Maldonado Ingresá
Maldonado

Extracción de Garra de león en el balneario Solís, Maldonado.

Foto: Pablo Serrón

El paulatino adiós a la invasiva “garra de león” en la costa de Maldonado

5 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Con apoyo del nuevo gobierno departamental, vecinos del Balneario Solís retiran la especie exótica que el exintendente Antía expandió como estrategia para fijar dunas.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Pese a los estudios académicos internacionales y el Comité de Especies Exóticas Invasoras de Uruguay que advirtieron sobre la nocividad de la garra de león (Carpobrotus edulis) para el ecosistema costero, la playa Mansa del Balneario Solís está cubierta por esta especie desde la pasarela hasta el sistema dunar. El fenómeno es producto de los criterios paisajísticos del exintendente Enrique Antía, quien dispuso la siembra en distintos puntos de la costa sin contemplar la opinión de los expertos.

En 2019 la División de Impacto Ambiental y Licencias Ambientales del entonces Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente exhortó a la Intendencia de Maldonado (IDM) a sustituir esta especie invasora por psamófilas nativas. Sin embargo, las plantaciones continuaron expandiéndose.

Para fortuna de los lugareños, la nueva administración departamental encabezada por Miguel Abella tiene otra postura y les da la razón. No solo ha dejado de esparcir estas plantas en los balnearios, sino que apoya las jornadas de extracción y promueve la producción de plantines de especies nativas (véase recuadro).

El grupo vecinal Solís Natural sabe que necesitan muchas jornadas, durante años, para erradicar tanta garra de león. Por eso, el viernes 14 algunos de sus integrantes se abocaron a la tarea en la Mansa.

Foto: Pablo Serrón

La actividad formó parte del proyecto de recuperación de dunas elaborado junto a la Agrupación de Guardavidas de Maldonado y el paisajista local Marcelo Rivero, presentado hace pocas semanas a la directora de Ambiente de la Intendencia de Maldonado (IDM), Virginia Villarino.

Cuando empieza a amanecer

A las 07.50, cuando comienzan a llegar los voluntarios a la playa Mansa, ya hay una cuadrilla del Municipio de Piriápolis y técnicos de Ambiente de la IDM. Liliana Chao, quien “se puso al hombro este proyecto”, según sus vecinos, recorre unos metros para identificar sectores invadidos por esta especie y definir, junto a los técnicos, dónde colocar la malla sombra para depositar las plantas extraídas.

Camina mientras explica a la diaria que, una vez secas y menos pesadas, la IDM las retirará para su posterior quema en un punto verde municipal, evitando así la dispersión de semillas. Luego muestra una zona donde este año se extrajo garra de león con la colaboración de la UTU de Gregorio Aznárez, aunque algunas plantas ya volvieron a crecer. Por eso remarca la necesidad de que haya “un control permanente” y cuenta que ella siempre baja a la playa a monitorear.

Rivero, gran experto en batallas contra el carpobrotus, también participa de la jornada. Quita con fuerza las matas arraigadas en la arena y señala que el monitoreo posterior deberá realizarse durante cinco años, por lo menos, para evitar el desplazamiento de esta especie de rápida propagación.

Lamenta que, durante los últimos años, la IDM mantuvo “una actitud pasiva” y “defendió un modelo de fijación de la duna que no evitó la fuga de arena y que no generó un equilibrio en su balance de sedimento”. La estrategia elegida provocó la pérdida de la dinámica natural de la duna, porque la garra de león “afecta la morfología de la duna al eliminar depresiones necesarias para infiltrar aguas pluviales”, afirma.

Por otro lado, advierte sobre el costo de trasladar las plantas arrancadas. A esto agrega que la recomposición de las dunas demanda, a veces, “la devolución mecánica de grandes cantidades de arena o plantaciones masivas para recuperar el cordón de playa”. Dice que en Uruguay casi no se han realizado acciones de extracción y que se suele “apostar al voluntariado”, mientras que en otros países “se invierten millones de dólares para tratar de erradicarla”.

Que no falte el pasto dibujante

La mañana avanza y la temperatura ronda los 30 grados, pero funcionarios y vecinos siguen trabajando con palas y guantes para remover parte de la extensa invasión.

Juan Pepe Aguerre, integrante de Solís Natural desde 2005 -cuando el grupo se llamaba Sol y Agua porque gestionaba el abastecimiento de agua para los habitantes del balneario- lamenta la escasez de participantes. Comenta que aún falta mayor colaboración y, de paso, cuestiona también a “los turistas y pescadores que suelen arrojar desechos y no cuidan el medio ambiente”.

