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Parada de ómnibus en Maldonado.

Foto: Virginia Martínez Díaz

Movilidad en Maldonado: 45% de la población del área metropolitana usaría transporte público si mejorara su calidad, según Nómade

6 minutos de lectura
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Un informe del Cinve recoge esa investigación y marca la necesidad de “un rol más activo” de la intendencia para definir lineamientos estratégicos y aumentar sus capacidades regulatorias en un proceso de modernización.

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Dos informes sobre la movilidad en el área metropolitana de Maldonado –uno elaborado por el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) y otro desarrollado por la consultora Nómade– están a consideración de la Comisión Multipartidaria de Movilidad, creada en el marco del diálogo convocado por el intendente Miguel Abella. Ambos informes contribuyen a explicar por qué “la venta de boletos cayó un 5% en 2024” con respecto a la prepandemia y por qué “el aumento de la población departamental no pudo ser captado por el sistema de transporte público”.

La investigación del Cinve ofrece un diagnóstico actualizado de los servicios prestados en los ejes San Carlos-Maldonado-Punta del Este, La Capuera-Maldonado-Punta del Este y Punta del Este-La Barra-Balneario Buenos Aires, y aporta propuestas con “lineamientos estratégicos para una transformación gradual e integral de los servicios de transporte público regulados por la Intendencia de Maldonado (IDM)”. La encuesta de Nómade expone la percepción de los usuarios, a través de encuestas o en grupos focalizados, y evidencia por dónde pasa el descontento.

El precio del boleto, los tiempos de espera (frecuencia) y la cobertura del servicio constituyen los mayores “problemas” del sistema mencionados por los usuarios encuestados por Nómade en enero y mayo de este año. Esa percepción se confirma en el informe “Bases para la modernización del sistema del transporte público en el área metropolitana de Maldonado”, elaborado por el Cinve en el marco de un convenio de cooperación suscrito con la IDM.

Más gente y menos boletos

La demanda anual de servicios de transporte público en el departamento alcanza, aproximadamente, los 8 millones de boletos vendidos. No obstante, entre 2018 y 2024 la demanda cayó un 5%, sin lograr aún la recuperación de los niveles prepandemia, señala el Cinve. En 2024 la demanda estuvo “sólo 5% por debajo” del período previo a la pandemia, a razón de 700.000 boletos mensuales.

Es un dato a valorar, considerando que las localidades estudiadas contaban ese año con una población superior a la 2018. Esto, “seguramente, indica una caída en la participación relativa aún mayor de los viajes de transporte público en el total de los desplazamientos realizados por las personas”, indica el informe.

La investigación también revela que las tarifas son “elevadas para las distancias recorridas”, que hay “un bajo porcentaje de trasbordos” y una “utilización incompleta de la red”, por lo cual las personas tienden a resolver su desplazamiento con otros modos de transporte.

Tiempo muerto en las paradas

El Cinve detectó varios aspectos que redundan en “una baja calidad percibida” del sistema. El principal está definido por las bajas frecuencias. “Los cortes de servicios durante el día, y la baja cantidad de horas en que algunas líneas brindan sus servicios, hacen que las personas directamente no tengan posibilidad de planificar sus desplazamientos a través del transporte público”, señala.

Esto no ocurre sólo en horarios nocturnos. El problema se extiende a los servicios diurnos (sobre todo en baja temporada) y a los fines de semana. “Con respecto a estos últimos, la situación se agrava más, en la medida en que se detectaron frecuentes incumplimientos de los servicios durante los sábados y domingos”, incluso durante la temporada estival.

La falta de servicios redunda en que los tiempos de espera, ya elevados dada las bajas frecuencias, sean aún mayores y generen “incertidumbre” en los usuarios. Según el relevamiento de Nómade, “esto tiene una consecuencia directa en el acceso a las fuentes laborales y a los centros de estudio”, donde hay requisitos estrictos de horario de llegada. Además, las extensas esperas en los refugios generan inseguridad en los horarios nocturnos.

“En los mejores escenarios”, las personas resuelven sus desplazamientos con Uber, un taxi o recurriendo al car-pooling entre compañeros de trabajo. A su vez, las bajas frecuencias provocan que, en horarios pico, los grados de ocupación de las unidades sean muy elevados, “llevando incluso a dejar pasajeros en las paradas por no tener las unidades capacidad de subirlos”.

Deficiencias de cobertura geográfica y horaria

Confirma el Cinve que, en los meses de temporada alta, existen líneas que dejan de circular totalmente, mientras que en meses de temporada baja dejan de circular durante los fines de semana. Por esta causa, “ciertas localidades, como La Capuera o algunas zonas de la ciudad de Maldonado, directamente, quedan sin servicios”. Por otra parte, en algunas localidades o barrios el acceso a una parada implica recorrer distancias que superan el kilómetro: hay quienes caminan hasta tres kilómetros.

