La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que más de 165.000 personas tuvieron que dejar sus hogares en Haití y se convirtieron así en desplazados internos por la violencia de las bandas armadas, que afecta en especial a la capital de la nación caribeña, Puerto Príncipe.
Esa oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que la situación se agudizó en los primeros tres meses del año. En ese período creció 30% el número de personas asesinadas, heridas o secuestradas con respecto al trimestre anterior, lo que elevó el número a 1.630.
El jefe de la misión de la OIM en Haití, Philippe Branchat, dijo en un comunicado de esa organización que sus integrantes están “profundamente alarmados por la escalada de la crisis de protección cada vez peor en Haití”. Señaló que “la seguridad y el bienestar de las poblaciones desplazadas” y del personal de la OIM son su prioridad. “Seguimos al lado del pueblo haitiano y reiteramos nuestro compromiso de quedarnos y de ayudar cuando y en donde nos sea posible”, agregó Branchat.
La OIM hizo un llamamiento internacional a atender la situación que atraviesa el país, en el que casi la mitad de la población, unos 5,2 millones de personas, necesita ayuda humanitaria. La entidad pidió que se responda a esa emergencia y también se busquen soluciones a largo plazo.
A la violencia que sufre la población de Haití se agregó este mes el impacto de fenómenos naturales. El martes un terremoto de magnitud 4,9 en la escala de Richter, que dejó cinco muertos, obligó a más personas a dejar sus hogares. A su vez, las lluvias torrenciales que causaron grandes inundaciones desde comienzos de este mes dejaron 13.000 personas desplazadas. En total los afectados por este fenómeno son unos 46.000.
Según informó la Dirección de Protección Civil de Haití, las lluvias y las inundaciones dejaron 51 muertos, 18 desaparecidos y 140 heridos, señaló la agencia Efe. Unas 820 viviendas quedaron destruidas, otras 1.625 sufrieron daños y 31.591 fueron inundadas. El fenómeno también afectó a escuelas y centros de salud.
La OIM está atendiendo esta situación con la distribución de artículos esenciales a los afectados. Al igual que los equipos de la Dirección de Protección Civil haitiana, esta organización intenta proporcionar refugio, alimentos y productos de higiene a la población y en particular busca de garantizar el acceso al agua potable para evitar posibles brotes de cólera, manifestó en su comunicado. Según informó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde que se inició un brote de cólera en octubre, 45.000 personas se contagiaron y unas 700 murieron por esa causa en el país.
“En Haití, donde muchas zonas son controladas por bandas armadas, se han alcanzado niveles de violencia comparables a los de países en guerra”, afirmó el titular de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. El funcionario etíope señaló que esa crisis, sumada a los fenómenos naturales, causó que la mitad de la población haitiana esté en peligro de sufrir falta de alimentos, además de enfermedades como el cólera, la tuberculosis, el sarampión o la polio. Tedros agregó que en 2021 menos de la mitad de los niños haitianos recibió su vacuna contra el sarampión.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, dijo el martes que su gobierno, “junto con instituciones nacionales e internacionales, está tomando medidas urgentes para satisfacer las demandas del día”.
Por su parte, la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos criticó que los desastres tienen un mayor efecto debido a una “ausencia total de políticas públicas para la preservación y protección del medioambiente”, lo que causa “enormes pérdidas humanas y materiales”. Esta organización civil reclamó a las autoridades que lleven adelante una política de prevención limpiando canales, encauzando ríos y evitando la tala indiscriminada de árboles, entre otras medidas, señaló la agencia Efe. Para la red, las autoridades no toman precauciones, sino que constatan los daños y prometen auxiliar a las víctimas, un enfoque “que nunca ha dado resultado”.