Este domingo tanques y aviones del ejército israelí bombardearon varias zonas de la ciudad de Gaza, la más grande y poblada de la Franja, destrozando centenares de edificaciones, como parte de la ofensiva destinada a tomar dicha urbe y desplazar a toda su población, que se estima en un millón de personas, hacia el sur del territoio palestino.
Testigos informaron que escucharon explosiones de manera constante durante la noche del sábado en las zonas de Zeitún y Shejaia, mientras que tanques bombardearon casas y carreteras en el cercano barrio de Sabra y varios edificios fueron destruidos en la localidad norteña de Jabalia, donde existe un gran campo de refugiados.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por la organización islamista Hamas, informó que 64 personas murieron y 278 resultaron heridas por fuego israelí en la Franja de Gaza en las últimas 24 horas.
Medios israelíes informaron además que cuatro palestinos que iban a buscar ayuda humanitara fueron asesinados a tiros mientras viajaban a través de una zona militar al sur de la ciudad de Gaza que se utiliza habitualmente para llegar a un punto de distribución de alimentos.
En este contexto desolador para la enorme mayoría de la población gazatí, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, Phlippe Lazzarini, expresó en un mensaje en su cuenta de X que la hambruna es la “última calamidad” que azota Gaza, calificándola de “infierno en todas sus formas”.
El jerarca de la agencia de la ONU agregó que era hora de que el gobierno israelí “deje de promover una narrativa diferente” y permita que las organizaciones humanitarias brinden asistencia y que se permita la entrada de periodistas extranjeros al enclave. “Cada hora cuenta. Abran las puertas. Alto el fuego ya”, escribió Lazzarini.
Gobierno firme, protestas y ataques a Yemen
Este domingo la Oficina del Primer Ministro aseguró a los socios de la coalición del Ejecutivo que preside el primer ministro Benjamin Netanyahu que él no tiene intención alguna de desmantelar su gobierno de extrema derecha para incorporar a la coalición al partido Azul y Blanco-Unidad Nacional y a su líder, Benny Gantz, según informó la cadena israelí Kan.
El sábado Gantz había propuesto la formación de un gobierno de unidad de emergencia con Netanyahu y otros partidos de la oposición con el fin de alcanzar un acuerdo para el retorno de los rehenes y el fin de la guerra en Gaza.
Kan afirma que existía cierta preocupación dentro de la coalición ante la posibilidad de que Gantz se uniera al gobierno en detrimento de ellos, lo que llevó a Netanyahu a transmitir que esta medida no estaba contemplada.
Mientras esto pasa en la dirección política israelí, a nivel social las manifestaciones contra Netanyahu y su política belicista siguen en aumento, y este fin de semana, como en los anteriores, miles de personas se movilizaron en Tel Aviv y otras ciudades del país.
Paralelamente, este domingo el ejército israelí informó que realizó una serie de ataques sobre Saná, la capital de Yemen, en respuesta a una serie de misiles que fueron lanzados el viernes por los hutíes que gobiernan parte del territorio yemení en el marco de la guerra civil que se vive en dicho país, situado en el sur de la penísula arábiga. Las autoridades sanitarias hutíes afirman que el ataque causó cuatro muertos y 67 heridos.
El ejército israelí indicó que los objetivos incluían un complejo militar que alberga el palacio presidencial, dos centrales eléctricas y un almacén de combustible. Los ataques causaron cuatro muertos y 67 heridos, según declaró un portavoz del Ministerio de Salud hutí a X.
Tras el ataque sobre Saná, Netanyahu afirmó en un video que toda la región está aprendiendo de la fuerza y la determinación de Israel. En la grabación, el primer ministro advirtió que al que planee atacar a Israel “lo atacaremos”. “El régimen terrorista hutí está aprendiendo a las malas que pagará, y está pagando, un precio muy alto por su agresión contra Israel”, declaró Netanyahu en el video.