Cuatro representantes de los partidos políticos con representación parlamentaria expusieron ayer sobre sus prioridades en materia de relaciones exteriores para el futuro gobierno, convocados por el Colegio de Licenciados en Relaciones Internacionales del Uruguay. Ope Pasquet por el Partido Colorado (PC), Heber Arbuet por el Partido Independiente (PI) y Diego Escuder por el Partido Nacional (PN) coincidieron en varias líneas generales, mientras que el frenteamplista Carlos Baraibar marcó discrepancias fundamentalmente respecto al voto epistolar, el futuro del Mercosur y las relaciones con Estados Unidos.
Todos los expositores coincidieron con que la política exterior debe ser una cuestión de Estado, es decir, que tenga lineamientos rectores más allá de qué partido se encuentre en el gobierno. Otro tema en el que hubo acuerdo fue en el rol preponderante que debe tener la cancillería a la hora de definir la orientación de las políticas y en la necesidad de profesionalizar el servicio exterior.
En cambio, las diferencias aparecieron en relación con el Mercosur y con los vínculos con la región. Pasquet planteó que la “defensa del interés nacional” debe ser el eje a seguir, y no “buscar alianzas político ideológicas”, planteo luego apoyado por el representante nacionalista. Respecto al Mercosur, todos dijeron apoyarlo, pero los delegados de la oposición destacaron su disconformidad con su funcionamiento, e incluso Arbuet planteó que en caso de que no haya avances en el bloque, Uruguay podría pasar a tener una “situación intermedia de ser Estado asociado” como Chile, y no ser país miembro.
“Sería deseable mantener los compromisos con el Mercosur, pero no estamos conformes. En la ecuación económica nos hemos visto desatendidos, institucionalmente al plantear el problema de los puentes también hubo desatención y los laudos favorables a nuestros intereses han sido desatendidos”, señaló, y abogó por una “integración crítica y con amplitud de visión”.
En el mismo sentido, Escuder planteó que el PN “no se opone al Mercosur” pero consideró que el país “debe condicionar su profundización al respeto de las sentencias de los Tribunales”. A la vez, consideró que en tanto no se avance en resolver estas “grandes fallas” en materia económica, como el cobro de doble arancel externo común y el acuerdo sobre el código aduanero, “no creemos que sea conveniente profundizar los contenidos políticos” del bloque.
En la vuelta
Un capítulo aparte mereció el Parlamento del Mercosur, cuestionado por todos salvo por el Frente Amplio, por ser un organismo meramente “declarativo” porque sus resoluciones no son supranacionales, es decir, no son obligatorias para los Estados miembros. Pasquet señaló que desde el PC “no se consideró positiva la creación del Parlamento, porque no necesitamos más organismos declarativos”, pero al mismo tiempo planteó que si sus resoluciones fueran obligatorias “no podríamos ir a proporcionalidades en las que Uruguay siempre va a perder”, en referencia a la representación de cada país.
En contraposición, Baraibar afirmó que el Mercosur “ya no es solamente un bloque comercial”. El diputado enfatizó que hay más de 200 organizaciones de diversa naturaleza (académicas, sociales, culturales) “que hoy tienen un ámbito de coordinación”, y reivindicó la utilidad de las recomendaciones que el Parlasur eleva al Consejo del Mercado Común. Baraibar descartó que haya supranacionalidad “por bastante tiempo”, ya que para aceptar este tipo de resoluciones es necesario modificar la Constitución.
En relación con Estados Unidos, Pasquet lamentó que Uruguay no haya firmado un Tratado de Libre Comercio (TLC), mientras que el diputado frenteamplista reconoció que dicha relación “es una gran discusión en el FA, que viene de los años 70, por posiciones muy dogmáticas de algunos sectores”, algo que Vázquez con su gestión “ha desmitificado”. Sobre el TLC, Baraibar opinó que Estados Unidos “tampoco ayudó mucho” porque planteó en clave de “tómalo o déjalo” un acuerdo comercial al que se le pueden hacer “serias objeciones”.
En el marco sudamericano, Escuder planteó la necesidad de dar preponderancia a la Organización de los Estados Americanos (OEA) respecto a otras organizaciones como la Unasur, y explicó que el PN apoyó una resolución en el sentido de la creación del Consejo Sudamericano de Defensa porque “es una buena forma de contener a [Hugo] Chávez, dentro de una propuesta brasileña que apunta a eso”.
Los de afuera
Los representantes del PC, PN y PI manifestaron su rechazo al voto epistolar. Pasquet dijo que personalmente no estaba de acuerdo con el proyecto que se plebiscita en octubre, aunque el PC no tomó posición al respecto. “Quienes no están sometidos a la autoridad de un gobierno no tienen por qué votar en la elección porque no forman parte de un proyecto común, de un proyecto nacional”, señaló, y sobre el voto epistolar en particular dijo que “no garantiza ni el voto secreto ni la identidad del votante”.
En general esos también fueron los argumentos de los otros dos voceros de la oposición, mientras que Baraibar apuntó que la Constitución “no establece ninguna diferencia en los derechos políticos electorales de los ciudadanos que viven en cualquier parte del mundo y de los que viven aquí”, pero que lo único que diferencia a los del exterior son las posibilidades económicas para viajar y votar. Respecto a la discusión sobre las garantías del voto epistolar, el legislador dijo que será la Corte Electoral la encargada de reglamentar la reforma, organismo que “tiene nueve miembros y solamente dos son del FA”. “Ésa es la gente que va a tener que reglamentarla. ¿Cuál es el susto, entonces? Votemos y después discutimos”, concluyó.