El presidente de India, Narendra Modi, finalizó este martes la visita de dos días que realizó a Moscú, donde fue recibido por su homólogo, Vladimir Putin. Pocos días después de haber estado en Corea del Norte y Vietnam, el líder del Kremlin se encontró con el recientemente reelecto mandatario del gigante asiático, en un momento en el que Moscú está intentando mostrar al mundo que no está aislado internacionalmente, a pesar de las medidas en tal sentido adoptadas por las mayores potencias occidentales en el marco de la invasión rusa a Ucrania.
La visita de Modi a Moscú comenzó el lunes, el mismo día en que las fuerzas rusas lanzaron un ataque masivo sobre varias ciudades ucranianas, causando la muerte de al menos 37 personas. De acuerdo a lo que informó la Fiscalía General de Ucrania, los bombardeos se produjeron en la capital Kiev, pero también en Kryvyi Rih, Sloviansk y Kramatorsk.
El mayor número de víctimas se produjo en la capital, donde perdieron la vida 23 personas, cuatro de ellas pacientes del hospital Okhmatdyt, el centro de salud infantil más grande de Ucrania, en el que se atienden pacientes oncológicos y con enfermedades raras, de acuerdo a lo que informó el conglomerado periodístico ucraniano The Reckoning Project.
La crueldad de este ataque fue mencionada por Modi, quien en una conferencia de prensa y en un hecho totalmente inusual criticó el accionar de las fuerzas del Kremlin en el propio suelo ruso. “Cualquiera que crea en la humanidad siente dolor cuando mueren personas, especialmente cuando mueren niños inocentes. Cuando sentimos tanto dolor, nuestro corazón simplemente sangra, y ayer [el lunes] tuve la oportunidad de hablar sobre estos temas”, dijo el mandatario indio, de acuerdo a lo que recogieron agencias internacionales.
La visita, que incluyó dentro del protocolo la tradicional ofrenda floral que todos los mandatarios que visitan Moscú hacen a la tumba del soldado desconocido y una condecoración que Putin le entregó a Modi, se centró en aspectos comerciales. China e India se convirtieron en los últimos años en compradores clave de petróleo ruso tras las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados, que cerraron la mayoría de los mercados occidentales a las exportaciones rusas. India recibe ahora más del 40% de sus importaciones de crudo de Rusia, según informó Associated Press.
Por otra parte, y en el marco de la fuerte alianza entre los dos países, el subdirector de la administración presidencial rusa, Maxim Oreshkin, informó que Putin y Modi acordaron un programa de cooperación estratégica bilateral hasta 2030 que involucra principalmente sectores como el comercio, la agricultura, la agroalimentación, la energía, la cooperación industrial y la alta tecnología. Los dos líderes también se fijaron el objetivo de alcanzar 100.000 millones de dólares en comercio para 2030.
Al abrir las conversaciones con Modi, Putin subrayó que el comercio entre Rusia e India en el primer trimestre de 2024 aumentó 20%. Además, según Oreshkin, en el encuentro entre los mandatarios y sus delegaciones también se discutió el uso de los sistemas de pago en la moneda nacional de cada país, ambos integrantes del Brics.
Casi ignorada en la parte oficial de las conversaciones, la cooperación en materia técnico-militar estuvo presente en el documento final conjunto firmado por los países. “En vista del deseo de India de lograr la autosuficiencia, la asociación se centra ahora en actividades conjuntas (...) de desarrollo y producción de tecnologías y sistemas de defensa avanzados”, se expresa en el comunicado.
Además, las partes confirmaron su deseo de aumentar el número de actividades en el ámbito de la cooperación militar y ampliar el intercambio de delegaciones militares. Al mismo tiempo, Moscú y Nueva Delhi “acordaron tomar medidas adicionales para estimular la producción conjunta en India de repuestos, componentes, unidades y otros productos para servir equipos y armas de fabricación rusa”.
También durante el encuentro, el presidente indio le manifestó a su anfitrión su preocupación por el reclutamiento ilegal de ciudadanos indios que terminaron combatiendo de manera forzosa en el ejército ruso. Esta situación, que también alcanza a ciudadanos de otros países, como Sri Lanka y Nepal, consiste en llamados para trabajadores que llegan a Rusia pensando que van a desempeñarse en el área de la construcción o en otros rubros, pero que ni bien arriban a Moscú son directamente trasladados al frente de batalla en Ucrania.