El 28 de setiembre, en el almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing, el ministro de Defensa Nacional, Javier García, se refirió al rol de las Fuerzas Armadas (FFAA) y “opinó sobre la reforma educativa y el papel de los sindicatos, criticó a la oposición, dio su visión sobre el pasado reciente, habló sobre lo que dejó la pandemia y las tareas que quedan, y paró la mano con la campaña electoral”, según consignó la diaria.
La ciudadanía no sabía que el ministro es un representante del enciclopedismo y que se maneja como si estuviéramos en el siglo XVIII, cuando algunas personas –enciclopédicas ellas– eran capaces de reunir el conocimiento de la época.
Haría bien el ministro en cumplir su función y, por ejemplo, llamar al orden al coronel (r) Eduardo Ferro, preso en Domingo Arena por la desaparición del militante comunista Óscar Tassino.
En este caso, además de lo que le compete y para eso la ciudadanía le paga un salario, la defensa nacional y las FFAA, los conocimientos del ministro le permiten, con soltura, explayarse sobre temas disímiles, propios de otras carteras, asociaciones o disciplinas. Aprovecha también para comentar las declaraciones de Marcos Carámbula y “retoca” esos dichos: después de mencionar la idea de plebiscitar a las FFAA pasa a preguntarse si alguien tercerizaría la función de esas fuerzas. Se pregunta, nuevamente, a quién beneficia que no existan las FFAA y señala la presencia de un “antimilitarismo adolescente”. Sabe bien el ministro que la Ley Marco de Defensa, de 2010, fue consensuada por todo el espectro político y sigue en vigencia. La actual Ley Orgánica de las FFAA data de 2019 y también está vigente. Es difícil argumentar, entonces, que existe un antimilitarismo adolescente. En todo caso, si realmente lo cree, es de interés de todos que diga quiénes son esos “adolescentes antimilitares”.
Haría bien el ministro en cumplir su función y, por ejemplo, llamar al orden al coronel (r) Eduardo Ferro –preso en Domingo Arena por la desaparición del militante comunista Óscar Tassino–, que declara muy suelto de cuerpo, en la entrevista que le hace Leonardo Haberkorn y que fue publicada en El Observador el 3 de octubre, que “[el fiscal especializado en Derechos Humanos, Ricardo] Perciballe es el enemigo” y que “el daño que le hace a la democracia es muy importante”.1 En esto sí sería conveniente que el ministro interviniera y sancionara al militar preso por cometer delitos de lesa humanidad.
En todo caso, es válido el refrán: “Zapatero, a tus zapatos”.
León Lev es integrante de Fuerza Renovadora, Frente Amplio.