Una de las principales figuras del gobierno de Venezuela, el ministro del Interior Diosdado Cabello, dijo que su país está “bajo la amenaza real, cierta, de un imperialismo decadente”, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara el bloqueo a los buques petroleros que entren o salgan de puertos venezolanos. “Ni una gota de petróleo puede salir de aquí para los Estados Unidos si agreden a Venezuela”, dijo en su programa de la televisión estatal. “No habrá petróleo regalado ni robado para ningún poder extranjero”, ratificó.
El bloqueo de buques petroleros dispuesto por Trump se suma al cierre del espacio aéreo, a la habilitación a la CIA para actuar en Venezuela, las amenazas de lanzar incursiones militares terrestres y los bombardeos a supuestas “narcolanchas” en aguas internacionales cercanas a Venezuela que dejaron más de 90 muertos.
Esta crisis motivó que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, pidiera una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y llamara al secretario general de esta institución, António Guterres, para advertirle de las “graves implicaciones” que esto tiene “para la paz regional”.
La preocupación por esta escalada motivó manifestaciones de varios países de la región y de fuera de ella. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que conversó a comienzos de diciembre con Trump y con Maduro, por separado, dijo el jueves que en esos intercambios quiso saber “cómo se puede contribuir a una solución pacífica” y les insistió en que “las cosas no se resuelven con tiros”.
“Le dije a Trump que esta es una región de paz, que debe seguir así”, manifestó Lula y dijo que se ofreció a “conversar con Venezuela y con otros países para evitar un conflicto armado en nuestra América del Sur”. “Incluso, estoy pensando que tal vez intente conversar con Trump otra vez para saber cómo es posible contribuir para tener un acuerdo diplomático y no una guerra fraticida”, manifestó, según citó la agencia Efe.
El presidente de Brasil dijo que no tiene claros los motivos de esta situación, si “es por el petróleo, por los minerales críticos, las tierras raras” o para “hacer caer a Maduro”, pero en cualquier caso se debe evitar que escale, concluyó.
También el gobierno chino se pronunció este jueves. Manifestó su “apoyo a la petición de Venezuela de una reunión con carácter de urgencia del Consejo de Seguridad” de la ONU y agregó que “se opone a toda intimidación unilateral”. “Venezuela tiene derecho a desarrollar de forma independiente una cooperación mutuamente beneficiosa con otros países”, dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Guo Jiakun.
A su vez, el canciller, Wang Yi, conversó con su par venezolano, Yván Gil, para transmitirle su apoyo en defensa de “la soberanía” y la “dignidad nacional” de Venezuela. Después de la charla, Gil manifestó que ambos hablaron sobre las “amenazas y agresiones” que sufre su país y los “riesgos que se ciernen sobre América Latina y el Caribe”.
El portavoz de la presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, también se refirió a esta crisis. “Observamos una escalada de tensiones en la región y consideramos que esto es potencialmente muy peligroso. Venezuela es nuestro aliado y socio”, afirmó en conferencia de prensa. “El presidente [Vladimir] Putin habló recientemente por teléfono con el presidente Maduro. Por supuesto, hacemos un llamamiento a todos los países de la región para que actúen con cautela y eviten cualquier evolución impredecible de la situación”, agregó.
A su vez, la cancillería rusa emitió un comunicado en el que afirma: “Esperamos que la administración de Donald Trump, caracterizada por un enfoque racional y pragmático, no cometa un error fatal”.
Otros países también se han manifestado sobre las acciones de Estados Unidos: desde Francia, que pidió a Washington y Caracas que eviten “cualquier escalada” que “pueda amenazar la paz y la seguridad en la región y más allá”, hasta Panamá, cuyo presidente, José Raúl Mulino, dijo que su país es “completamente ajeno en términos de participación” en este conflicto, pero que lo “observa con mucho cuidado”.
Esta semana, la secretaria de Gabinete de Trump, Susie Wiles, admitió que si el gobierno autorizara un despliegue militar por tierra en Venezuela, eso implicaría una “guerra” y requeriría el aval del Congreso. Sin embargo, Trump insistió este jueves en que para lanzar bombardeos sobre intereses del narcotráfico ubicados en territorio venezolano no necesita ese visto bueno.