Al menos 80 personas fueron asesinadas este domingo en la Franja de Gaza en el marco de los incesantes ataques israelíes sobre el enclave palestino. Mientras el primer ministro israelí partió rumbo a Washington, donde este lunes será recibido en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Donald Trump, una delegación de funcionarios israelíes llegó a Doha, la capital de Qatar, para comenzar las negociaciones indirectas con representantes de la organización islamista palestina Hamas.
Los mediadores en las conversaciones en Doha son diplomáticos qataríes y estadounidenses, quienes intentarán un acercamiento de las partes y llegar a una propuesta que está sobre la mesa de un alto el fuego de 60 días en Gaza, aunque aún quedan muchos detalles por analizar.
Por lo pronto, se espera que, durante su encuentro en Washington, Trump presione a Benjamin Netanyahu para lograr un acuerdo, aunque medios israelíes estiman que las conversaciones entre sus funcionarios y los de Hamas pueden extenderse por varios días.
En la noche del sábado desde la oficina de Netanyahu se informó que los negociadores israelíes se habían reunido con el primer ministro antes de viajar a Qatar, pero también se advirtió en un comunicado que Hamas había planteado varias condiciones “inaceptables” a una propuesta de tregua promovida por Estados Unidos y aprobada por Israel.
El diario The Times of Israel recordó que el viernes Hamas dio una respuesta “positiva” a la propuesta, que contempla la devolución a Israel de aproximadamente la mitad de los rehenes vivos y los cuerpos de la mitad de los rehenes muertos retenidos en Gaza, en un plazo de 60 días, en cinco liberaciones separadas.
Según un diplomático árabe cercano a las negociaciones, ocho rehenes vivos serían liberados el primer día y dos el día 50. Cinco rehenes muertos serían devueltos el séptimo día, cinco más el día 30 y ocho más el día 60. Esto dejaría 22 rehenes aún retenidos en Gaza, diez de los cuales se cree que están vivos.
No está claro si Israel o Hamas decidirán quiénes serán liberados, pero además las partes tendrán que llegar a acuerdos sobre los presos palestinos en cárceles israelíes que serán puestos en libertad a cambio de los rehenes.
Según una fuente involucrada en las labores de mediación, Hamas propuso tres condiciones. La fuente afirmó que Hamas quiere que el acuerdo establezca que las conversaciones sobre un alto el fuego permanente prosigan hasta que se alcance un acuerdo; que la ayuda humanitaria se reanude plenamente mediante mecanismos respaldados por las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales de ayuda, no mediante la empresa privada estadounidense que lo está haciendo actualmente en coordinación con las autoridades israelíes, y que el ejército israelí se retire hasta las posiciones en las que estaba antes de que el gobierno de Netanyahu decidiera de manera unilateral, en marzo, romper la tregua que se había establecido. Desde el gobierno israelí no se especificó qué los cambios se consideraron inaceptables.
Mientras se espera saber si un acuerdo sobre los rehenes se materializará realmente, y qué forma adoptará en caso de concretarse, en la noche del sábado las familias de los rehenes y sus seguidores se manifestaron en todo el país para instar al gobierno a sellar un acuerdo para la liberación de todos los rehenes de una vez, incluso a costa de acceder a la exigencia de Hamas de un fin permanente de la guerra.
Esta demanda es una línea roja para Netanyahu, que en ningún momento habló de detener los ataques sobre Gaza de manera permanente, sino que siempre remarcó que lo que se puede negociar son treguas.
Además, incluso una tregua como la que está planteada, que en caso de ser aprobada por las partes tampoco significará un cambio sustancial en el conflicto, también significará un dolor de cabeza para el primer ministro israelí, quien es presionado por los integrantes más extremistas de su gobierno para no detener bajo ninguna circunstancia los bombardeos sobre Gaza.