A su vez, los usuarios encuestados por Nómade plantearon la necesidad de poder realizar trasbordos en cualquier parada. “Según lo que expresan, esto no es posible. Las personas mayores incurren en costos monetarios (dado que deben combinar con líneas de otras empresas) y extender tiempos de viaje, dada la baja cobertura horaria del sistema”, resume el informe. Añade que “los problemas de baja cobertura en determinadas zonas son tan importantes que afectan la accesibilidad a fuentes de trabajo y estudio”.

“Si se decide otorgar prioridad al transporte público” y “si se pretende aumentar la demanda por este tipo de servicios, es primordial introducir innovaciones importantes que contribuyan a impactar en los precios, la frecuencia y la cobertura geográfica del sistema”, dice el informe. Advierte que, de lo contrario, el transporte público seguirá ofreciendo, únicamente, soluciones a usuarios netamente cautivos que, ante la primera oportunidad de cambio modal, migrarán hacia modos de movilidad individuales.

Por lo menos un 45% volvería a trasladarse en ómnibus

A pesar de este escenario, hay esperanzas de avanzar hacia una movilidad sostenible. El 45% de las personas encuestadas por Nómade opinan que “seguramente” usarían el transporte público si mejorara su calidad. Si a estas opiniones se suman las de quienes consideran que “probablemente sí” utilizarían el sistema, se alcanzaría una cifra cercana al 80%, destaca el informe.

“Las posibilidades de captar nueva demanda dependen, crucialmente, de la incorporación de transformaciones de envergadura en el actual diseño del sistema, de la mejora de las capacidades regulatorias de la IDM y de la elevación de los estándares de calidad de los servicios, contemplando la totalidad de los atributos que determinan las preferencias de los usuarios por este modo de transporte”, remarca.

En ese sentido, plantea que Maldonado debe “mirar con atención” el proceso que viene desarrollándose en el área metropolitana de Montevideo, donde se manejan opciones de proyectos transformadores de la movilidad que contarían con los recursos del gobierno nacional.

Se requiere “un rol más activo” de la IDM

El proceso de modernización requiere que el gobierno departamental asuma “un papel más activo, definiendo los lineamientos estratégicos del servicio en sus aspectos más relevantes”, en tanto las empresas operadoras deben ser las responsables de la prestación de los servicios, a partir de los lineamientos y las políticas propuestas desde la administración.

“Esta redefinición de responsabilidades y atribuciones sólo puede ocurrir en la medida en que la IDM fortalezca sus capacidades regulatorias actuales, mediante la conformación de un equipo técnico dedicado y especializado en los diferentes aspectos que hacen al servicio”, indica más adelante. Y añade que, para desarrollar un esfuerzo de fortalecimiento institucional, “se requiere liderazgo político y la aplicación de recursos económicos y humanos adecuados”.

Por otra parte, la investigación revela que el actual sistema de información con el que cuentan las autoridades de la IDM sobre el funcionamiento del sistema de transporte público resulta “insuficiente para apuntalar el desarrollo de un sistema modernizado en sus dimensiones más importantes”.

Como parte del proceso de relanzamiento del sistema de transporte público, resulta “imprescindible” contar con una adecuada gestión de la información clave del sistema, de modo que sea posible fortalecer la capacidad analítica de la administración y para mejorar la toma de decisiones en base a evidencia, concluye.

##Algunas cifras del transporte público de Maldonado

Seis empresas ofrecen transporte público en el departamento: Codesa, Maldonado Turismo, Micro ltda, Guscapar, Senglan y Machado. Estas empresas operan 45 líneas, en aproximadamente 1900 paradas.

El servicio es prestado por 135 ómnibus gasoleros. Al 2024, la flota tenía una antigüedad promedio de 14 años. En un extremo está Machado, cuya flota tiene una antigüedad promedio de 9 años, y en el otro se encuentra Guscapar, que resalta por ser la empresa con la mayor antigüedad promedio: 18 años.

Las empresas recorren unos 8,3 millones de kilómetros en el transcurso del año. Codesa registra la mitad de los kilómetros recorridos, operando también el 50% de las líneas y de la flota disponible. El resto de los kilómetros ofertados se reparte entre las empresas Maldonado Turismo, Guscapar y Micro Lda (17%, 12% y 12%, respectivamente). Senglán, atiende el 1% del mercado, mientras que Machado alcanza al 3% de la oferta del sector.

Los de días hábiles implican entre el 70% y 75% de las salidas mensuales, dependiendo de si es mes de alta o baja temporada. Las salidas correspondientes a sábados y domingos son considerablemente menos frecuentes, ubicándose en el entorno del 30%-40% de un día hábil.

Aproximadamente el 80% de los boletos vendidos comprende a las categorías Común y Estudiante. Si se suman el boleto Local y Abono se alcanza el 95% de los boletos vendidos.

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