La canción “Pa´los Treinta y Tres”, del folclorista olimareño Eustaquio Sosa, sorprende a la gente que espera a Yamandú Orsi en media cuadra de la calle principal del barrio Maldonado Nuevo. Transcurre completa, después del himno nacional por la fecha patria, mientras el precandidato presidencial del Frente Amplio (FA) escucha inmóvil, a un costado del escenario, manos entrelazadas al frente y mirada fija en el asfalto. Concentra.
Orsi viene de una rueda de prensa y, antes, de una reunión con vecinos de Punta Ballena preocupados por el futuro de la zona ante los embates del desarrollo inmobiliario no sostenible. Entretanto, un puñado de agrupaciones instalaron puestos de comida y utilería de campaña, y una banda tropical nacida en San Carlos agitó la previa movida de banderas y pancartas.
El profesor de Historia sube solo tras los últimos acordes, se planta micrófono en mano en medio del estrado, y se embarca en un lírico repaso de la gesta de la Agraciada. “Disculpen esta digresión que atribuyo a mi profesión”, dice, aunque el discurso viene cuidadosamente hilvanado. Elige subrayar que “cuando la adversidad es la que reina, lo mejor es buscar la unidad”, que “lo más importante fue el compromiso de libertad o muerte” y la “habilidad de este lado para conseguir los apoyos de los vecinos y tener buena relación con uno cuando el otro se encocoraba”.
De la radicalización
Acaso es una metáfora de la interna del FA polarizada que, con la renuncia de Mario Bergara a su precandidatura por el ala moderada (Convocatoria Seregnista-Progresistas), desde las huestes del oficialismo observan también “radicalizada”. Pero, para Orsi, hablar de polarización es no entender “el valor de la unidad en la diversidad que caracteriza al Frente Amplio” desde su fundación. Y la radicalización es tal si se trata de luchar contra la desigualdad, la injusticia, la falta de transparencia en el gobierno y la pobreza.
“En eso tenemos que ser radicales. No nos puede temblar la mano a la hora de resolver esos problemas”, contrataca. “Y más, si un ministro de Educación y Cultura te dice que con la educación hizo una revolución… ah… revolucionario”, agrega con grandilocuencia. Algunos saben que se refiere a las declaraciones de Pablo da Silveira en una entrevista con Búsqueda y ríen a carcajadas.
El momento jocoso de la noche abre paso a la comparación de gestiones. El Plan Ceibal, el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), el Hospital de Ojos, el tendido de fibra óptica, la construcción del Antel Arena, la patente única, el apoyo a la descentralización universitaria y la instalación de la UTEC, la transformación de la matriz energética, los aumentos de las jubilaciones y el salario mínimo en los gobiernos del FA, versus “el aumento de la desigualdad, la educación conducida sin docentes a la cabeza, el recorte presupuestal en todos los rubros, las jubilaciones mínimas que no crecen, y el empecinamiento con el atraso cambiario” en el actual gobierno de coalición, borbotea Orsi.
De propuestas y soluciones
Después, algunas propuestas para un gobierno que ganaría en noviembre si supera a Carolina Cosse en junio. Generar una segunda fase de transformación del SNIS, reglamentar la ley de riego, invertir en una red ferroviaria hasta la frontera con Brasil, incorporar genética, biotecnología y otras ciencias al servicio de un desarrollo distribuido en todo el territorio nacional. Fortalecer la descentralización universitaria en el interior del país y llegar a “un nuevo pacto educativo” con el regreso de los consejos docentes y compromisos interinstitucionales.
No falta un capítulo para la seguridad, justo en un barrio donde los delitos violentos motivaron una intervención del Ministerio del Interior semanas atrás, aunque a esta hora de la noche las calles están en paz: el helicóptero dejó de pasar para el inicio del acto y la Policía se llevó las patrullas a varios kilómetros, en la ruta 39, para apoyar a los inspectores municipales en la detención de conductores de motos que van de Maldonado a San Carlos.
“La gente no puede seguir con miedo”, dice el precandidato, y habla de crear el Ministerio de Justicia que propone el FA en su programa o “tal vez no un ministerio” pero algo parecido; de combatir el narcotráfico “desde las bocas barriales a los contenedores que salen a Europa”, de trabajar en inteligencia e invertir en tecnología al servicio de esa causa. No de “soluciones mágicas”, como los allanamientos nocturnos o la “brigada con italianos” para combatir el crimen organizado que propone el precandidato oficialista Álvaro Delgado. “Es como si no estuvieran en el gobierno, hay que tener seriedad y madurez, no banalizar el tema”, fustiga Orsi, y se gana otra vuelta de aplausos.
Para la barra
Hacia el final, el mensaje a la militancia de un Frente Amplio de Maldonado que no logra definir su estrategia de campaña, porque unos quieren lanzar ahora sus precandidatos a la IDM y otros dicen que no es momento de gastar energía en escarceos con los precandidatos del poderoso intendente blanco Enrique Antía. Orsi les dice lo previsible, lo que dice desde hace meses: que el FA tiene que ser la primera fuerza en las internas porque eso hará más fácil el triunfo en octubre, que ya vendrá el momento de las candidaturas al gobierno departamental y los municipios. Que salgan a “ampliar la base” y “a votar bien en junio”.
Desde la canción de Eustaquio Sosa ha pasado media hora y el precandidato elige ir cerrando, con un repaso y un reconocimiento a algunas figuras que hicieron unos cuantos kilómetros para estar entre el público. El empresario Javier Gandolfo, Alberto Scavarelli y el relator deportivo Máximo Goñi de La Patriada, José Bayardi y Edgardo Ortuño (Vertiente Artiguista), Daniel Martínez (No Te Rindas), Christian Di Candia (Magnolia), Alejandro Zavala (Ir) y el diputado Felipe Carballo (Compromiso 711).
“Una barra maravillosa que se irá ensanchando porque después de junio estaremos juntos como corresponde, porque hoy estamos haciendo trabajo por separado y generando propuestas, también como corresponde”, machaca Orsi. Ordenado, vuelve al principio de tintes patrios, al 19 de abril de 1825 como “una prueba más de que, desde la unidad, salen cosas buenas”, a los colores de la bandera artiguista y los colores de la fuerza política. “Somos antes que nada artiguistas. La fuerza que representa a la libertad”, remata.
El público no se dispersa, porque se viene el estreno del jingle de campaña. “En formato karaoke, para que todos puedan cantarlo”, aclara uno de los productores. “Ya se siente, ya se siente, es momento de estar con la gente. Ya se siente, Yamandú presidente”. “Elijo cambiar, cinco años de lo mismo yo no elijo más”, corean frente a la pantalla y bajo las cámaras.