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Uruguay al borde de un cambio: ¿es la discapacidad la próxima política de Estado?

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En un país que busca definirse de cara al futuro, un tema crucial ha emergido con una fuerza inusitada en el debate político: la discapacidad. Lejos de ser un nicho, las voces del líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, del edil nacionalista Nicolás Botana y las propuestas del Partido Colorado señalan que este es el momento de un quiebre. El consenso es claro: Uruguay tiene una deuda histórica y ya no puede seguir postergándola. No se trata sólo de leyes, sino de una transformación cultural que nos exige pasar de la retórica a la acción.

Un punto que une a todas las visiones es la urgencia de terminar con la invisibilidad. Las cifras actuales son un fantasma que no representa a nadie. ¿Cómo diseñar políticas si no sabemos cuántas personas con discapacidad hay, dónde están y cuáles son sus necesidades reales? Todos coinciden en que el baremo único es la clave, la herramienta que permitirá unificar criterios y, por fin, generar datos sólidos para gobernar con evidencia. La propuesta de financiar equipos de valoración en todo el país, como señala Botana, es un paso audaz y necesario para hacerlo realidad. Y la creación de un Observatorio Nacional con independencia técnica no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Como bien lo plantea el Partido Colorado, será la herramienta para que la sociedad, las familias y las organizaciones controlen el cumplimiento de las promesas. El fin de los “diagnósticos abstractos” ha llegado.

¿Cómo diseñar políticas si no sabemos cuántas personas con discapacidad hay, dónde están y cuáles son sus necesidades reales? Todos coinciden en que el baremo único es la clave.

En la educación y el trabajo es donde la realidad golpea con más fuerza. La inclusión educativa es, en palabras de Botana, “la madre de las batallas”, porque hoy muchos jóvenes se quedan por el camino. A la vez, la cuota laboral del 4% es reconocida por todos como un fracaso sistemático que, más que fiscalizarse, debe rediseñarse. Las soluciones propuestas son innovadoras: tanto Mieres como Botana apuestan por la formación obligatoria en inclusión para todos los docentes, un paso fundamental para romper las barreras actitudinales. En el ámbito laboral, si bien Mieres y el Partido Colorado sugieren incentivos económicos para el sector privado, la idea más potente es la de Botana: que el Estado financie operadores laborales que acompañen a las empresas en el proceso de inclusión. Es un cambio de paradigma: en vez de sólo multar, se debe facilitar.

Más allá de los matices, existe un consenso fundamental: la necesidad de una institucionalidad autónoma con el peso político para coordinar y ejecutar. Ya sea dependiente de Presidencia, como propone el Partido Colorado, o un servicio descentralizado, como sugiere Mieres, lo crucial es que deje de ser un tema fragmentado.

El mensaje final es un llamado a la acción para la sociedad. La discapacidad no es un problema de un sector o un tema del gobierno de turno. Es una política de Estado que nos define como sociedad. Las propuestas están sobre la mesa. Ahora el desafío es que la ciudadanía las exija y las convierta en una prioridad irrenunciable. El tiempo de las excusas se acabó.

Nicolás Tauber es estudiante universitario.

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