La agencia de noticias estatal iraní, IRNA, anunció que el líder supremo de la nación, el ayatolá Alí Jamenei, concedió el indulto a “decenas de miles” de presos, entre ellos algunos que fueron detenidos durante las protestas contra el gobierno que comenzaron en setiembre, tras la muerte de la joven Mahsa Amini, quien estaba bajo custodia policial.
Es frecuente que el líder espiritual del gobierno teocrático que rige la nación persa otorgue estos indultos en las vísperas del aniversario de la Revolución Islámica, que llegó al poder el 11 de febrero de 1979. Sin embargo, el indulto aprobado por el ayatolá Jamenei vino con condiciones, según los detalles anunciados en los informes de los medios estatales consignados por la agencia Reuters, que dijeron que la medida no se aplicaría a ninguno de los numerosos ciudadanos con doble nacionalidad que se encuentran detenidos en el país.
La agencia IRNA informó que tampoco se indultará a los acusados de “corrupción en la tierra”, cargo capital imputado a algunos manifestantes, cuatro de los cuales fueron ejecutados en la horca. Tampoco se aplicará el indulto a los acusados de “espiar para agencias extranjeras” o a los “afiliados a grupos hostiles a la República Islámica”, informaron los medios estatales.
Las protestas que comenzaron en setiembre y que se extendieron por varias semanas a todo el país, constituyendo la protesta más grande desde la instauración de la Revolución Islámica, tuvo como respuesta una feroz represión de parte de las fuerzas de seguridad. Organizaciones de derechos humanos que trabajan en el país aseguran que más de 500 personas fueron asesinadas por las fuerzas estatales, entre ellas 70 menores. Además, según la agencia de noticias activista HRANA, alrededor de 20.000 personas fueron detenidas por su participación en las protestas, que las autoridades de Teherán acusaron de estar fomentadas por los enemigos foráneos de la nación iraní.
En una carta dirigida a Jamenei solicitando el indulto, el presidente del Poder Judicial iraní, Gholamhossein Mohseni Ejei, declaró: “Durante los últimos acontecimientos, varias personas, especialmente jóvenes, cometieron acciones erróneas y delitos como consecuencia del adoctrinamiento y la propaganda del enemigo”.
“Como se han frustrado los planes de los enemigos extranjeros y de las corrientes antirrevolucionarias, muchos de estos jóvenes se arrepienten ahora de sus actos”, escribió Ejei en su solicitud a Jamenei.
“Naturalmente, no se indultará a quienes no expresen arrepentimiento por sus actividades y se comprometan por escrito a no repetirlas”, declaró el subjefe del poder judicial, Sadeq Rahimi, según informaron los medios estatales.
Las protestas, al comienzo masivas, fueron perdiendo fuerza y prácticamente dejaron de realizarse desde que comenzaron los ahorcamientos. Según el Grupo de Derechos Humanos de Irán, organización conformada mayoritariamente por exiliados, que tiene su sede en Oslo, la capital noruega, al menos 100 personas que participaron en las protestas enfrentan una posible sentencia de muerte.