En un panel de debate en la ciudad de Arendal, situada en el sur de Noruega, Stian Jenssen, director de la Oficina Privada del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo que la cesión de territorios a Rusia puede ser una manera de que el gobierno de Kiev que encabeza Volodímir Zelenski logre la paz y al mismo tiempo consiga acercarse a su integración a la alianza militar.
En declaraciones recogidas por el diario noruego Verdens Gang, Jenssen reiteró la línea oficial de la OTAN de que, en última instancia, corresponde a Ucrania decidir cuándo y cómo negociará. Por otra parte, el funcionario dijo que lo que planteaba era una propuesta, pero que podría ser una “posible solución”. El funcionario, que al igual que Stoltenberg es noruego, remarcó que Rusia estaba “haciendo un esfuerzo militar enorme” y que parecía “poco realista que pueda tomar nuevos territorios”. Pero dijo además que el desafío era ver cuánto territorio podría recuperar Ucrania.
Los dichos de Jenssen generaron un enorme revuelo, e intentando bajar las tensiones la OTAN rápidamente emitió un comunicado en el que volvió a expresar su apoyo a Ucrania. “Apoyamos plenamente la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, como reafirmaron los líderes de la OTAN en la cumbre de julio. Continuaremos apoyando a Ucrania mientras sea necesario y estamos comprometidos a lograr una paz justa y duradera”.
Hasta ahora, en el marco de la contraofensiva que Ucrania lanzó a fines de la primavera boreal, consiguió muy pocos avances en el terreno, debido a que los rusos extendieron a lo largo de toda la línea de frente una enorme cantidad de minas, grandes fortificaciones, mientras continúan defendiendo las posiciones ganadas hasta el momento, particularmente en el este del río Dniéper, que separa al territorio ucraniano en dos.
El planteo de Jenssen, como era previsible, generó un fuerte rechazo en muchos funcionarios ucranianos.
Mykhailo Podolyak, uno de los asesores políticos más cercanos al presidente Zelenski, expresó en sus redes sociales: “¿Cambiar territorio por un paraguas de la OTAN? Es ridículo. Eso significa elegir deliberadamente la derrota de la democracia, alentar a un criminal global, preservar el régimen ruso, destruir el derecho internacional y pasar la guerra a otras generaciones”. En una línea parecida se manifestó Oleg Nikolenko, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano.
“Las discusiones sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN a cambio de renunciar a parte de sus territorios son absolutamente inaceptables. Siempre hemos creído que la alianza, al igual que Ucrania, no comercia con territorios”, afirmó Nikolenko en una publicación de Facebook.
Nikolenko dijo también que la “participación consciente o inconsciente de los funcionarios de la OTAN en la configuración de la narrativa” en torno a la posible cesión de territorios por parte de Ucrania “juega a favor de Rusia”. Más bien, lo que debería hacerse, “siguiendo el interés de la seguridad euroatlántica, es discutir formas de acelerar la victoria de Ucrania y su plena integración en la OTAN”, agregó.
La integración de Ucrania a la OTAN sigue siendo una cuestión que genera muchas controversias internas dentro de la alianza militar que lidera Washington. Si bien algunos países, como los estados bálticos y el Reino Unido, son más optimistas sobre la adhesión ucraniana, otros, como Alemania, Francia y también Estados Unidos, están más preocupados por los riesgos que conllevaría tal paso.