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Néstor Kirchner, entonces presidente de la República Argentina, en el balcón del Palacio Estévez, luego de la ceremonia de asunción presidencial de Tabaré Vázquez. (archivo, marzo de 2005)

Foto: Fernando Morán

Cambio y fuera

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Entre su ascenso inesperado y su muerte temprana, Néstor Kirchner dejó una profunda huella en la política argentina.

La sede del gobierno argentino fue cubierta ayer de flores, banderas argentinas y carteles con frases de despedida para el ex mandatario Néstor Kirchner y mensajes de apoyo para su esposa, la presidenta Cristina Fernández. A partir de la muerte de Kirchner se abren interrogantes acerca del rumbo que tomará el movimiento político que él lideró.

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Una multitud se fue sumando ayer a la Plaza de Mayo desde el mediodía, a medida que terminaba el censo nacional que el gobierno decidió continuar pese a la muerte de Néstor Kirchner. Miles de personas fueron convocadas por movimientos sociales cercanos al gobierno para rendir homenaje al ex presidente fallecido y manifestar su apoyo a la presidenta. “Cristina, no estás sola. Los jóvenes estamos con vos”, decía uno de los carteles colocados en la Casa Rosada. “Néstor nos mostró el camino. Gracias por tanta pasión”, se leía en otro. En la noche la plaza se llenó.

Kirchner, de 60 años, murió de forma súbita cerca de las 9.15, después de haber sido internado de urgencia en el hospital Formenti de El Calafate, en su provincia de Santa Cruz, acompañado por su esposa. Falleció a causa de una afección cardíaca por la que ya había sido intervenido dos veces este año.

El gabinete argentino se trasladó ayer a Santa Cruz, donde Kirchner será enterrado el viernes o el sábado. Hoy se le realizarán honores de Estado y será velado desde las 10.00 en el Salón de los Patriotas de la Casa Rosada.

La ausencia de Kirchner deja varias incógnitas; por ejemplo, acerca del respaldo que recibirá ahora Cristina Fernández por parte del Partido Justicialista y el apoyo que darán al kirchnerismo los electores. Los analistas consultados por la diaria están divididos, sobre todo respecto a si también el kirchnerismo murió ayer. María Laura Tagina, politóloga de la Universidad Nacional de San Martín, especialista en comportamiento político y electoral en América Latina, no lo puede predecir, pero destaca que la desaparición de Kirchner limita la posibilidad de sucesiones recíprocas entre Kirchner y Fernández. Pero que ella lidere el gobernante Frente para la Victoria (FV) “depende del apoyo que logre de algunas figuras relevantes que la han venido acompañando, de las figuras que tienen poder territorial, que tienen los votos y son los que manejan el aparato partidario”, estimó Tagina. En cambio, Diego Luján, analista político argentino residente en Uruguay, piensa que, “extinguido Kirchner, el espacio que representa no tiene un candidato lo suficientemente fuerte para aspirar a ganar las elecciones, y puede fragmentarse”.

Un posible sucesor de Kirchner en el FV, visto también como principal apoyo potencial para Fernández en los próximos meses, es Hugo Moyano, el líder de la Central General de Trabajadores y vicepresidente del Partido Justicialista. El sindicalista llamó a los trabajadores a “apoyar con todas las fuerzas” la gestión de la presidenta para que “siga con este modelo económico” y enfatizó que “después de Perón y Eva Perón nadie les dio tanto a los trabajadores como Néstor Kirchner”.

Los analistas también piensan que la presidenta puede encontrar respaldos fuertes en el canciller, Héctor Timerman, y en el jefe de gabinete, Aníbal Fernandez. Este último declaró ayer estar “inmensamente triste por la pérdida de un amigo y un patriota”.

Respecto a si habrá cambios en la manera de conducir el gobierno, tampoco hay certeza. Nadie sabe cómo es la presidenta sin Kirchner, al igual que nunca se supo cómo hubiera sido él sin ella. Tagina aseveró al respecto que “durante la campaña Fernández decía: ‘Es la hora de afianzar las instituciones, es la hora de abrirse al diálogo’, lo cual abrió una gran expectativa” pero el “estilo de gobierno siguió siendo el mismo” que durante la presidencia de Néstor Kirchner. De acuerdo a Tagina, esto podría cambiar ahora.

