Desde que el viernes 5 de setiembre nos enteramos del asesinato de Alfonsina y Francisco a manos de su padre, quien se suicidó en el mismo acto, el reclamo ante las fallas del sistema de protección y la búsqueda de las razones profundas sobre por qué suceden estos crímenes han ocupado a los medios de comunicación y la sociedad toda.
Un grupo de feministas, conmocionadas por los hechos, reclamamos la revisión del sistema de respuesta, pero ¿por qué necesitamos revisar lo que hacen las distintas instituciones para proteger a niños y mujeres de la violencia machista? Es algo que no todos/as tenemos claro.
Porque entre julio de 2024 y setiembre de 2025, 14 mujeres y niños/as fueron asesinados o se suicidaron como consecuencia de la violencia machista que padecían, habiendo pedido ayuda a instituciones con responsabilidad en proteger y reparar las situaciones en las que se encontraban.
Porque el último informe de Unicef (2025) y la última encuesta sobre prevalencia de violencia de género (Instituto Nacional de las Mujeres, Inmujeres, 2019) indican que casi el 20% de las mujeres padecen violencia de género por parte de parejas y exparejas, cerca de 250.000 mujeres, mientras el disciplinamiento violento de la infancia alcanza a 222.000 niños/as.
El colectivo ¿Donde Están Nuestras Gurisas?, que lleva adelante las denuncias y búsqueda de mujeres y adolescentes en redes sociales, lleva la cuenta de que entre 2018 y 2022, de todas las desapariciones denunciadas, 20 aparecieron muertas y 17 siguen desaparecidas (la diaria, 27/7/2023).
El asesinato de mujeres en los últimos años ha mostrado un aumento significativo: entre enero y octubre de 2021 fueron asesinadas 32; en 2022, 42; en 2023, 47, y en 2024, 40 (Ministerio del Interior, 2024). Los datos de femicidios difieren bastante con los de asesinadas debido a que muchos de estos casos no llegan a resolverse, y en otros la Justicia no los caratula como tales.
Por otra parte, el Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (2024) reporta que “se recepcionaron y abordaron 684 situaciones de violencia en los 36 Comités de Recepción Local, que involucraron a 1.215 niños, niñas y adolescentes”. También indica que 13 niños/as han sido asesinados por sus padres en el marco de la violencia vicaria en los últimos tres años.
En el Ministerio del Interior, entre enero y octubre de 2024, se recibieron 35.293 denuncias por violencia doméstica.
Las Comunas Mujer (servicios especializados en violencia basada en género de la Intendencia de Montevideo) atendieron a 9.504 mujeres en 2024 y a 151 niños/as; los servicios de Inmujeres en el interior del país atendieron en 2023 a 2.326 mujeres.
¿Para qué conformar una mesa de trabajo en Presidencia? Para que las máximas autoridades del país puedan dirigir una revisión profunda y adecuación de todo el sistema de respuesta a la violencia de género y hacia las infancias.
A lo dicho se suma el recorrido por el sistema de justicia, donde hay un gran déficit de equipos evaluadores de riesgo, que hace que ante muchas denuncias de violencia de género no existan informes, o que se elaboren cinco meses después de realizada la denuncia. Donde las víctimas encuentran un sistema que tiene profesionales sin formación en esta temática, donde incluso llega a haber técnicos denunciados de abuso sexual a cargo de elaborar pericias psicológicas a víctimas, o donde los juzgados no toman acciones ante el incumplimiento reiterado de la violación de las medidas cautelares hasta que no son cuatro, cinco o más. Donde la Fiscalía prácticamente no investiga las denuncias de violencia doméstica y sólo el 12% de los delitos sexuales denunciados logra sentencias condenatorias.
Por otra parte, en el sistema de salud, si bien cuenta con dispositivos internos de atención a esta problemática, no me fue posible encontrar datos disponibles de la cobertura real. El episodio en el que Milagros Chamorro, víctima de violencia sexual, se suicida en la emergencia de su mutualista, pidiendo ayuda, evidencia las enormes carencias existentes en este ámbito también.
Entonces, ¿para qué conformar una mesa de trabajo en Presidencia?
- Para que las máximas autoridades del país puedan dirigir una revisión profunda y adecuación de todo el sistema de respuesta a la violencia de género y hacia las infancias.
- Para que cada mujer, cada niño/a y adolescente que pide ayuda a una institución del Estado encuentre la ayuda que necesite.
- Para que cada mujer, niño/a y adolescente que haya sufrido violencia y tenga heridas abiertas obtenga la reparación que necesite.
- Para que la justicia llegue siempre que una mujer, niño/a o adolescente busque justicia ante los delitos de los que fue víctima.
- Para que cada mujer, niño/a y adolescente que requiera asistencia en salud la tenga oportunamente.
- Para que cada persona que desaparezca tenga un Estado buscándola.
- Para que cada mujer, niño/a o adolescente que esté sufriendo violencia encuentre en el Estado un lugar donde la protección sea efectiva.
- Para que no tengamos que llorar más Alfonsinas, Franciscos, Lunas, Milagros, Valentinas, Marías, Claudias, Karens y cada una/o de las que están hoy padeciendo violencia esperando que las socorran.
Soledad González es feminista con una amplia trayectoria de trabajo con colectivos de mujeres.