Desde 2022, la asociación civil Familias Presentes se dedica a informar sobre los derechos de familiares de personas privadas de libertad, brindar contención emocional y organizar actividades para infancias y adolescencias, entre otros cometidos. Una de esas actividades se llevó a cabo el sábado 16, por primera vez, en la cárcel de Las Rosas (Unidad 13) y estuvo dirigida a quienes esperaban para ver a sus familiares privados de libertad.
Gabriela Rodríguez, una de las voceras de la asociación, explicó a la diaria que, en general, los lugares donde acontecen las visitas son “inhóspitos” o “descuidados”, sin espacios recreativos. Además, las revisiones para los menores de edad son las mismas que para los adultos y, además de que esto tiene un impacto, “las infancias naturalizan lo que viven, cuando no debería ser así”. En la cárcel de Las Rosas se instaló un escáner hace un año y medio, por lo que no hay revisión visual.
Aunque “no hay colas extensas, el proceso [de registro e inspección] implica que las personas ingresen bastante tiempo después”, contó Rodríguez. Por eso el programa Jugamos en la Fila, que llegó por primera vez a Maldonado, tiene el propósito de interactuar con los niños, niñas y adolescentes durante la espera.
Una de las referentes del proyecto, Raquel Russo, dijo a la diaria que el objetivo es “visibilizar a las infancias y adolescencias” y remarcó que la jornada recreativa “favorece que ingresen con mejor ánimo y descomprime al adulto que lo lleva”. La jornada en Las Rosas contó con animadores de la zona y también con actividades de promoción de los derechos humanos para personas que están dentro y fuera del establecimiento, detalló.
Unidad penitenciaria número 13, Las Rosas Maldonado, el sábado 16.
Foto: Natalia Ayala
Hacinamiento del 180%, según familiares
Rodríguez informó que en la cárcel de Las Rosas hay “un hacinamiento de un 180%” y advirtió que la sobrepoblación no está acompañada de “más funcionarios e infraestructura”. Originalmente construido para 507 internos, a diciembre de 2024 el establecimiento alojaba a 1.176 reclusos, según datos del Ministerio del Interior citados por Correo de Punta del Este en mayo.
“A veces [los privados de libertad] pasan 15 días o un mes sin acceder al patio porque no hay funcionarios; tampoco son trasladados a la enfermería, a estudiar, a trabajar o a participar en actividades recreativas por la falta de personal”, aseguró un familiar de un privado de libertad de la Unidad 13.
También dijo que hay demoras “de tres meses” para atención psiquiátrica y que, en algunos casos, los internos no son atendidos pese a tener fecha asignada. Cuestionó, además, la prohibición de ingresar medicamentos con receta médica. Por ejemplo, contó que su hijo debía tratarse una úlcera estomacal y que sólo fue trasladado al médico una de las tres veces que necesitó medicación. “Yo ofrecí llevarle los medicamentos, pero no lo aceptaron”, lamentó.
Para Rodríguez, la atención sanitaria es “un debe absoluto”, en particular la referente a salud mental, pese a que un alto porcentaje de los privados de libertad presenta alguna patología de ese tipo, muchas veces vinculada con el consumo problemático de drogas.
El ministro del Interior, Carlos Negro, anunció en junio que se implementará un plan de acción para atender la emergencia carcelaria del país, que incluye mejorar las salas de visitas, la atención de la salud mental y de la salud en general, aumentar el personal, añadir más plazas, entre otras medidas.
Familiares en la fila para ingresar a la cárcel de Las Rosas en Maldonado.
Foto: Natalia Ayala
Reclaman mejores condiciones de alimentación
En junio de este año, familiares reclamaron mejoras en las condiciones de alimentación de los internos de la Unidad 13. En una carta dirigida a las autoridades carcelarias, resaltaron que el día de visita sólo se permite ingresar 10 kilogramos de alimentos, en lugar de 20 como en otras cárceles.
“No los dejan cocinar y la lista de alimentos para ingresar es reducida”, ya que se permite comida casera que “no dura más de dos días, porque se come o se echa a perder”, dijo a la diaria uno de los familiares consultados.
Además, expresó que los 10 kilos “alcanzan para el día, porque la visita se extiende de 9.00 a 17.00”, o para pocos días, debido a que “de las siete personas que hay en las celdas, a veces sólo dos reciben una caja”, cuyo contenido comparten.
Rodríguez contó que hace un mes se había tomado la medida repentina de que “sólo se podía ingresar lo que se consumía en el momento”. Familias Presentes decidió apoyar a un grupo de familiares de Las Rosas para que se revirtiera esa decisión. “Resultaba inviable, porque hay familiares que se trasladan desde otros departamentos o únicamente pueden llevar los alimentos el día de visita”, señaló.
Unidad penitenciaria número 13, Las Rosas Maldonado.
Foto: Natalia Ayala
Pedirán servicio de ómnibus a la IDM
El traslado hacia el establecimiento es un problema que comparten familiares de Maldonado y de otros departamentos. Es que el establecimiento carcelario está alejado de la parada de ómnibus más cercana, que se encuentra en la ruta 39. Esto obliga a la mayoría a caminar casi dos kilómetros, casi siempre cargados con alimentos, bajo lluvia y frío en invierno o al rayo del sol en verano; los menos toman un taxi o recurren a algún conocido para que los acerque.
“Hace muchos años que no hay ómnibus, y no hay interés de solucionarlo”, dijo un familiar. Sin embargo, está en ciernes una petición a la Intendencia de Maldonado (IDM), con recolección de firmas online, para que “se disponga de líneas de ómnibus para acceder a la cárcel y no tener que caminar dos kilómetros”.
A esto se suma la situación de familiares que viajan desde departamentos alejados, como Paysandú o Colonia, o desde los vecinos Rocha y Lavalleja: no tienen posibilidad de concurrir a las visitas por dificultades laborales y económicas, o por el tiempo que implica ese traslado, señaló Rodríguez. Por ese motivo, el plan es solicitar que haya una línea para la llegada y salida los días de visita.