Desde que existen las ciudades, los seres humanos hemos interactuado con sus muros, utilizándolos como soportes de expresión, medios de comunicación, lienzos que sostienen la rabia, la propaganda, la opinión y las expresiones artísticas. Los muros son testigos del paso del tiempo, observan y se hacen parte del dinamismo de las ciudades modernas, en constante cambio. Las capas sobre capas que se van anidando en ellos, así como las distintas materialidades que coexisten, fisuradas, resquebrajadas, desgarradas por el tiempo y sus inclemencias, funcionan también como metáforas de las relaciones que establecemos con nuestro entorno.
Las murografías de este trabajo dan cuenta de un momento histórico en nuestro país, nos hablan del despertar de un pueblo que se encontraba sumido en un letargo de más de 30 años, a la espera de una alegría que nunca llegó. El 18 de octubre de 2019 “Chile despertó” y salió a las calles a apropiarse de una ciudad neoliberal que ardía. Los muros, una vez más, fueron testigos privilegiados de este proceso de cambio, y se transformaron en el lienzo que acumulaba y purgaba todo este descontento social.
Estos registros fueron realizados en distintas ciudades de Chile durante el estallido social, entre octubre de 2019 y marzo de 2020.