La Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento francés, aprobó en la noche del martes por una amplia mayoría -484 votos contra 70- la posición del gobierno que encabeza el presidente Emmanuel Macron sobre el proyecto de acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, es decir, un rechazo al pacto tal como está, considerado perjudicial particularmente por los agricultores, que vienen realizando manifestaciones desde hace algunas semanas.
Si bien la votación fue puramente consultiva y no vinculante, mostró una postura contundente, que seguramente también se verá reflejada este miércoles cuando se trate el mismo tema en el Senado.
De acuerdo a lo que informó el diario parisino Le Figaro, el gobierno de Macron, que fue el que puso a consideración de los legisladores el tema, tuvo un doble propósito al hacerlo. Por un lado, calmar las presiones internas que existen sobre el tema y a la vez marcar una posición firme ante la Comisión Europea, que es el órgano del bloque comunitario encargado de negociar el acuerdo con la entidad sudamericana que integran Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Este resultado es “un mandato democrático que refuerza nuestra legitimidad para defender la voz del no ante la Comisión y el Consejo Europeo”, expresó la ministra delegada encargada de Comercio Exterior, Sophie Primas, de acuerdo a lo que consignó AFP.
“En las condiciones actuales”, este proyecto de acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur no garantiza “condiciones justas de competencia para nuestros agricultores”, expresó por su parte la ministra de Agricultura, Annie Genevard.
Durante el debate en el Parlamento, que se extendió por varias horas, todos los grupos políticos, sin excepción, expresaron su rechazo al acuerdo comercial, aunque con matices. Los diputados afines al gobierno de Macron se mostraron afines a la postura del Ejecutivo según la cual el acuerdo podría modificarse, porque no es necesario “oponerse anticipadamente y en principio a cualquier acuerdo de libre comercio”, resumió Genevard.
Pero otros sectores, en particular los izquierdistas de Francia Insumisa, los ecologistas y los derechistas de la Agrupación Nacional, insistieron en su rechazo a cualquier acuerdo, sea cual sea, “ni hoy ni mañana”, como afirmó la ecologista Marie Pochon.
Por su parte, Francia Insumisa expresó en su cuenta de X: “¡Los insumisos votamos en contra! No nos convenció la hipocresía del gobierno que finge oponerse pero prepara en secreto la negociación de un nuevo acuerdo. ¡No a los tratados de libre comercio!”.
Por su parte, el líder de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, expresó en la misma red social: “La agricultura no es una mercancía como cualquier otra: es nuestro bien común. Más allá del rechazo del acuerdo con el Mercosur, debemos responder a las demandas de los agricultores: precios de la energía e implementación del patriotismo económico en las compras públicas”.
Dentro de la Unión Europea, las posturas sobre el acuerdo están divididas. Uno de los países que están en la misma línea que Francia es Polonia, cuyo gobierno comunicó este martes una resolución proclamando que Varsovia no aceptará el acuerdo “en esta forma”, particularmente debido a “la preocupación por los agricultores polacos y la seguridad alimentaria”. “Se están llevando a cabo acciones diplomáticas para constituir una minoría que impida la entrada en vigor del acuerdo”, subrayó el vice primer ministro polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz.
Una de las naciones que sí defiende el acuerdo entre los dos bloques comerciales es Alemania, la principal economía europea. Este martes, en declaraciones realizadas en Berlín en el marco de una conferencia sobre los desafíos y las oportunidades para la industria, el ministro de Economía germano, el ecologista Robert Habeck, alertó sobre los peligros que encierra para la Unión Europea no llegar a un acuerdo con el Mercosur, reforzando la necesidad de que el bloque se acerque a otros mercados, más allá de Estados Unidos y China, que son sus principales socios comerciales.
“Si el acuerdo no se cerrara, entonces en primer lugar Europa habría fracasado y en segundo lugar Sudamérica buscaría inmediatamente otros socios comerciales, posiblemente China e incluso Rusia”, dijo Habeck, quien también es el vicecanciller del gobierno que lidera Olaf Scholz.