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Cumbre y ampliación del BRICS: aceleración hacia un sistema internacional policéntrico

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La reciente cumbre del bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS), que se realizó en Johannesburgo del 22 al 24 de agosto, tuvo como uno de sus principales resultados aprobar la incorporación de seis nuevos estados miembros. Los seis estados seleccionados entre 40 más que solicitaron su admisión, además de otros que han demostrado interés, confirman algunos cambios en esta transición del sistema internacional que se procesa más rápidamente de lo que se pensaba a inicios de este siglo XXI. Estos cambios muestran un nuevo escenario geopolítico y geoeconómico del sistema internacional, avanzan en la línea de disminución del poder del dólar como divisa de referencia, abren nuevas perspectivas de financiamiento para proyectos en países del Sur global y generan múltiples desafíos inter-civilizatorios e interestatales.

La reciente cumbre ha generado un impacto mayor que las recientes y eso tiene que ver con la decisión de ampliar la organización con seis estados: Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. El otro tema relevante de la agenda tenía que ver con la creación de una moneda de referencia que posibilite no pasar por el dólar en el comercio al interior del bloque. Además de esos dos temas, otros temas de la agenda de importancia estuvieron vinculados a las instituciones internacionales y a la representación de las regiones. La decisión de ampliación con seis nuevos estados y la de comenzar los estudios específicos para la puesta en marcha de la moneda común –que se llamaría R5, dado que la denominación de las monedas de los cinco miembros actuales comienza con esa letra (renimbi, real, rublo, rúpia, rand)– generó repercusiones que van más allá de los objetivos iniciales que llevaron a la conformación del bloque.

En clave regional del Mercosur, los impactos de la cumbre se cruzaron con las elecciones presidenciales en Argentina, generando reacciones inmediatas cuando de lo que se trata es de poner reflexión, tener tiempo para generar ideas e intercambios con organizaciones sociales y definir posibles trayectorias. Tanto el candidato Javier Milei como Patricia Bullrich adelantaron que en caso de ganar el país no ingresará al BRICS, poniendo la ideología por delante de cualquier evaluación racional o propuesta diferenciadora. En el caso de Milei, ha ido más lejos en sus avances desequilibrados sobre la política exterior, llegando a adelantar una ruptura de relaciones con Brasil y China, lo que ha buscado ser suavizado por quienes se ocupan de los asuntos internacionales en su partido, para que no quede como uno más de los tantos que en la historia lanzan consignas y acciones que hunden generaciones sin que posteriormente puedan ser reparadas.

Una mirada al surgimiento y evolución del BRICS

La idea del bloque como instancia política fue una iniciativa de los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Brasil que se concretó en 2006 en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Para la concreción de la primera reunión oficiosa entre ministros fueron importantes las gestiones realizadas por Serguéi Lavrov, ministro ruso, y, sobre todo, Celso Amorim. El acrónimo se popularizó en el mundo de las inversiones por parte de Jim O’Neill del banco Goldman Sachs, quien en 2001 lo presentó para referirse a los cuatro países emergentes, que dominarían la economía mundial. De esa manera, ese acrónimo que se inició en el mundo de las inversiones se transformó en un instrumento en la conformación del bloque como instancia política. La presentación pública del BRIC (Sudáfrica se incorporaría a partir de 2011) se realizó en Rusia, en Ekaterimburgo, en 2009. Hay tres elementos de referencia para tener en cuenta en esta primera cumbre de conformación del bloque: se realiza poco después de una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS); se concreta cuando todavía se estaba procesando la crisis financiero-económica en Estados Unidos y países europeos, y un tercer elemento de relevancia es que en la declaración final ya se señala la necesidad de un cambio en el sistema de divisas y la utilización de monedas nacionales en el comercio intrarregional. La reunión de la OCS que se efectuó en la misma ciudad poco antes de la realizada por el BRIC planteó en la declaración final el compromiso de utilizar monedas nacionales en el comercio intrarregional y el objetivo de trabajar por una eventual moneda supranacional. La OCS está integrada por China, Rusia, Uzbekistán, Kirguistán, Tadjikistán y Kazajistán. Además de esos países, participaron en esa reunión como observadores India, Irán, Pakistán y Mongolia.

