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Tabaré Vázquez durante el Consejo de Ministros en Sarandí Grande, Florida. (archivo, diciembre de 2007)

Foto: Javier Calvelo

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Localidades en las que hubo Consejo de Ministros no registraron cambios electorales en cinco años.

El gobierno electo aún no definió si en este punto habrá continuidad, cambio o profundización, aunque sus dos máximos exponentes hayan adelantado que entienden que fue una iniciativa acertada la de Tabaré Vázquez. En primer lugar porque acercó el gobierno a la gente, y más específicamente a aquellos que hasta entonces veían a sus máximos gobernantes sólo por televisión. Sin embargo, a nivel de los réditos políticos, los Consejos de Ministros abiertos en pueblos del interior no revirtieron la historia electoral a favor del Frente Amplio (FA), aunque en esos lugares la izquierda mejoró su performance.

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Figuras de peso del Frente Amplio que rodean a José Mujica y Danilo Astori consideran que las visitas periódicas del presidente con su gabinete en pleno al Uruguay profundo, para rendir cuentas y recibir reclamos, tienen mucho que ver con el altísimo porcentaje de aceptación que tienen Vázquez y su gestión de gobierno, a poco de culminar el período. Y ese mismo análisis sirve para explicar por qué esa buena imagen no se tradujo de una manera directamente proporcional en votos para el Frente Amplio (FA): una cosa es el gobierno, otra el partido que lo representa. Y en ese sentido ponen como ejemplo lo ocurrido en Chile y Brasil, donde también se viven procesos electorales y sus presidentes de izquierda mantienen el apoyo popular, pero no del mismo modo sus grupos políticos. Las salidas de Vázquez comenzaron al mes siguiente de haber asumido, dejando en claro cuál sería desde el vamos uno de los énfasis de su mandato: la transmisión de decisiones y difusión de logros y metas aún por alcanzar en contacto directo con la ciudadanía, diferenciándose de sus antecesores, que tenían un contacto más mediático con la población a través de entrevistas con los medios masivos de difusión.

Una comparación hecha por la diaria en base a datos de la Corte Electoral, demuestra que entre el 31 de octubre de 2004 y las dos vueltas de las elecciones nacionales de 2009, poco cambio hubo en la manifestación popular de sus habitantes. Se tomaron como referencia nueve localidades, entre otras tantas que visitó Vázquez a lo largo de su gestión. Los datos aportados no reflejan el 100% del total, entre otros factores porque no se contabilizaron los otros partidos ni tampoco votos en blanco o anulados.

Y te diré cómo votas

El 25 de abril de 2005 quedaron inauguradas estas sesiones en el mismo lugar en el que, cuatro años después, y 20 días antes de la primera vuelta, culminó este mecanismo. Se trata de Zapicán, departamento de Lavalleja, un departamento con tradición blanca a la hora del sufragio. La historia, en ese pueblo, volvió a repetirse. El 31 de octubre de 2004 la dupla Vázquez-Nin Novoa obtuvo en los dos circuitos allí existentes el 20,9% de apoyo, menos de la mitad de lo logrado por el tamden Jorge Larrañaga y Sergio Abreu (52,8%), aunque superando en cinco puntos al binomio colorado de Guillermo Stirling-Tabaré Viera, que cosechó el 15,%. Y lejísimo del Partido Independiente (PI), que obtenía con Pablo Mieres e Iván Posada el 0,7%.

Cuatros años después, Mujica y Astori quedaron en tercer lugar (19,9%), siendo desplazados por Pedro Bordaberry y Hugo De León (22,7%). El PI siguió cuarto (0,9%) y los blancos primeros, aunque el repunte colorado, más que la caída frenteamplista, le hizo perder varios puntos a la fórmula Luis Alberto Lacalle-Larrañaga (47%). En la segunda vuelta se pudo advertir un repunte oficialista, que superó en porcentaje al registrado en 2004 (26%), mientras que la propuesta opositora alcanzó el 61,6%, ocho puntos menos de lo cosechado en primera vuelta por blancos y colorados.

Ejemplos sobran

Esta dinámica se repitió en prácticamente todas las localidades estudiadas, tal como se puede observar en el cuadro adjunto: si bien el FA pudo crecer electoralmente en algunos de los circuitos, no pudo alterar los resultados finales, incluso en algunos perdió terreno. Tampoco cambió lo ocurrido en Rosario, departamento de Colonia, adonde Vázquez concurrió el 16 de abril de 2008. Allí había ganado en 2004 cuando el 41,1% de la población local apoyó su candidatura, relegando al segundo lugar a los blancos (35,1%) y a los colorados al tercero (11,5%). Y si bien siguió primereando en la primera ronda de 2009, cayó levemente su respaldo, al igual que los blancos.

Los colorados capitalizaron ahí esas variantes, manteniéndose en ese sentido lo que ocurrió en casi todo el país. En el balotaje, hubo un empate virtual, al llegar al 44,7% el oficialismo y al 44,8% la oposición. Haciendo énfasis en la teoría del medio vaso lleno, algunas de las fuentes consultadas valoraron que si bien el FA no pudo dar vuelta la ecuación, sí hubo aumento en el caudal de votos. Compararon este hecho con los años de acumulación que llevaron al FA al gobierno por primera vez después de 33 años de creada esa fuerza política. Sin embargo, advirtieron que cinco años es un período muy corto para sacar conclusiones. Y que así como los colorados “desaparecieron” del mapa en 2004 a raíz de ser uno de los gobiernos que culminó con más bajo nivel de apoyo popular, en 2014, si bien se podrían consolidar o revertir estas tendencias, influirán variables que a esta altura se presentan como difíciles de determinar.

Aun así, tanto Astori como Mujica entienden que esta dinámica contribuye a la democracia, más allá de que arrime o no votos. En entrevista publicada el 4 de noviembre de 2009, el futuro vicepresidente había respondido a la pregunta de si seguirían con la práctica con un “no lo hablamos con el Pepe, pero yo estoy a favor”. Por su parte, Mujica sostuvo que “esas cosas son importantes, son aportes”.

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