Debido a los sucesivos ataques de Israel contra Líbano, este país “no puede proporcionar por sí solo” lo necesario para “cubrir las necesidades básicas de la población”, manifestó el primer ministro libanés, Najib Mikati. Agregó que la ayuda humanitaria que brindaron varios países, organizaciones internacionales y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es de “suma importancia” en esta situación.
Mikati dijo que Líbano “está sometido a una agresión continua, en una clara violación del derecho internacional humanitario”, que ya dejó 2.367 muertos y 11.088 heridos en 12 meses.
Su gobierno presentó este miércoles una nueva denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, para reclamarle que detenga esta ofensiva. Sin embargo, el primer ministro dijo que los ataques ocurren “ante la atenta mirada de la comunidad internacional, que permanece en silencio de forma deliberada”, lo que alienta a que esos “crímenes” continúen. “Si todos los países son incapaces de disuadir a Israel para que deje de atacar a Líbano, ¿es útil acaso recurrir al Consejo de Seguridad para exigir un alto el fuego?”, planteó, según citó Europa Press.
Este miércoles, las autoridades libanesas informaron que en 24 horas Israel lanzó 138 ataques, que de esta manera suman más de 10.150 en un año.
Esta vez, la ofensiva se concentró en el sur, pero también impactó en torno a Beirut. El ejército israelí atacó el área metropolitana de la capital después de emitir órdenes a la población de que se desplazara hacia otras zonas.
En la localidad de Nabatiyeh, en el sur, los ataques lanzados desde aviones de combate mataron a 16 personas, entre ellas su alcalde, Ahmed Kaheel, y varios integrantes del comité de crisis municipal que trabajaban en una campaña de recolección de alimentos. Fueron heridas 52 personas, y los rescatistas buscaban otras posibles víctimas entre los escombros.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa, citada por Efe, informó que fueron atacados edificios municipales, residenciales y también una biblioteca que quedó destruida por completo.
La enviada especial de la ONU para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, dijo que “el sufrimiento alcanza niveles sin precedentes” en Nabatiyeh y señaló que “tanto los civiles como la infraestructura civil deben ser protegidos en todo momento”.
Otra localidad del sur, Qana, también sufrió varios ataques que mataron a tres personas e hirieron a 54.
A su vez, la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul), una misión de paz integrada por varios países y desplegada en la Línea Azul, el límite con Israel, volvió a ser atacada por el ejército israelí. “Una vez más, vemos fuego directo y aparentemente deliberado contra una posición de la Finul”, manifestó esta fuerza en un comunicado. Varias veces en los últimos días, la Finul denunció ataques de Israel contra sus instalaciones, que hirieron a cuatro de sus efectivos.
Este miércoles, informó que desde un tanque israelí se disparó directamente contra la torre de vigilancia de su posición en Kafer Kela, en un ataque que causó daños en su infraestructura y destruyó dos cámaras con las que contaba. La Finul señaló que todos los actores involucrados en el conflicto en la región tienen “obligación de garantizar la seguridad del personal y los bienes de la ONU y de respetar en todo momento la inviolabilidad de sus instalaciones”.
Desde el sur de Líbano, donde opera la milicia chiita y grupo político Hezbolá, fueron disparados 50 proyectiles hacia el norte de Israel, según el gobierno de Benjamin Netanyahu. Las fuerzas militares israelíes afirmaron también que lograron destruir arsenales y “centros de comando” de Hezbolá que se encontraban “junto a infraestructuras civiles”.