar la difícil situación que atraviesan, pusieron sus esfuerzos en difundir y aumentar sus ventas en línea. Y, gracias a un buen caudal de suscriptores, lo lograron. “Diría que tenemos entre 4.000 y 5.000 miembros activos. Es realmente muy difícil calcular cuántos son, porque hay mucha gente que viaja a Bend y alquila películas por el fin de semana”, explica a propósito del movimiento de sus miembros regulares.

Todos los días reciben visitantes de fuera de su ciudad y, según asegura Harding, han sido increíblemente respetuosos con su situación. De su boca: “Respetan la distancia social, y también nos ayudan a mantenernos seguros mientras disfrutan la experiencia de conocer nuestro local”. Aunque, como sucedió en la mayoría de los comercios, su realidad económica se vio fuertemente modificada: “Estamos trabajando con alrededor de 50% de lo que usualmente trabajamos en una semana”, comenta.

¿Cómo piensan que será el futuro del último Blockbuster?

Vamos a estar bien por un tiempo. Los dueños nos han mantenido a todos, unos 16 empleados, y eso ha sido genial. Sin embargo, no creo que esto se pueda sostener por mucho más.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesó este artículo?
Suscribite y recibí en tu email la newsletter de Lento, periodismo narrativo y ficción de la diaria.
Suscribite
¿Te interesó este artículo?
Recibí en tu email la newsletter de Lento, periodismo narrativo y ficción de la diaria.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura