Cuando está en marcha el juicio que puede condenar al expresidente de Brasil Jair Bolsonaro, el movimiento llamado “bolsonarismo”, que antes movilizaba sectores organizados, como empresarios y el agronegocio, muestra señales de cambio. Hoy aparece más disperso en burbujas menores y en acciones individuales. Es un reflejo de episodios recientes, como el tarifazo de Donald Trump, que afectó directamente a parte de esa base.
Para la antropóloga Isabela Kalil, coordinadora de posgrados en Antropología de la Fundación Escuela de Sociología y Política de San Pablo, que sigue a los grupos bolsonaristas desde hace años, esos movimientos no significan que Bolsonaro haya perdido el poder. “Aunque no es elegible y su encarcelamiento es inminente, todavía se le considera una figura insustituible”, afirma.
En entrevista con Agencia Pública, Kalil explica los cambios que observa en el comportamiento de los bolsonaristas en relación con las elecciones pasadas, las de 2022. También habla sobre los posibles herederos de la extrema derecha. Para Kalil, la ex primera dama Michelle Bolsonaro tiene más potencial para ser la heredera política de su esposo que los hijos del expresidente.
Ante el juicio de Bolsonaro, ¿qué señales observa en los grupos bolsonaristas en términos de movilización y compromiso? ¿Existe un clima de expectativa, apatía o radicalización?
Parten del supuesto de que es una persecución política, entonces es como si no hubiera juicio, como si fuera una actuación para llegar a un resultado predeterminado desde el comienzo. Creen que vivimos bajo una dictadura judicial.
No hay expectativa de que pase algo distinto, sino más bien una creciente desconfianza en las instituciones, e incluso en relación con la realidad. La movilización apunta más en el sentido de no cumplir con la orden judicial que en actos violentos, como la destrucción de la Corte Suprema o algo similar.
Siempre existe el temor de ataques aislados, como ocurrió a las puertas del Supremo Tribunal Federal, pero es diferente a lo que ocurría en 2022, cuando vimos la movilización de grupos, incluso grupos armados. Ahora no veo algo así. Por lo tanto, si hay radicalización, será más de individuos, en forma aislada.
¿Qué segmentos del bolsonarismo están más activos actualmente? ¿Existen fisuras entre ellos?
Después del 8 de enero [de 2023, cuando bolsonaristas asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado], los empresarios y los militares salieron un poco de escena. Por lo menos desde el punto de vista público, dejando un vacío que pasó a ser ocupado por los evangélicos. Esto ocurre, principalmente, en la figura del pastor Silas Malafaia, que organizó las últimas protestas del bolsonarismo en las calles. Estos eventos incluso comenzaron a utilizar la estructura de eventos religiosos, como autos con altavoces y pantallas gigantes.
A pesar de este componente religioso, actualmente los segmentos más activos son aquellos que se conectaron con el debate sobre la libertad de expresión, principalmente en las plataformas digitales. La idea de la libertad de expresión está vinculada al trumpismo y a las acciones de Elon Musk tras la prohibición temporal de X en Brasil.
¿Qué pasó en el caso de los empresarios? Como los sectores de los empresarios y del agronegocio fueron directamente afectados por el tarifazo impuesto por Trump, hubo una retracción. Aunque algunos puedan decir públicamente que la culpa es de Lula, estos sectores adoptaron una visión pragmática.
Ahora los más activos son las personas comunes. Hoy el bolsonarismo está más disperso. A diferencia de lo que era algunos años atrás, en que se podía identificar segmentos específicos más fuertemente unidos en torno a la figura de Bolsonaro. Hoy hay una dispersión mayor en torno de esa noción, principalmente por las divergencias de visón sobre el 8 de enero y la idea de la libertad de expresión.
¿En qué medida la base bolsonarista todavía considera a Bolsonaro como una figura irremplazable? ¿Hay margen para que emerjan otros nombres?
Aunque no es elegible e incluso aunque la prisión esté próxima, creo que todavía es visto como una figura irremplazable. Y esto no es sólo una cuestión de los votantes, sino también pragmática en el campo de la derecha y la extrema derecha.