Amancio Vázquez, politólogo de la Universidad Nacional de Rosario, dijo que si tiene que “arriesgar algo”, será que Fernández “va a continuar con estas políticas desarrollistas, nacionalistas, incluso va a profundizarlas”, pero que “ahora se va a perfilar una situación en la que va a haber distintas presiones, de gente que puede ver una oportunidad para modificar un poco lo que está haciendo este gobierno”.

Por su parte, Luján recordó que Cristina Fernández “no empezó ayer en la política, que tiene una carrera importante” y por lo tanto si logra “mantener un gabinete fuerte, cohesionado, que responda a sus deseos y expectativas, tiene elementos para terminar su mandato”.

Señaló que “se decía, un poco off the record, que el presidente en funciones era Kirchner y que la esposa, si bien es una mujer de cierto carácter, cumplía funciones más protocolares del cargo”. Pero Tagina recuerda que “también durante el gobierno de Kirchner, Fernández formó parte de ese círculo cerrado y muy íntimo en el que se tomaban todas las decisiones”, y que los dos estuvieron juntos en las dos gestiones.

Para Luján, Kirchner era el que “mantenía” la “amalgama” que permitía al gobierno tener apoyos heterogéneos, que iban desde el de Hugo Moyano al de los piqueteros, pasando por las Abuelas de Plaza de Mayo. Su desa-parición, estima, podría generar “fugas” de esos apoyos, que irían hacia otros líderes, como “Daniel Scioli, Carlos Reutemann o algún otro gobernador oficialista”.

La titular de Abuelas, Estela Barnes de Carlotto, destacó ayer que Kirchner “hizo suya la causa del fin de la impunidad para los represores del terrorismo de Estado”. En nombre de Madres de Plaza de Mayo, su presidenta, Hebe de Bonafini, declaró que su agrupación “llora la muerte de Néstor Kirchner lo mismo que la de sus hijos, y con el mismo compromiso” y agregó: “No abandonaremos la lucha”. Kirchner generaba cierto consenso en el justicialismo y también más allá del partido.

De cara a la elección presidencial de octubre de 2011, Tagina dijo que habrá que “barajar y dar de nuevo” y hacer nuevas encuestas ahora que Kirchner ya no está. Porque a su entender, “en la cabeza de la gente, cuando pensaba en Cristina, pensaba también en él”. La politóloga recordó que en las últimas encuestas Fernández superaba levemente a su marido en intención de voto. Pero a ella la superaba Daniel Scioli, el poderoso gobernador de la provincia de Buenos Aires, que con la desaparición quedó en primera línea de los aspirantes a la presidencia por el oficialismo.

Sin embargo, Luján dijo que no ve a Scioli como líder del FV. “Yo lo veo más cerca de un peronismo reunificado, más volcado hacia [Eduardo] Duhalde, hacia Reutemann”. En opinión de Tagina, hay posibilidades de que Cristina se presente a su reelección porque “va a seguir teniendo ambición”.

Según entiende Luján, “el Partido Justicialista, el peronismo, es un partido fuertemente personalista, jerárquico, que sigue al líder. Los procesos de pérdida o de desaparición física disparan una serie de mecanismos centrífugos por los cuales asoman varios liderazgos emergentes que van a terminar siguiendo a aquel que les garantice seguir en el poder” y “en principio, el liderazgo de Cristina ya no va a ser suficiente”, porque el ex presidente manejaba la estructura partidaria.

Los dos analistas coincidieron en que a la hora de seguir gobernando sin Kirchner a su lado, Fernández deberá, antes que nada, preocuparse por las eventuales luchas de poder que se desatarán en su partido y por asegurarse el apoyo de algunos gobernadores y otros representantes locales que tengan apoyo popular.

De acuerdo a Tagina, con la muerte de Kirchner “se abre una ventana de incertidumbre y sólo con el pasar de los días las reacciones, medidas y actitudes que irá adoptando la presidenta se irán despejando”.

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