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Intendenta de Montevideo, Ana Olivera.

Foto: Javier Calvelo

Gestión invisible

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Ana Olivera cuenta en qué anda la Intendencia de Montevideo y señala que los medios informan muy poco acerca de su trabajo.

Se propone superar atrasos y deudas de la Intendencia de Montevideo (IM) respecto a los servicios básicos, aunque sin desatender las políticas sociales. Ana Olivera no les teme a los conflictos sindicales, aunque piensa que los reclamos de Adeom no tienen que ver con la realidad de los salarios municipales. La intendenta reclama mayor apoyo del gobierno nacional y considera que en el Frente Amplio (FA) existe “desconfianza” como consecuencia de la campaña.

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Ana por sí misma

FA y el gobierno “Estoy convencida de que hay un único proyecto. Sí hay una cosa que está pasando en la fuerza política y que seguramente nos va a llevar un tiempo, y la visualizo también respecto al gobierno departamental, y es que todavía hay algo de desconfianza que nos quedó de la campaña, que quedó de discusiones no saldadas”.

Diputados “La gente no sabe quiénes son los diputados de Montevideo. En cualquier departamento sabés quiénes son, mientras que en Montevideo preguntás y nadie sabe. En el caso de los frenteamplistas hay una decisión de ser diputados de Montevideo y tengo la sensación de que en otros sectores también”.

Gestión del Mides “Entrar en algo que está caminando lleva su tiempo, más allá de que tanto Marina [Arismendi, la ex ministra] como yo tuvimos un especial cuidado en la etapa de transición de dejar todo documentado, de manera que quienes vinieran pudieran asumirlo. Quizá haya menor visibilidad, como también Marina y yo tuvimos menor visibilidad en los últimos dos años porque ya no había tanta pornografía sobre el tema Plan de Emergencia y todo eso”.

Ley de Capitalidad “Venimos trabajando en silencio. No es un privilegio para Montevideo sino un reconocimiento al rol que juega. No tiene que ver con una vocación centralista sino con que hay proyectos que se ejecutan en Montevideo y tienen que ver con todo el país. Por ejemplo, el traslado del Mercado Modelo, o el puerto. Todas las semanas sacamos la cuenta de todas las cosas que estamos exonerando, organismos que por convenios internacionales o leyes están exonerados de pagar tributos. Lo que haría es considerar aportes especiales para determinado tipo de proyectos que tienen que ver con el rol que Montevideo juega en el país”.

-Hay menos aparición de la IM en los medios. ¿Es intencional?

-No, para nada. Como política de comunicación no anunciamos cosas hasta que no las estamos haciendo. En estos meses de gobierno hay una invisibilización que algunos atribuyen a la importancia que tienen los temas del gobierno nacional, pero en realidad no tengo propuestas de los medios. Desde que asumí ningún medio de prensa escrito me pidió una entrevista. Por eso buscamos todos los medios; el teatro arriba del ómnibus, la prensa barrial. Si no, sos invisible.

-Ha enfatizado los servicios tradicionales de las intendencias por sobre las políticas sociales que debe realizar el gobierno nacional. ¿Es una diferencia con la gestión de Ricardo Ehrlich?

-No, en absoluto. Nosotros definimos tres ejes del semestre, no hemos dejado de hacer ninguna otra tarea. Hay políticas que no podemos dejar de hacer, como la gestión social para la discapacidad, de la Comisión de Juventud o de la Mujer. Hay cuota parte de responsabilidad y roles distintos, pero no es que abandonamos las políticas sociales.

-Pero aunque se mantengan, ¿los servicios tradicionales pasan a ser un foco de mayor atención?

-Nunca dejaron de serlo, simplemente hubo momentos en que la situación del país hizo que la IM resignara conscientemente algunos aspectos. En 2002 analizamos la situación y decidimos que los recursos destinados al arbolado iban a pasar a las políticas de trabajo transitorio que desarrollamos en los dos años siguientes. Aquéllas eran políticas de la emergencia, hoy no desarrollamos más políticas de trabajo transitorio salvo la de Barrido Otoñal, pero es la única. Ahí se resignaron recursos y se dijo: “No va a haber poda”, y eso trajo un atraso muy difícil de recuperar, seguramente recién en este quinquenio podamos hacerlo. Hubo políticas sociales que asumimos, entre otras cosas, por omisiones del gobierno nacional. Pero en 2005 esos recursos volvieron a reorientarse.