Una segunda instancia de relevancia en la evolución del grupo BRICS, con la participación de Sudáfrica, fue la realización de la VII Cumbre en 2015, en la ciudad rusa de Ufà. En este caso, como lo fue en la primera cumbre, Rusia articuló la reunión BRICS posteriormente a la Cumbre de la OCS y con reuniones con dirigentes de la Unión Económica Euroasiática que integran Bielorrusia, Rusia, Armenia y Kirguistán. Las cumbres anuales constituyen el principal referente de la evolución del grupo BRICS y es el que mide los avances reales que va concretando. En el caso de la VII Cumbre, las principales realizaciones concernieron a la puesta en funcionamiento del Nuevo Banco de Desarrollo, cuya directora desde abril de 2023 es Dilma Rousseff, y del fondo de reservas, denominado Acuerdo de Reservas de Contingencia. Este fondo se proveyó para hacer frente a posibles problemas de liquidez en el corto plazo a países del Sur global y para otorgar mayor seguridad y funcionar como una alternativa a las instituciones económicas internacionales existentes. Además, esa cumbre fue posterior a las sanciones que impuso a Rusia la Unión Europea luego de la evolución de la situación en Crimea, por lo que la realización de ese evento en su territorio fue una respuesta a estas. El capital aprobado para el banco es de 50.000 millones de dólares, que factiblemente se incrementará con la incorporación de los nuevos miembros. Las prioridades, orientación y líneas de financiamiento del nuevo banco se han ido perfilando como uno de los temas fundamentales en los debates internos del bloque en relación al desarrollo. Y no solamente al interior del bloque, sino también en organizaciones vinculadas a la cooperación internacional (Oxfam, 2014).

Una tercera instancia a resaltar en la evolución del bloque es la actual, en que se ha planteado en las dos últimas cumbres la ampliación. Hubo varios subtemas en el eje temático de la ampliación y diferencias importantes entre los integrantes del BRICS. Entre los puntos fundamentales que se trataron referidos a la ampliación, el primero fue acordarla, el segundo fue si debían tener un estatuto diferenciado, y el tercero fue la selección de los miembros. En ninguno de ellos hubo un consenso. En el punto referido a la ampliación, India no la quería, para no quedar prisionera de una red de estados vinculados a la Ruta de la Seda, y Brasil pretendía que hubiera equidistancia entre las regiones. Brasil insistió en el segundo tema con el estatuto diferenciado, pero quedó aislado (Costa, 2023). Finalmente, en la selección de los países miembros, se logró acordar el ingreso de esos seis países, si bien China pretendía llegar a la Cumbre con los acuerdos necesarios para incluir más estados (Chade, 2023). Brasil acordó finalmente la ampliación con esos seis miembros siempre que se incluyera en el documento final la reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En este punto hay diferencias entre la posición de India y Brasil, que confluyen en la prioridad de incluir más miembros permanentes, y China, que busca preservar por más tiempo la situación actual.

La cuestión pasa entonces a ser cómo se van generando los consensos entre los distintos referentes del sistema internacional, desde dónde y quiénes lo generan, si las regiones, las civilizaciones o los estados.

La evolución del bloque muestra su asentamiento y un mayor protagonismo a partir de la creación del Nuevo Banco de Desarrollo, la reciente decisión de incluir seis nuevos estados a partir del 1° de enero de 2024, y la idea de crear una moneda de referencia que posibilite el comercio entre los países BRICS sin pasar por el dólar. Tanto el Nuevo Banco de Desarrollo como las recientes decisiones abonan la idea de que los BRICS transforman el mundo (Kateb, 2011) y no solamente constituyen un paliativo de reforma del sistema (Turzi, 2011).

Importancia de la ampliación y del comercio con moneda R5

Los seis estados que ingresarían a partir del 1° de enero resultan significativamente importantes en esta transición del sistema internacional en que las regiones han retomado su valor geopolítico. Aunque nunca perdieron su importancia geopolítica y geoeconómica, la ideología de la globalización en que se cayó por unas décadas llevó a visualizar el mundo en términos de oportunidades y al sistema de estados en una evolución modernizadora y uniforme, sin filtrar las diferencias históricas y culturales.

Los seis países tienen su importancia estratégica en esta etapa de transición. En primer lugar, la inclusión de Irán y Arabia Saudita es el resultado del acercamiento entre ambos estados logrado por la diplomacia china. El acercamiento por supuesto no dirime el conflicto ancestral sobre la sucesión legítima de Mahoma y la interpretación de la línea sucesoria. Tanto Irán como Arabia Saudita son productores de petróleo y tienen reservas importantes. Arabia Saudita cuenta con importantes recursos financieros que podrá volcar próximamente al Nuevo Banco de Desarrollo. Estos dos países, junto con Emiratos Árabes Unidos, cuentan geopolíticamente en el Oriente Medio. Además, Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, es un polo financiero que podrá ir consolidando nuevas líneas de financiamiento. La admisión de Egipto y de Etiopía le da su peso e importancia al continente africano. Egipto, con sus 110 millones de habitantes, es un país clave en la región mediterránea, limítrofe con Israel y lindero del mar Rojo. Para ello basta con saber que Egipto es el país que cuenta con más monto de ayuda militar por parte de Estados Unidos después de Israel. Etiopía, por otra parte, con sus 120 millones, es el segundo Estado más poblado de África y tiene salida al mar por el puerto de Yibuti. El puerto de Yibuti resulta estratégico por controlar el pasaje entre el mar Rojo y el océano Índico a través del golfo de Adén. La importancia de Yibuti y su papel en la vigilancia de la seguridad marítima regional por la piratería están confirmados con las bases militares que tienen Estados Unidos, Francia, China, Italia y Japón. Y, finalmente, la inclusión de Argentina contempla el interés de China, que tiene inversiones de importancia y, sobre todo, de Brasil, en la medida en que es el socio estratégico regional con distintos acuerdos y niveles de interdependencia económica.