Con las elecciones, Bolsonaro pasó a ser hegemónico, consolidó el campo de la extrema derecha, que carecía de consolidación institucional en Brasil. También está el problema de la coyuntura, como la desintegración del PSDB [Partido de la Social Democracia Brasileña], por ejemplo. Fuerzas políticas más tradicionales o más jóvenes de derecha se han acercado. El bolsonarismo arrastró a la derecha en su conjunto. Por lo tanto, Bolsonaro es una figura insustituible dentro del campo de la derecha más amplia, incluso aunque haya espacio para otros nombres.
Ahora, las encuestas muestran que los hijos de Bolsonaro no tienen credibilidad [ante el] electorado. Existe desconfianza hacia ellos. Si los bolsonaristas tuvieran que votar a sus hijos, algunos no lo harían, y otros lo harían a disgusto. Sin embargo, no veo las mismas reservas en relación con Michelle Bolsonaro. Creo que tiene el potencial de ser la heredera más fuerte del bolsonarismo dentro de la familia.
Fuera de la familia, creo que es Tarcísio de Freitas [gobernador de San Pablo], pero dentro de la familia, Michelle tiene este capital político. Por ser mujer, atraería un tipo de bolsonarismo moderado. Para el tipo de votante bolsonarista que cree que una mujer no sería capaz de dirigir su propia candidatura, queda la idea de que ella tiene una proximidad muy grande con Bolsonaro y sería una intermediaria del propio Bolsonaro. Incluso en el caso de una posible prisión domiciliaria, por estar en la misma casa.
Soy muy escéptica cuando alguna figura del movimiento bolsonarista dice si va a candidatearse o no, o cuáles son sus planes, porque cambian a cada minuto. Pero sí, Bolsonaro sigue siendo una figura insustituible. Porque es el único que consigue agradar, de una cierta forma, a un amplio espectro político, algo que ninguno de sus herederos conseguirá hacer de la misma manera.
¿Cómo los liderazgos digitales del bolsonarismo están pautando la narrativa sobre este juicio?
El involucramiento de figuras internacionales como Musk, Steve Bannon y Trump da argumentos a los bolsonaristas, si hubiese un reconocimiento internacional de la supuesta supresión de la libertad de expresión, como si el juicio fuera realmente parcial. La primera personas en hacer esto fue Musk. Antes, no tenían liderazgos que colocaran esto en esos términos. Incluso durante el primer mandato de Trump, era más probable que Bolsonaro siguiera a Trump a que este le retribuyera cualquier tipo de gesto, de diálogo o de alineamiento.
El trumpismo les dio a Lula y al Partido de los Trabajadores una cierta ventaja en términos de defender una agenda soberanista, pero, por otro lado, para los bolsonaristas también alimentó la narrativa de persecución política, que se conecta con la discusión sobre las big techs.
¿Ha percibido un movimiento de bolsonaristas que “abandonan el barco” o la mayoría de la base se mantiene firme?
Existen bolsonaristas que abandonan el barco, hasta por razones de autopreservación, para no quedar envueltos en problemas con la Justicia. Pero otra cosa es el voto.
Cuando realizamos la investigación durante las últimas elecciones, se observó un fenómeno de hombres jóvenes que, en el focus group, decían que no iban a votar a Bolsonaro. En aquel entonces, en 2022, había una dimensión de la gestión de la pandemia de covid, de personas que habían sufrido muertes en su familia y se negaban a decir públicamente que apoyaban a Bolsonaro. Dijeron que se sentían incómodos al decir a sus parejas, madres, amigos o a su jefe en el trabajo que votaron a Bolsonaro, pero, a medida que avanzaba el focus group, se comenzaban a sentir cómodos para decirlo.
Creo que una manifestación pública de apoyo al bolsonarismo es una cosa. Otra cosa es votar al heredero político de Bolsonaro o a alguien a quien Bolsonaro apoye. No podemos medirlo. Vamos a tener que esperar a ver el impacto del juicio, si reduce todavía más la base bolsonarista, y cómo se desarrollarán las disputas sobre los herederos del bolsonarismo.
Esta entrevista fue publicada originalmente en Agencia Pública.