En las protestas y los disturbios de los últimos días en Kazajistán murieron 164 personas, 103 de ellas en Almaty, la ciudad más poblada y el lugar donde se concentraron las manifestaciones, informó el domingo el Ministerio de Salud. Dos de los muertos eran menores de edad. Según informaron las agencias de noticias Europa Press y AFP, las autoridades también reportaron más de 1.300 heridos, y el canal de televisión Khabar-24 publicó que fueron 2.200.
También las detenciones se cuentan por miles. “En estos momentos se han abierto 125 casos penales, 5.800 personas han sido detenidas y entre ellas hay una proporción significativa de extranjeros”, manifestó en un comunicado la presidencia de Kazajistán.
Las protestas, que comenzaron en forma pacífica contra el aumento de los combustibles, derivaron en incidentes violentos a partir de la represión policial a la multitud. El gobierno kazajo llegó a dar orden de “disparar a matar” a los manifestantes, afirmando que los disturbios son impulsados por “elementos terroristas”.
Otra respuesta a las protestas fue la decisión del presidente Kasim-Zhomart Tokáyev de destituir el miércoles a su gabinete. El fin de semana se supo que quien ocupaba el cargo de jefe del Comité Nacional de Seguridad del país, Karim Masímov, fue detenido y acusado de “alta traición”.
Pese al alcance de esta crisis, el gobierno kazajo manifestó este domingo que considera “estabilizada” la situación en todo el país. “Las fuerzas de seguridad han liberado todos los edificios administrativos y se ha restablecido el trabajo de los servicios comunales y otros sistemas básicos”, informó la Presidencia en un comunicado.