Opinión Ingresá
Opinión

Ilustración: Federico Murro

Cultura de defensa y defensa de la cultura

3 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El tratamiento parlamentario del proyecto de presupuesto es una primera aproximación a los planes de gobierno. En este sentido, fue destacable la comparecencia en la comisión integrada de presupuestos y hacienda de Diputados, el lunes 8, de un numeroso grupo de representantes del Ministerio de Defensa Nacional (MDN), que expusieron sobre varias novedades. Entre ellas estuvieron los trabajos para “afinar los lineamientos estratégicos” del sistema de enseñanza militar.

La tarea comenzó por el contacto directo de las nuevas autoridades con la gran cantidad de institutos, centros y escuelas que forman parte de ese sistema, para conocer y analizar sus características, plantear un diagnóstico y establecer orientaciones. Todo esto se aplicará a los requisitos específicos de la actividad del MDN, en áreas tan diversas como las de la educación física, la investigación académica o el conocimiento de tecnologías refinadas que se utilizan en la guerra contemporánea. Pero no basta.

Para qué guerra educamos

Es preciso que las orientaciones de cada área se articulen en una concepción general de la tarea, clara y aceptada por el conjunto de la sociedad que financia la existencia del MDN. Esto nos lleva a una cuestión crucial, muy debatida sin que se haya logrado consenso: ¿se justifica la existencia de las Fuerzas Armadas en Uruguay?

Para buscar la respuesta se puede manejar un concepto muy amplio de defensa contra todo tipo de amenazas, incluyendo los desastres naturales o los riesgos de la situación de calle. También se puede definir con amplitud los intereses y la soberanía de Uruguay, pero a nadie se le ocurre que el MDN deba ser el principal responsable de las políticas sanitarias, científicas, de asistencia social, ambientales, económicas, educativas o muchas otras, que protegen a la sociedad de peligros y facilitan su avance hacia el desarrollo independiente, pero no son las que típicamente llevan a formar y mantener fuerzas armadas.

El objetivo típico en la historia de la humanidad es contar con una organización capaz de combatir contra otras fuerzas armadas, y el MDN cuenta con miles de funcionarios militares que no combaten ni lo harán jamás.

El MDN asume que la defensa nacional es “un derecho y un deber del conjunto de la ciudadanía”, según establece la ley vigente. A partir de esta premisa, se propone fortalecer las actividades de extensión, para “acercar la defensa a la sociedad”. Mientras la existencia de las Fuerzas Armadas sea un hecho consumado, por lo menos hay que asumir que el camino de la extensión es de doble mano. No sólo se trata de ampliar la “cultura de defensa” en la mayoría civil, sino también de defender la cultura de esa mayoría dentro de la minoría armada. En otras palabras, hay que civilizar la mentalidad militar, y esto no depende sólo de los programas de estudio y los discursos del personal docente.

La patria, te dijeron

La mayoría de los jugadores de fútbol hacen declaraciones con las mismas frases y los mismos conceptos, que expresan una visión compartida de la actividad a la que se dedican, lo que es importante en ella y lo que corresponde transmitirles a la prensa y el público. Esto no se debe a que reciban cursos específicos, sino a que sus relaciones sociales están bastante acotadas, en un ambiente con fuertes tradiciones que se reproducen.

En el caso de los militares, la influencia de las tradiciones se ve reforzada porque el aislamiento es mayor y porque no sólo hay una “familia militar” en sentido figurado, sino también verdaderas familias con varias generaciones de militares.

Por otra parte, y como sucede también entre la población civil, hay visiones del mundo y del deber ser individual que no se transmiten específicamente en las clases de historia o de educación cívica. El hecho de que la educación militar imponga y exalte la disciplina y la unidad de acción se expande mucho más allá de la formación específica para el combate, y determina todos los comportamientos valorados. El pensamiento crítico y la independencia individual tienen poco prestigio en ese marco.

Sería muy interesante realizar encuestas sobre las nociones ideológicas predominantes en quienes son militares y en el resto de la población. Aun sin evidencia de ese tipo, parece muy notorio que hay diferencias significativas, y que se deben en gran parte a que integrar las fuerzas armadas es vivir dentro de una burbuja. En ella, además, se cree poseer una comprensión más profunda y verdadera que la del mundo civil sobre la naturaleza de la patria y lo que implica defenderla. Esto tiene mucho que ver con la persistencia de un relato que reivindica, o por lo menos justifica, el terrorismo de Estado en la lucha contra enemigos “subversivos” y “sediciosos”.

El asunto es ponernos de acuerdo sobre qué se debe defender y de quiénes. Mientras se aborde el debate a partir de presuntas fronteras internas, estaremos en graves problemas que ningún curso de formación militar va a resolver.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesan las opiniones?
None
Suscribite
¿Te interesan las opiniones?
Recibí la newsletter de Opinión en tu email todos los sábados.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura