Las palabras de Judith Sutz, entrevistada en este número, son, entre otras cosas, un recorrido por la historia reciente de Uruguay. En muchos tramos del diálogo, su visión del exilio, su carrera académica y su trayectoria política retratan a la vez una peripecia individual y el destino compartido por un grupo de estudiantes que se acercaron a la militancia hacia finales de la década de 1960 y retornaron al país tras la restauración democrática.
Puede ser interesante cruzar el relato de Sutz con otras narrativas de la Universidad de la República en esos años. Por ejemplo, el último trabajo de la historiadora Vania Markarian, Universidad, revolución y dólares, documenta procesos internos de los colectivos a los que perteneció Sutz y los sitúa en el marco de la política universitaria (y de la política uruguaya) de la época.
La entrevista con Sutz aborda también temas actuales. Uno de ellos es la preocupación por no desaprovechar todo lo que la pandemia enseñó sobre la importancia de desarrollar investigación local. Allí, Sutz propone que la misma urgencia que era evidente en el combate al coronavirus se podría adjudicar, razonablemente, a diversas manifestaciones de la desigualdad.
Una de esas manifestaciones es la de la alimentación. Desde que se desató la emergencia social, en marzo de 2020, las comidas en la escuela pública cobraron una importancia extra. La investigación de Guillermo Garat habla sobre lo que a todas luces son inconsistencias del sistema de alimentación escolar, parte de un problema más grande que bien podría ser atacado con recursos similares a los que se emplearon para elaborar una estrategia contra la covid-19.
Hasta el mes que viene.