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Judíos por la nulidad

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Cuatro instituciones se pronunciaron a favor del voto rosado.

El Comité Central Israelita, que reúne y representa a la colectividad judía en Uruguay, reconoce, desde 1997, la necesidad de que se encuentren los restos de los desaparecidos y de que se implementen los mecanismos para lograrlo, pero no se pronunciará sobre la nulidad de la Ley de Caducidad. Los promotores del voto por el Sí entienden que el Holocausto y la dictadura uruguaya son hechos comparables desde el punto de vista humano, de memoria y de identidad, por lo cual se hace necesario adoptar posición sobre el plebiscito.

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La declaración a favor de la anulación de la Ley de Caducidad fue publicada en el mensuario Identidad de este mes, que representa al Movimiento Judeo Progresista e Identidad, institución firmante junto con la Casa de Cultura Mordejai Anilevich, la Corriente Judía Humanista y Secular, y la Asociación Cultural Israelita Dr. Jaime Zhitlovsky.

“Hace poco más de 60 años la humanidad vivió el horror de la destrucción y la masacre provocada por el nazifascismo contra todo aquello que considerara diferente o peligroso. […] ¿Cómo hacer que estos hechos no se repitan? Sin dudar con memoria, con justicia, con pluralismo y aceptación de la diversidad. […] Nuestras instituciones integrantes de la colectividad judía del Uruguay entienden que la memoria, el no olvidar el pasado, es un basamento fundamental de la cultura del pueblo judío, y que ello junto con la justicia es la única forma de lograr que estos hechos no se repitan respecto a los viejos y nuevos genocidas, respecto a los viejos y nuevos violadores de los derechos humanos”, reza la adhesión.

“Soy ateo y secular, pero apelo a una de las escrituras que habla de los diez mandamientos, la quinta, que es ‘no asesinarás’ -no ‘no matarás’, que es una mala traducción del hebreo-. La tortura, la desaparición forzada y el asesinato por los ideales de una persona es lo mismo en cualquier parte de la Tierra. Tenemos y debemos tener esto como valor por encima de los valores de la política y no debemos ser neutros en este tema”, señaló a la diaria Mauricio Zieleniec, director de Identidad. Claudia Hoffnung, representante de la Casa de Cultura Mordejai Anilevich, aclaró a la diaria que no se trata de colocar “en una misma bolsa” el Holocausto y la dictadura uruguaya, porque son hechos diferentes. “Lo que resaltamos es el tema de la memoria. Un pueblo no puede no tener memoria y cerrar ciertas medidas para conocer la verdad. No es una comparación entre hechos, sino un punto de vista desde lo humano y desde la identidad. Hablamos de hacer justicia”, opinó Hoffnung.

Hace una semana, el presidente del Comité Central Israelita (CCI), Marcos Israel, reclamó a los presidenciables -en el marco de un encuentro organizado por el Comitéla inclusión del estudio del Holocausto en los planes de educación uruguayos, en el entendido de que el análisis de esa historia puede aportar al combate de todas las formas de racismo. Israel dijo a la diaria que el comité no explicitará posición sobre el plebiscito por la nulidad de la Ley de Caducidad, pero adelantó que el nuevo directorio está en un proceso de diálogo para “rehacer una definición de principios” y que “se mantiene la necesidad de que se busquen los restos de los desaparecidos”.

“El CCI es una organización de segundo grado. Esto significa que tiene que existir un consenso en torno al plebiscito en todas las instituciones judías de Uruguay. Sí creo que debe pronunciarse sobre los principios, está claro que la Comisión para la Paz (conformada durante el gobierno de Jorge Batlle) fracasó por la vía de los hechos. Se trata de un tema electoral y eso hace difícil pronunciarse, pero es un tema de gran interés para el comité y lo vamos a seguir de cerca”, afirmó Israel.

Vigente

Para Hoffnung el CCI debería expedirse “desde la ética judía y humana”: “Hay mucho silencio en la comunidad, hay mucha gente a favor que no sale a manifestarlo y en la mayoría de los casos se trata de personas que no están institucionalizadas. Por eso creo que el comité debe al menos poner el tema en debate”, indicó. En ese sentido, Zieleniec expresó: “como colectividad judía deberíamos tener total claridad de votar por el Sí”.

“Cada institución tiene su propia dinámica y la burocracia, los tiempos y los temores no dejan definir con claridad estas cosas. En la colectividad siempre está presente este tema y lo está, seguramente, en el corazón de cada uno de nosotros”, dijo. Zieleniec no está seguro de la conveniencia de que el CCI se pronuncie porque generaría una situación polémica y quizás contraproducente, ya que muchos entienden que es una cuestión partidaria. Y añadió: “Por algo Pedro Sclofsky fue echado, pero eso no significa que no haya una conciencia colectiva de que deben juzgarse a los responsables”.

El representante del Movimiento Judeo Progresista e Identidad hacía referencia al episodio en que Sclofsky, quien ejercía el tercer período de la presidencia del CCI, fue obligado a presentar la renuncia del cargo luego de que en diciembre de 1997, tras un agasajo a la prensa, se solidarizó públicamente con el reclamo de las víctimas de la dictadura.

Tres años después, en abril de 2000, Sclofsky habló por primera vez sobre el tema en entrevista a La República: “la colectividad judía no podía permanecer ajena a la solución de un tema tan serio y grave como era el de los desaparecidos”, dijo.

Ayer, casi doce años después, Sclofsky, que ya no forma parte de ninguna institución judía, expresó a la diaria que sus dichos fueron pronunciados en momentos en que “la política” del entonces presidente Julio María Sanguinetti era que “se trataba de un tema que no correspondía tratarse como política de Estado”. “Por eso lo hice delante de los ministros, no les causó mucha gracia”, recordó y añadió: “Por eso también renuncié, entre comillas”.

Consultado acerca de si el CCI debería expedirse al respecto puso reparos, al entender que es suficiente con que el tema esté presente y parta de “cada uno de nosotros” y no porque la institución que los nuclea fije una posición. Y concluyó: “En 1997 cuando hablé de los desaparecidos fue distinto, porque pretendimos bregar para que fueran hallados. Y por esta misma razón voy a votar por la anulación de la Ley de Caducidad. No sigamos barriendo debajo de la alfombra”.

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