Los ataques de las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza mataron al menos a 68 personas este domingo, según informaron fuentes sanitarias locales, consignadas por la cadena Al Jazeera.
Los ataques se produjeron en varias zonas del enclave palestino, pero se centraron fundamentalmente en la ciudad de Gaza y sus alrededores, en la zona norte del territorio, que está siendo bombardeado de manera persistente, con el telón de fondo de una crisis humanitaria creciente.
Mientras tanto, este domingo, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo durante una visita a una instalación del servicio de inteligencia interna, el Shin Bet, que la guerra contra Irán abrió muchas oportunidades, incluso “amplias posibilidades regionales”.
“Antes que nada, [necesitamos] liberar a los rehenes”, afirmó el mandatario, de acuerdo a lo que consignó el diario The Times of Israel. “Por supuesto, también tendremos que resolver el problema de Gaza para derrotar a Hamas, pero creo que lograremos ambas cosas”, agregó Netanyahu.
Este domingo, en el comienzo de la semana laboral en Israel tras el sabbat, Netanyahu lideró la reunión de gabinete en el Cuartel General del Comando Sur de las Fuerzas de Defensa de Israel, en la ciudad de Beersheba.
Medios locales informaron que en el encuentro, en el que, según trascendió, se abordaron la campaña militar en Gaza y las tratativas para llegar a una solución sobre la repatriación de los rehenes, no se llegó a un acuerdo. Fuentes del gobierno informaron que habrá otra reunión ministerial este lunes.
Las familias de los cautivos que aún permanecen en Gaza respondieron a las declaraciones de Netanyahu sobre que “repatriar a los prisioneros se ha convertido en la máxima prioridad”. Si bien los familiares acogieron con una medida satisfacción el mensaje, afirmaron que las palabras de Netanyahu llegaron “después de 20 meses de espera” y que “deben traducirse en un acuerdo integral que restituya a los 50 prisioneros y ponga fin a los combates en Gaza”.
En un comunicado, las familias enfatizaron que buscan la liberación de los rehenes, no su rescate. “Una sola palabra podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte para los prisioneros”, afirmaron en su declaración.
Las familias, así como otros sectores de la sociedad israelí, llevan mucho tiempo acusando a Netanyahu de postergar los acuerdos sobre la liberación de rehenes y anteponer a ello su supervivencia política. El sábado, nuevamente hubo manifestaciones masivas en Tel Aviv, en reclamo por la liberación de los rehenes y el fin de la guerra en Gaza.
Paralelamente, los mediadores egipcios, qataríes y estadounidenses siguen intentando mediar para que se reanuden las negociaciones indirectas entre el gobierno de Israel y Hamas.
La organización islamista palestina expresó su disposición a negociar la presencia de soldados israelíes en zonas clave de la Franja de Gaza durante un posible alto el fuego, según declaró este domingo un funcionario egipcio al diario israelí Haaretz. Una de estas zonas es el corredor de Filadelfia, una franja de territorio a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto, de la que el ejército israelí se retiró parcialmente durante el último alto el fuego, que comenzó en enero. Durante ese tiempo, las fuerzas palestinas administraron el lado gazatí del cruce fronterizo de Rafah, mientras que las autoridades egipcias supervisaron el lado egipcio.
Ahora, según el funcionario de El Cairo, Hamas está dispuesto a aceptar que Israel mantenga el control de todo el corredor durante el alto el fuego mientras ambas partes negocian el futuro de la zona.
Hamas también está dispuesto a aceptar la presencia de las Fuerzas de Defensa de Israel en zonas periféricas y deshabitadas de la Franja de Gaza durante la vigencia del alto el fuego, añadió el funcionario. También señaló que, si bien esto supone un cambio en la postura negociadora de Hamas, se trata sólo de un cambio táctico. Según expresó, áreas clave del desacuerdo entre Israel y Hamas siguen sin resolverse, en particular la demanda de la entidad palestina de garantías de que la guerra terminará, una condición que Israel hasta ahora nunca aceptó.
Ayuda deficitaria y asesinatos deliberados
“La gente de Gaza se enfrenta a un dilema insostenible: arriesgar a que su familia muera de hambre o arriesgar su vida para conseguir comida en un punto de distribución israelí-estadounidense”, declaró Médicos Sin Fronteras (MSF) en X.
“Esto no es ayuda humanitaria. Es una masacre”, añadió el grupo, en referencia a los frecuentes asesinatos registrados cerca de los puntos de distribución de ayuda de la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), empresa privada estadounidense que trabaja en coordinación con las fuerzas de seguridad israelíes.
A propósito de las muertes diarias mientras las personas intentan acceder a alimentos, Haaretz publicó la semana pasada una investigación en la que informó que soldados dispararon de manera deliberada contra palestinos desarmados que buscaban ayuda en Gaza tras recibir órdenes de sus comandantes. De acuerdo al mismo medio, dentro de Israel se ordenó el comienzo de una investigación sobre posibles crímenes de guerra a raíz de las acusaciones planteadas por los soldados.
Al menos 549 palestinos murieron y 4.066 resultaron heridos mientras esperaban la ayuda alimentaria distribuida en los centros gestionados por FHG, informó la semana pasada la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza. La FHG viene sido objeto de críticas generalizadas desde su creación en mayo.
Según el informe de Haaretz, que cita los testimonios de soldados israelíes que declararon bajo la condición de anonimato, se ordenó a las tropas que dispararan contra la multitud de palestinos y utilizaran fuerza letal innecesaria contra personas que no parecían representar una amenaza. “Disparamos ametralladoras desde tanques y lanzamos granadas”, declaró uno de los soldados.
En otra ocasión, un soldado dijo que donde estaban destinados en Gaza, entre una y cinco personas morían cada día. “Es un campo de exterminio”, agregó el soldado en su declaración.
Pero a la situación dramática en Gaza se suma un sostenido incremento de la violencia que ejercen los colonos judíos en varias localidades de Cisjordania, el más grande de los territorios palestinos.
En los últimos días, colonos que protestaban contra el uso de fuego real en sus manifestaciones violentas se enfrentaron con agentes de la Policía israelí frente a una base militar. Una fuente de seguridad informó a la radio del Ejército que los manifestantes destrozaron vehículos y utilizaron gas pimienta en el exterior de la base.
Multitudes de colonos alborotadores atacaron a las tropas durante la noche del viernes al sábado, incluido un oficial de alto rango, en la aldea palestina de Kafr Malik, cerca de Ramala, la capital palestina, después de que las fuerzas de seguridad llegaran para impedir que atacaran la aldea. Durante el incidente, los soldados respondieron con disparos al aire a un grupo de unos 30 colonos que les lanzaban piedras.