Con la ampliación de estos seis países toma una nueva dimensión la tendencia a la desdolarización de la economía mundial, por la importancia del conjunto de estados y sus respectivas áreas de influencia. La idea de ir hacia el objetivo de una moneda común R5, como ya comenzaron a denominarla, implicará un fino trabajo para que esa unidad de cuenta, que comenzará con una canasta de las cinco monedas, refleje el peso relativo de cada una de acuerdo a la importancia de las economías de cada país. En 2025 asumirá la presidencia del bloque Brasil, y se pretende que para esa fecha pueda darse inicio a la utilización de esa moneda de referencia en el comercio entre países del bloque.

La cuestión fundamental es que al dejar de ser el dólar la moneda de referencia internacional, Estados Unidos no contará con esa arma para presionar a los países, bloquearlos o congelar sus reservas. El caso más reciente es Rusia, en que las sanciones congelaron activos por unos 300 billones de dólares, la mitad de las reservas. Y, además, Estados Unidos tendrá más límites para la emisión de deuda, con las consiguientes repercusiones en distintos ámbitos.

Desafíos en perspectiva

Visualizar el escenario de transición en el sistema internacional que se percibe policéntrico y algunas tendencias no significa que los cambios en proceso ya estén y basta con que se concreten. Hay de por sí varios desafíos por delante que surgen del propio bloque y que tienen que ver con la diversidad civilizatoria y cultural que se encuentra representada. Integrar un mismo bloque da una respuesta en principio positiva a un encuentro de civilizaciones para contestar al choque civilizatorio que se comenzó a diseñar en la perspectiva de Huntington a fines del siglo pasado. Otro de los desafíos parte del puro realismo geopolítico y geoeconómico de los integrantes del bloque. Las tensiones fronterizas entre India y China son un ejemplo en tal sentido, que solamente muestran el iceberg de otras diferencias en el espacio regional entre ambos estados. Un desafío no menor atañe las definiciones próximas del bloque en relación a la gobernanza global y el sistema de Naciones Unidas, para lo cual se necesita de ideas, reflexión, y se requiere de tiempo y capacidad de diálogo. Y, desde lo cultural-civilizatorio, las relaciones intercivilizatorias con Estados Unidos y Occidente. Queda claro, como lo he señalado en otros artículos, que Occidente en general y Europa en particular han perdido poder y espacio como faro de referencia de la internacionalización con la consiguiente modernización (Noé, 2022). La cuestión pasa entonces a ser cómo se van generando los consensos entre los distintos referentes del sistema internacional, desde dónde y quiénes lo generan, si las regiones, las civilizaciones o los estados. Antes que eso claro está el desafío de que Occidente acepte estas nuevas realidades y, a su vez, de que por parte del Sur global no cunda un antioccidentalismo como respuesta exclusiva. La referencia de Ucrania sigue siendo un síntoma de que falta mucho camino por recorrer en aprendizajes de la historia, sobre todo por parte de Occidente en la actualidad (Baud, 2023).

Lincoln Bizzozero es miembro de la Comisión Académica de la Maestría Bimodal de Estudios Contemporáneos de América Latina (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República).

Referencias

  • Jacques Baud (2023). Ukranie entre Guerre & Paix. París. Max Milo.
  • Ana Clara Costa (2023). Sozinho na festa. Folha Piauí, 25 de agosto.
  • Jamil Chade (2023). Brasil vai propor embrião de moeda dos Brics em cúpula. Notícias UOL.
  • Alexandre Kateb (2011). Les nouvelles puissances mondiales. Pourquoi les BRIC changent le monde. París. Ellipses.
  • Jean-Baptiste Noé (2022). Le déclin d´un monde. Géopolitique des affrontements et des rivalités en 2023. París. L´Artilleur/Bernard Giovanangeli.
  • Oxfam (2014). El Banco de Desarrollo de los BRICS: por qué el nuevo banco global debe adoptar una agenda a favor de los pobres. Resumen Ejecutivo.
  • Mariano Turzi (2011). Mundo BRICS. Las potencias emergentes. Buenos Aires. Capital Intelectual.

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