El partido político de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) está celebrando los buenos resultados obtenidos en las elecciones realizadas el domingo en dos estados del país. La AfD obtuvo 18,4% de los votos en Hesse, cuya ciudad más importante es Frankfurt, siendo el mayor porcentaje de votos de su historia en un estado del oeste de Alemania, informó The Guardian.
Por otro lado, Los Verdes perdieron 5% de sus votos respecto de las elecciones anteriores, el Partido Socialdemócrata (SPD por su sigla en alemán) perdió 4,7% y el Partido Democrático Libre (FDP) perdió 2,5% y no logró alcanzar el 5% de los votos que se necesita para entrar el parlamento. En Hesse, la AfD quedó en segundo lugar, únicamente superado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que consiguió el 34,6%.
En el estado de Baviera, donde quedó en tercer lugar, la AfD captó el 14,6% de los votos, mientras que Los Verdes perdieron el 3,2% de su porcentaje de votos anterior, el SPD perdió el 1,3% y el FPD, el 2,1%. En el estado el ganador fue la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara de la CDU, que consiguió el 37% de los votos en Baviera, lo que representa su peor resultado desde 1958, y tendrá que continuar su coalición de gobierno con el partido populista de derecha, Votantes Libres, que ganó el 15% de los votos.
El tema de la inmigración influenció las decisiones de muchos votantes, especialmente en Baviera, donde 83% de los ciudadanos apoyaron partidos que prometían un cambio de política con respecto a la inmigración y el asilo.
La AfD es conocida por su euroescepticismo, sus políticas antiinmigración y su abierta islamofobia. En una conferencia de prensa tras conocer los resultados electorales, la colíder de la AfD, Alice Weidel, declaró: “La AfD ya no es un fenómeno del oriente del país, sino que se ha convertido en un partido popular panalemán”.
La dirigente explicó que la AfD ya no se considerará como un partido de protesta, sino uno que tiene una base entre todos los grupos de votantes, de acuerdo con lo que consignó el periódico Tagesspiegel. Weidel agregó: “En Alemania estamos viendo claramente que los votantes oscilan de izquierda a derecha”, algo que, según ella, responde a que los alemanes no quieren políticas prohibicionistas ni que desafíen sus propios intereses.
Los resultados en Baviera y Hesse fueron sumamente decepcionantes para la coalición del canciller Olaf Scholz, que forman el SPD, el FDP y Los Verdes, conocida como “la coalición semáforo” por los colores emblemáticos de cada partido, además del verde de los ecologistas, el rojo de los socialdemócratas y el amarillo de los liberales.
Como informó Associated Press, Lars Klingbeil, el colíder del SPD, reconoció que los resultados de las elecciones “mandaron una señal a los tres partidos de que tiene que haber una velocidad diferente con respecto a solucionar los problemas de la gente en el país”.
Klingbeil dijo también: “Muchas crisis de los últimos años han contribuido a hacer que la situación sea la actual; no es la culpa [de la coalición] pero debemos resolverla y espero una velocidad diferente y un estilo diferente que durante los últimos meses del gobierno”.
A fines de agosto, datos publicados por la encuestadora ARD-DeutschlandTrend mostraron que sólo el 19% de los alemanes estaban satisfechos o muy satisfechos con el trabajo de la coalición, mientras que 79% estaban pocos satisfechos o no satisfechos de ninguna manera.
Estos números representaron el índice de aprobación más bajo desde la formación del partido en 2021. Los datos revelaron también que si hubiera habido elecciones federales en aquel momento, el SPD hubiera recibido el 16% de los votos, los Verdes el 14% y el FDP el 6%. Por otro lado, la AfD hubiera obtenido el 22%.