La incursión militar rusa en Ucrania prosigue y se acerca ya al mes de su comienzo, mientras las partes siguen aún muy distantes respecto a un acuerdo que ponga fin a los combates.
El domingo por la noche autoridades de la ciudad de Kiev denunciaron un ataque contra un centro comercial en el que murieron ocho personas. Pero de acuerdo a la versión oficial rusa, el edificio desde el comienzo de la “operación militar especial” -tal es la denominación de la invasión a Ucrania según el Kremlin- fue reconvertido en un almacén de municiones para sistemas de lanzacohetes múltiples.
Este lunes se registraron los primeros ataques contra la ciudad de Odesa, situada sobre las costas del mar Negro, el puerto más importante de Ucrania. También siguieron los combates en Mariúpol, luego de que el gobierno de Kiev rechazara el ultimátum que había dado Moscú el domingo. La ciudad ubicada sobre el Mar de Azov, en la región del Donbás, es la más castigada desde que comenzó la invasión rusa y además de los miles de civiles que murieron, la situación humanitaria es desesperante para los cientos de miles de habitantes que aún permanecen allí, rehenes de los enfrentamientos entre el Ejército ruso y el ucraniano, además de las milicias de extrema derecha que también actúan en la zona.
Respecto al ultimátum lanzado por Moscú, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que su país “no puede cumplir jamás un ultimátum de la Federación Rusa. Tendríamos que estar todos muertos y sólo entonces se cumpliría su ultimátum para entregar Járkov, Mariúpol o Kiev. No podemos hacerlo”, afirmó el mandatario en declaraciones realizadas a una emisora local, recogidas por Reuters.
“Nos dicen: aquí están las condiciones. Acepten estas condiciones y ponemos fin a la guerra. Así no se va a ir a ninguna parte”, agregó Zelenski refiriéndose a las demandas de los rusos.
El mandatario agregó además que los eventuales compromisos finales de las negociaciones entre Kiev y Moscú tendrán que decidirse mediante un referéndum celebrado en el territorio de Ucrania. El mandatario precisó que se trata de las garantías de seguridad para el país y de las decisiones sobre las cuestiones de la península de Crimea y la región del Donbás, de acuerdo a lo que informó Europa Press.
“Les expliqué a todos los grupos de negociación: cuando hablen de todos estos cambios, pueden ser históricos, por lo que terminaremos llegando a un referéndum. El pueblo tendrá que decir y dar respuestas a ciertos compromisos”, manifestó Zelenski.
Relaciones tensas
Rusia convocó al embajador estadounidense en Moscú a raíz de las declaraciones de la semana pasada del presidente Joe Biden en las que tildó a Putin de “criminal de guerra”.
De acuerdo a lo que informaron medios locales, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia informó que convocó al embajador, John Sullivan, para advertirle de que los comentarios de Biden sobre Putin llevaron las relaciones bilaterales “al borde del colapso”.
Hablando del ámbito diplomático, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, pidió al gobierno chino que desempeñe un “papel importante” para poder lograr una salida política al conflicto.
“Compartimos la posición de Pekín sobre la necesidad de encontrar una solución política para poner fin a la guerra contra Ucrania y hacemos un llamamiento a China, como potencia mundial, para que desempeñe un papel importante en estos esfuerzos”, escribió Kuleba en su cuenta de Twitter. China no condenó la invasión rusa de Ucrania, si bien su presidente, Xi Jinping, manifestó que la situación es “preocupante” y llamó a las partes al diálogo. China es el principal aliado de Rusia, y por eso mismo su poder en este contexto es muy importante. En una muestra de su política en los papeles equidistante, el gobierno chino informó este lunes el envío de cerca de 1,5 millones de euros en ayuda humanitaria a Ucrania. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, dijo en una conferencia de prensa que “China sigue de cerca la situación”, según informaciones de la cadena CGTN. El alto funcionario chino dijo también que la principal prioridad de la comunidad internacional debe ser evitar una posible crisis humanitaria a gran escala.
Por su parte, mientras la Unión Europea (UE) prepara una nueva serie de sanciones contra Rusia, el jefe de la política exterior del bloque europeo, Josep Borrell, dijo desde Bruselas, donde se realizó una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE, que “lo que está ocurriendo en Mariúpol es un enorme crimen de guerra. Destruir todo, bombardear y matar a todo el mundo de forma indiscriminada. Es algo espantoso”.
La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, también habló del incremento de los ataques rusos contra infraestructuras civiles en Mariúpol, y dijo que “los tribunales tendrán que decidir, pero para mí son claramente crímenes de guerra”.
Por su parte, el Pentágono dijo que ayudará a reunir las pruebas de los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania y también acusó al Kremlin de llevar a cabo ataques indiscriminados como parte de una estrategia intencionada.
“Ciertamente vemos pruebas claras de que las fuerzas rusas están cometiendo crímenes de guerra y estamos ayudando con la recopilación de pruebas de ello”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Mientras tanto, desde Moscú se manifestó este lunes que los avances en las negociaciones entre las partes no eran suficientes para que pueda ser posible una reunión cara a cara entre Putin y Zelenski. “El grado no es tan deseado como quisiera ni como requiere la dinámica del desarrollo de la situación para la parte ucraniana”, dijo el portavoz, Dmitri Peskov, citado por la agencia oficial rusa TASS.
Al tiempo que los contactos entre las delegaciones rusas y ucranianas prosiguen todos los días, Peskov manifestó que el encuentro entre los jefes de Estado solamente se dará si hay un acuerdo previo en las negociaciones.