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Muerte digna: cuestionamientos y respuestas

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Recientemente el grupo Prudencia, junto con algunas organizaciones y personas, ha difundido advertencias sobre el proyecto de Ley de Muerte Digna que estudia el Senado. Varias de ellas transmiten una imagen distorsionada, con afirmaciones falsas que generan temores injustificados en la población y en quienes esperan ejercer este derecho.

Por eso, desde el grupo de trabajo Muerte Asistida Digna en Uruguay (MADU) queremos responder a las principales objeciones, explicando el verdadero contenido del proyecto y evitando la desinformación:

1) “[...] la vejez o la discapacidad son motivos para la eutanasia”.

FALSO. El artículo 2 es claro: sólo puede solicitar que se le practique la eutanasia “toda persona mayor de edad, psíquicamente apta, que curse la etapa terminal de una patología incurable e irreversible, o que, como consecuencia de patologías o condiciones de salud incurables e irreversibles, padezca sufrimientos que le resulten insoportables, en todos los casos con grave y progresivo deterioro de su calidad de vida”.

La vejez y la discapacidad nunca han sido ni serán criterios para ejercer este derecho. Sostener lo contrario es desconocer lo que el texto de la ley establece.

2) “Sin garantías previas: no exige evaluación de psiquiatras, psicólogos ni trabajadores sociales”.

INTERPRETACIÓN ERRÓNEA. Cuando sea necesario, intervendrán profesionales especializados. Pero asumir que toda persona (psíquicamente apta) que atraviesa un final de vida con sufrimiento insoportable debe ser evaluada por un psiquiatra es menospreciar su capacidad de comprender su situación y de decidir libremente qué hacer con su vida.

3) “Sin control independiente: la revisión independiente del caso se realiza después de la muerte”.

FALSO. Además del médico tratante, un segundo médico independiente debe nuevamente analizar el caso, y puede rechazar la solicitud. Es cierto que existe una comisión que revisará todos los casos y presentará un informe anual al Parlamento: sin embargo, requerir su aprobación previa en cada caso, como sucede en España, ha demostrado ser innecesario y generar trabas burocráticas que en los hechos impiden ejercer el derecho.

4) “Sin acceso real a cuidados paliativos [...] que podrían evitar una decisión no libre, determinada por el sufrimiento”.

El acceso a cuidados paliativos está establecido por la Ley 20.179 (aprobada en 2023 pero que recién ahora se está reglamentando). La Ley de Muerte Digna asegura que cada paciente sea informado sobre esta opción, pero la decisión final es suya.

La eutanasia no quita apoyos ni sustituye cuidados paliativos: agrega una opción más para quienes no encuentran alivio. Defendemos una ley que amplía derechos, protege la dignidad humana y brinda garantías sólidas.

El principio central es la libertad de elección, no la imposición. Pensar que quien está sufriendo no es capaz de decidir sobre su vida es un acto de paternalismo inaceptable.

5) “Criterios vagos y riesgosos”.

FALSO. Los criterios están definidos con precisión en el artículo 2 (citado previamente) y son prácticamente los mismos que rigen en los países y regiones donde más de 300 millones de personas tienen la opción de acceder a la eutanasia o al suicidio asistido, sin que se registren problemas de interpretación o aplicación.

6) “Es una amenaza para los más frágiles: personas en soledad, pobreza o con discapacidad pueden sentirse presionadas”.

FALSO. La eutanasia no amenaza a los más frágiles: les devuelve autonomía. Sólo la situación clínica y la voluntad libre del paciente habilitan el acceso. En la práctica internacional, quienes optan por este derecho provienen de todas las condiciones sociales, porque el sufrimiento intolerable no distingue entre ricos y pobres, acompañados o solos. Y no es cierto que quienes estén rodeados de amor y cuidado prefieran siempre seguir soportando dicha agonía.

La eutanasia no quita apoyos ni sustituye cuidados paliativos: agrega una opción más para quienes no encuentran alivio. Defendemos una ley que amplía derechos, protege la dignidad humana y brinda garantías sólidas.

Frente al temor y la desinformación, elegimos confianza, libertad, empatía y compasión.

Alicia Fajardo, Clara Fassler, Isabel Villar, Ítalo Bove y Ricardo Bernardi son integrantes de Muerte Asistida Digna en Uruguay (MADU).

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