Tarde o temprano, la realidad termina imponiéndose a la propaganda, dice Claudio Invernizzi en nuestra entrevista de tapa. Tal vez sea más común escuchar hablar de contradicciones entre teoría y práctica, o de inconsistencias entre proyecciones y realizaciones, que recibir este tipo de admisión de parte de alguien que —entre otras muchas cosas, como pueden leer— se ha dedicado a la publicidad.
Ciertamente, hay un límite para sostener un relato incongruente con la experiencia de la mayoría, pero la clave, como ilustra muy claramente Invernizzi, está en la capacidad de mantener en el tiempo esa narración propagandística. Ejemplos de lo que ocurre cuando hay recursos casi ilimitados para sostener un relato de ese tipo se muestra en el documental HyperNormalisation (realizado para la BBC y disponible en YouTube). En él, Adam Curtis rastrea la escalada de falsedades que el gobierno estadounidense debe montar para justificar su política exterior en Medio Oriente, y también llega a registrar cómo algunos de esos relatos estallaron de manera dolorosa (la película es de 2016, así que quedan fuera otros tipos de desinformación que surgieron o se liquidaron en la “era Trump”).
Aunque también da ejemplos históricos, nuestro entrevistado alude al presente uruguayo, en el que desde hace años hay una pugna, actualizada diariamente, por imponer un relato acerca de lo ocurrido en el ciclo progresista que culminó en 2020.
Muchos publicistas suelen mantener una distancia prudencial del objeto de sus creaciones. Por eso, llama la atención en el diagnóstico de Invernizzi, dado su rol protagónico en campañas publicitarias no limitadas a la política, la creencia en la idea de una verdad subyacente a los relatos propagandísticos. Desde hace años, es también nuestro deseo contribuir, desde estas páginas, a la aproximación colectiva a esa posibilidad de verdad.
Feliz 2022.