-Pero una de las críticas de los montevideanos contra la IM es el cumplimiento de esos servicios básicos.

-Hubo dificultades en esa reorientación; ése es el otro problema. No es que la IM en los cinco años que pasaron no le diera importancia al ABC (Alumbrado, Basura y Calles), sino que en la basura hubo dificultades para aplicar el plan director, porque la realidad que se debió afrontar no era la misma que cuando se elaboró el plan, estábamos en una época de retracción del consumo y comenzamos en esa fecha un proceso de crecimiento de consumo: tenemos 30% más de toneladas de basura. Además, ese plan director se licita y en ese proceso se cae la disposición final de residuos, que iba a ser metropolitana porque Canelones, en todo su derecho, toma la decisión de bajarse del proyecto, entonces, cae la licitación. Hay una serie de medidas que estaban planteadas en ese plan director que no se ejecutan. Por lo tanto, necesitábamos medidas para mejorar la limpieza y simultáneamente generar un plan director que resolviera lo estructural. Han sido fundamentales las barredoras mecánicas para las avenidas, hacía un año y medio que no se limpiaban los contenedores, generamos el plan de Basura Inédita y ya se instaló el equipo que va a elaborar el plan director de limpieza. Al alumbrado público la IM siempre le dio corte, era el área con mayor nivel de satisfacción de los ciudadanos, que en el período pasado fue bajando. Tuvo efecto que su mantenimiento dejara de depender de los centros comunales y volvió a centralizarse. El nivel de aceptación fue bueno, pero no llegó a los niveles que había tenido. Ahora nuevamente estamos en el proceso de descentralizar. Pero insisto: fue un área que siempre estuvo privilegiada. De los temas clásicos, pusimos el acento en la limpieza, porque tenemos un problema, y en el transporte colectivo, que también implica políticas sociales. Son acentos por planes que venían en desarrollo, por atrasos o por deudas que teníamos, como es el tema del arbolado. Esto no implica dejar de lado nuestro rol en las políticas sociales, que se van a potenciar con la articulación con el gobierno nacional.

-¿Qué opina de los planteos salariales de Adeom?

-Su plataforma tiene muchos puntos y cada uno significa recursos destinados a los ingresos. Adeom plantea que el salario base llegue a la media canasta (unos 20 mil pesos), y nosotros queremos analizar el conjunto de los ingresos de los municipales -la compensación unificada o por asiduidad, la partida por presentismo, el salario vacacional-, porque cuando uno se compara con la canasta tiene que saber cómo se mide, teniendo en cuenta las cuotas mutuales, aguinaldo... Les planteamos que no ha habido pérdida del salario real en estos años, que el grado más bajo, que tiene un salario base de cerca de 12.000 pesos nominales, tomando esas otras compensaciones llega a 16.000 pesos de ingresos líquidos por seis horas de trabajo, hoy. Con ocho horas tienen un ingreso superior a 20.000 pesos. Si llegás a 16.000 pesos de ingresos líquidos con seis horas de trabajo estamos hablando de un ingreso digno. Nuestra propuesta es hacer ajustes semestrales por IPC [Índice de los Precios de Consumo]. Tenemos que cumplir el convenio que firmó el ex intendente Ehrlich y esos puntos significan incremento en ingresos.

-¿Espera comprensión de esos temas por parte de Adeom o piensa que la negociación va a terminar en conflicto?

-Nosotros apostamos al diálogo, a llegar a acuerdos. Creo que es muy vasta la plataforma que presentó el gremio. Obviamente, plantearse ajustes cuatrimestrales por el IPC más un incremento del salario real de 2,5% no hace a la realidad de los salarios que tienen. Los conflictos hay que verlos sin drama. Siempre algo se resiente, pero la gestión de gobierno implica esos conflictos.

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