Personas de todas las edades víctimas de ACV o siniestros de tránsito, otras que nacieron sin la posibilidad de caminar, adultos mayores con dificultades motrices o intelectuales… La lista de usuarios de las playas accesibles de Maldonado es extensa. Tanto, que cada día hay un promedio de 250 bañistas en los tres puntos habilitados de la costa departamental, relata la directora de Políticas Inclusivas de la Intendencia de Maldonado, Eliana González, a la diaria.
Asegura que, algunos días, son más de 250. Y es que el servicio nació pensado para una cantidad de organizaciones no gubernamentales, residenciales de adultos mayores y centros de atención a personas con discapacidad de todos los municipios del departamento. De hecho, en estos casos los traslados a la playa son gratuitos y coordinados entre la dirección y los gobiernos locales.
Después, el servicio se amplió al turismo. “Hay una gran cantidad personas que antes de comenzar el verano llaman a la dirección” desde otros departamentos –González menciona Treinta y Tres, Cerro Largo y Florida como ejemplo–, e incluso turistas extranjeros –algún suizo, los argentinos de siempre–, que se comunican antes de llegar para preguntar dónde y cuándo estarán habilitadas las playas accesibles.
“Porque no es lo mismo bajada accesible que playa accesible”, remarca la directora. La diferencia radica en que este último programa no sólo incluye infraestructura para facilitar el acceso a la arena, sino que cuenta con una buena cantidad de personal para ayudarlos a llegar al agua y moverse con seguridad y confianza. “Un trabajo multidisciplinario, con un equipo que va ganando experiencia de verano en verano y que tratamos de mantener y de ampliar”, acota González.
Intendencias costeras unidas
A nivel internacional –e incluso nacional, a través de la Facultad de Arquitectura– existen algunas guías con requisitos para el diseño o la adecuación de las playas “universalmente accesibles”. Sin embargo, según González, cada intendencia costera diseña su programa de acuerdo a su presupuesto y las características de los usuarios y sus playas.
En tanto presidenta de la primera Comisión de Discapacidad que funciona en el Congreso de Intendentes, la directora de Maldonado afirma que trabajar por los derechos de las personas con discapacidad y otorgarles herramientas para que disfruten de la playa es “una preocupación de todas las comunas, sin distinción de bandera política”. Por eso, dice que la intención es continuar “trabajando unidos e intercambiar experiencias” para que cada año mejoren los servicios.
Por lo pronto, como gobierno departamental con recursos presupuestales y turismo mucho más fuerte que otros, Maldonado destina 4.5 millones de pesos por verano para sostener el programa.
Los espacios cuentan con estacionamiento y baños accesibles, pasarela y una alfombra para desplazarse con seguridad por la arena. Además, disponen de sillas anfibias y baranda dentro del agua. Esto es complementado por un acompañamiento a cargo de 12 profesores de educación física, nueve estudiantes y siete auxiliares.
En qué lugar y hasta cuándo
El servicio de playas accesibles de Maldonado estará oficialmente habilitado entre el 2 de enero y el 29 de febrero de 2024, todos los días en tres puntos de la costa. En la parada 8 de la Playa Mansa, de Punta del Este, de 7.00 a 20.00; en La Rinconada, de Piriápolis, de 8.00 a 20.00, y en balneario Solís de 9.00 a 12.00 y de 15.30 a 19.30.
Según González, es altamente probable que la playa de la parada 8 extienda su servicio, dada la gran cantidad de usuarios que presenta hasta pasada la semana de turismo. Pero todo será cuestión de evaluar. Entretanto, invitó a familias y organizaciones a comunicarse con la dirección o los municipios para saber más sobre el servicio.
“Para nosotros es todo un desafío. Muchas personas no se animaban a entrar al agua y hoy la disfrutan; hay personas mayores que entran al agua por primera vez, personas que conocen el mar por primera vez”, dice.
Ver a adultos mayores moverse con autonomía, gracias a las barras instaladas dentro del agua, es de las cosas que más la conmueven. Por no hablar de la alegría de los familiares que los ven disfrutar.