Rivero explica que, para que una playa resista los temporales, “necesita tener suficiente arena en la superficie de uso de la playa para que transfiera sedimentos”. Estos son indispensables, según dice, para “conformar bancos arenosos y desarrollar procesos de disipación de energía del oleaje”. A su vez, para que estos procesos funcionen se precisa de “una duna continua que retenga la arena dentro de la playa”.

Ese equilibrio se logra con un cordón primario compuesto por pasto dibujante (Panicum racemosum), “única especie capaz de formar la estructura biológica necesaria para fijar arena”. Por este motivo, le enseñó al Grupo Solís Natural y a vecinos de Playa Hermosa y Playa Grande a cultivarlo para sustituir especies exóticas invasoras.

Foto: Pablo Serrón

Cuenta que las plantas -reconocibles porque parecen finos juncos verdes que pueden cortar los pies de quien circula descalzo- se recolectan de veredas y terrenos baldíos o son donadas por viveros de la zona. Antes de llegar a las playas se someten a un proceso de enraizado que puede durar meses. Luego, con una pala de pinchos, se ubican en la arena.

La bondad de las cercas captoras

“Las cercas captoras ayudan a que crezcan con intensidad”, apunta Rivero. Después dice que “la estructura del cordón primario de playa del balneario colapsó debido a la presión turística y la expansión de especies invasoras, que afectan el balance sedimentario y la biodiversidad de especies nativas”.

En dirección al mar, indica que la línea de costa “retrocedió 100 metros” y se generaron “relieves erosivos que “impiden que la arena retorne y afectan los ecosistemas del cordón dunar”.

Foto: Pablo Serrón

A su lado, Chao muestra las cercas captoras hechas con ramas y colocadas este año. Para combatir la degradación del cordón dunar “es vital que crezca la vegetación nativa”, destaca, mientras a su espalda crecen los 240 plantines de pasto dibujante que han cultivado.

Otras especies nativas que donó la UTU Arrayanes (green deli orientalis, carqueja, senecio crassiflorus, senecio vira vira, dodoneas, chircas y sisyrinchium) fueron plantadas cerca de la pasarela accesible. Los guardavidas se comprometieron a regarlas durante el verano.

Por qué la IDM cambió su criterio sobre el carpobrotus

La directora de Ambiente de la IDM, Virginia Villarino, se ha reunido con agrupaciones desde Solís Grande hasta José Ignacio como parte del Programa de Espacios de Conservación y contó a la diaria que los vecinos identifican a la garra de león “como un problema, porque compite con las [especies] nativas”.

A su juicio, la plantación de carpobrotus “puede justificarse como medida paliativa cuando la duna está avanzando sobre infraestructuras o hay riesgo de que se pierda del sistema”, porque la especie “se consigue fácilmente y crece rápido”. Sin embargo, aclaró que luego deben sustituirse por psamófilas nativas “para que no colonice todo el sitio”, aunque estas “requieren riego y cuidados”.

La jerarca informó que, para producir plantines nativos destinados a “las dunas que quedan descubiertas”, la IDM se alió con el Ministerio de Ambiente y desarrolló el vivero del Arboretum Lussich. Además, “para evitar recurrir a la garra de león”, se trabaja con viveros particulares.

Añadió que, que cuando se plantan nativas y se extrae garra de león, la IDM “una vez a la semana realiza un monitoreo para ver si se vuela arena, si se puede recuperar y cuántos plantines hacen falta”.

En cuanto a las plantaciones de esta especie invasora promovidas por Antía, cuando Bethy Molina era directora de Ambiente, Villarino opinó que “probablemente se recurrió a la garra de león por urgencia” y que luego “no hubo un seguimiento”.

En todo caso, destacó que ahora la Dirección de Ambiente pasó al Departamento de Gestión Territorial, porque el intendente Miguel Abella “busca planificar el territorio con enfoque ambiental”.

El programa de conservación ya se aplicó en Sauce de Portezuelo, Ocean Park, Playa Verde, Playa Hermosa y Las Grutas. Atrás parece haber quedado el enfrentamiento de la IDM con los vecinos, que llegaron a ser denunciados ante la Prefectura por remover la vegetación invasora.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa la cobertura periodística de Maldonado?
None
Suscribite
¿Te interesa la cobertura periodística de Maldonado?
Recibí la newsletter de Maldonado en tu email todos los jueves.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura