Gran parte del este de Ucrania sufrió un “apagón total” durante varias horas el domingo, un día después de que un contraataque de las tropas ucranianas obligara al ejército ruso a retirarse, por lo que el presidente Volodímir Zelenski acusó a Moscú de atacar deliberadamente la infraestructura civil de la región.
La cadena Al Jazeera informó que además de apagones hubo cortes en el suministro de agua y estimó que aproximadamente 9 millones de personas fueron afectadas.
“Hay un apagón total en las regiones de Járkov y Donetsk, uno parcial en las regiones de Zaporiyia, Dnipropetrovsk y Sumy”, dijo Zelenski en un comunicado, culpando a los “terroristas rusos” por dicha acción. “No hay instalaciones militares ahí. El objetivo es privar a las personas de luz y calor”, agregó.
Los ataques rusos también estaban interrumpiendo los servicios de trenes en varias localidades, incluyendo a Járkov, la segunda ciudad más importante del país. El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, dijo que los ataques rusos fueron un “acto de desesperación tras las inmensas pérdidas y la retirada de Rusia en el este de Ucrania”.
Un día antes, desde Moscú se había informado que sus tropas estaban en un proceso de “redespliegue” en las localidades de Balekleya y de Izium ante lo que desde Kiev aseguran que se trató de un contraataque. El portavoz oficial del ministerio, el teniente general Igor Konashenkov, explicó que la salida de tropas de esta zona se trató de una iniciativa para reforzar la región de Donetsk, según informó la agencia de noticias rusa TASS.
“Se tomó la decisión de reagrupar a las tropas rusas destinadas en las regiones de Balakleya e Izium para mejorar las acciones en dirección a Donetsk y así lograr los objetivos declarados de la operación militar especial para liberar el Donbás”, manifestó Konashenkov, citado por TASS. Este traslado habría sido realizado durante tres días con el apoyo de acciones de distracción. “Se ha propinado una severa derrota al enemigo utilizando aviación, misiles y artillería para evitar cualquier daño a las tropas rusas”, ha asegurado Konashenkov.
Contradiciendo la versión rusa, el sábado las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron de la toma de la localidad de Kupiansk, en la región de Járkov, hasta ahora controlada por las fuerzas rusas, a las puertas de Izium, que también fue reconquistada horas más tarde.
Según indicaron fuentes militares ucranianas citadas por el portal Europa Press, este avance de sus tropas se enmarca en la ofensiva lanzada el 29 de agosto en las regiones de Jersón y Járkov que les ha permitido recuperar 30 localidades de Járkov.
Dándole la razón en buena medida a las versiones ucranianas, el líder checheno Ramzan Kadyrov, aliado del presidente ruso Vladimir Putin, criticó el desempeño del ejército ruso en los últimos días.
En un mensaje de voz de 11 minutos publicado en su cuenta de Telegram el sábado, reconoció que las cosas no estaban saliendo de acuerdo a lo planificado.
“Si hoy o mañana no se realizan cambios en la conducción de la operación militar especial, me veré obligado a acudir a los líderes del país para explicarles la situación sobre el terreno”, dijo Kadyrov.
“No soy un estratega como los del ministerio de Defensa. Pero está claro que se cometieron errores. Creo que sacarán algunas conclusiones”, afirmó el líder checheno, cuyas declaraciones fueron recogidas por el medio ruso Novaya Gazeta Europe. Pese a las críticas realizadas, Kadyrov afirmó que todas las localidades perdidas volverán al control ruso.