La opción en contra se impuso en el plebiscito realizado en Chile, en el que la ciudadanía debía expresar si estaba de acuerdo o no con la nueva carta magna que había sido elaborada por el Consejo Constitucional, órgano que estaba integrado mayoritariamente por representantes de la derecha y del ultraderechista Partido Republicano, sector que lidera el excandidato presidencial José Antonio Kast.
De acuerdo a los datos brindados por el Servicio Electoral de Chile (Servel), cuando se llevaban contabilizados los votos de más del 98% de las mesas, la opción en contra sumaba el 55,75% de los apoyos contra el 44,25% para el A Favor.
De esta manera, y tal como había ocurrido en setiembre del año pasado, cuando al contrario de lo que pasó ahora el proyecto de nueva Constitución había sido redactado por una Convención Constitucional mayoritariamente de izquierda, la mayoría de los chilenos se pronunciaron en contra de modificar la carta magna, por lo que seguirá vigente la que fue redactada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Luego de conocidos los resultados, el ultraderechista Kast, uno de los principales impulsores de la opción a favor, dio un mensaje en el que se mostró crítico con todo el proceso que comenzó luego del estallido social de 2019, hecho al que definió como un “estallido delictual”.
“Podemos estar tristes, pero estamos contentos, porque hicimos la pega [el trabajo], porque hemos sido coherentes, porque podemos mirar a cualquiera a los ojos y decir que hemos hecho lo correcto y eso es algo que nos llena de orgullo”, comenzó diciendo Kast.
“Los republicanos somos distintos. Cuando ganamos, ganamos, y cuando perdemos, perdemos. Y esta noche, una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos desde el Consejo Constitucional. Y reconocemos esa derrota con mucha claridad y también con mucha humildad”, agregó, de acuerdo a lo que consignó Radio Bio Bio.
El dirigente expresó que los republicanos fracasaron “en el esfuerzo por convencer a los chilenos de que esta era una mejor Constitución que la vigente y el camino más seguro para terminar con la incertidumbre política, económica y social”.
También aseguró que no hay nada que celebrar. “Ni la izquierda, ni el gobierno, ni la derecha, porque durante estos cuatro años se ha provocado un daño gigante en el país que costará décadas reparar”.
“Mi esperanza es que hoy se cierre una etapa triste de nuestra historia, que comenzó con un estallido delictual […] y que termina esta noche con una masiva manifestación democrática que cierra este ciclo de discusión constitucional”, concluyó.
Más tarde, el que habló fue el presidente chileno, Gabriel Boric, quien dejó claro que el ciclo de intentos de que haya una nueva Constitución no seguirá durante su gobierno.
“Durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional, las urgencias son otras”, manifestó el presidente chileno, desde el Palacio de la Moneda, en el comienzo de su discurso.
“El proceso ha generado frustración y hasta hastío”, lamentó el presidente izquierdista de 37 años, quien reconoció que con los dos procesos no concretados “el país se polarizó, se dividió, y al margen de este contundente resultado, no lograron canalizar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada para todos”, producto de lo cual “la política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile”.
Boric, según consignó El Mercurio, dijo que estos procesos electorales deben servir como lección a toda la sociedad.
“No podemos volver a cometer el mismo error de los plebiscitos anteriores, el país lo hacemos todos y todas, y quienes triunfan en una elección no pueden prescindir e ignorar a quienes son circunstancialmente derrotados”.
Apuntando a ambas propuestas, el jefe de Estado destacó que “ninguna logró representar ni unir a Chile en su hermosa diversidad”. Boric dijo en este momento, luego de los resultados, que no hay lugar “ni para la celebración ni para la arrogancia. Pelota al piso, humildad y trabajo, mucho trabajo”, afirmó.