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Edgardo Oyenart y Fernando Pereira.

Foto: Victoria Rodríguez

Instinto de supervivencia

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Coordinadores del PIT-CNT piden “autocrítica” para mantener “legitimidad” acumulada estos años.

Los conflictos sindicales fueron tema central de la agenda política de 2010. En el año que coincidieron los Consejos de Salarios y el debate presupuestal se hicieron muchos esfuerzos, desde diversas trincheras, por desentrañar esa compleja relación entre los sindicatos y el gobierno del Frente Amplio. Se habló de la “adeomización” de prácticas gremiales, de una “cegetización” del PIT-CNT y de la “satanización” de los públicos. Además, la declaración esencialidad terminó interpelando a una parte de la izquierda.

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Sobre varios de estos temas conversamos con dos de los tres coordinadores que tiene la central obrera. El dirigente magisterial Fernando Pereira (FP) pertenece a la corriente sindical Articulación y en las internas militó por Danilo Astori. Edgardo Oyenart (EO) pertenece al gremio del medicamento, Sindicato de la Industria del Medicamento y Afines (SIMA), y es del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).

Fernando por cinco

-Un conflicto lo podés ganar o perder, pero si perdiste con la gente, aun ganando perdiste. El colchón social para los sindicatos es como el agua para los seres humanos.

-Podemos cometer errores pero no somos tipos jodidos, vivimos en el mismo barrio que los demás y vamos a los mismos comercios. No somos marcianos.

-El movimiento sindical uruguayo, y eso lo ha hecho diferente a otras experiencias, se ha caracterizado por dar siempre sus peleas sintiéndose parte de la sociedad. Héctor Rodríguez decía que el conflicto más duro no es el que más duro suena, sino el que más gente convoca.

-Hace unos días el SUNCA hizo una asamblea en el Teatro de Verano con 7.000 trabajadores, y aprobaron por unanimidad el nuevo convenio colectivo. No había un solo medio de comunicación.

-No es un tema de cantidad. Este año el sindicato que más paros convocó fue el de la construcción, pero la relación con la sociedad sigue estando intacta. ¿Cómo no va a entender la gente que un obrero de la construcción haga un paro para poder cobrar un día de lluvia?

-Durante el conflicto de ADEOM se manejó la posibilidad de romper con el PIT-CNT. ¿Es algo inédito en la historia de la central?

FP: -Félix Díaz [dirigente portuario, fundador de la CNT] decía algo brutal. El que rompe la unidad se rompe a sí mismo. Amagues se pueden hacer muchos, pero nadie en su sano juicio puede tirarse contra la unidad del movimiento sindical. Ni la dictadura, con el quiebre que significó, pudo romper la unidad. Si alguien piensa que por diferencias tácticas tiene que irse, está profundamente equivocado. Los actos paralelos al 1º de Mayo terminan siendo testimoniales porque los trabajadores saben que el único acto es el convocado por la central.

EO: -Los anarquistas convocan un acto unos días antes, que es un testimonio valioso, pero todos los demás responden a organizaciones político-partidarias y no a sindicatos. Fuera del PIT-CNT no hay posibilidad de supervivencia y hoy los que amenazan con irse ni siquiera son sindicatos, son opiniones de algunos individuos. Nosotros recogemos el guante, el que quiere que se vaya, pero el sindicato se queda. Y el que se va no muere porque lo matemos nosotros, sino porque legitimarse fuera de la central es imposible.

-¿Es posible que esa legitimidad se haya deteriorado en los últimos meses?

FP: -Nosotros construimos una legitimidad, pero eso no significa que la vamos a mantener toda la vida. Y se construyó con políticas abiertas a la sociedad y con un programa para todos los uruguayos. La legitimidad se pierde cuando la gente piensa que sólo peleás para vos. Éste no fue un año particularmente conflictivo, pero los conflictos que tuvimos golpearon duro en la gente. Si un sindicato no consulta cuál es la mejor táctica y toma medidas impopulares, el problema es que después no paga sólo ese sindicato, sino todo el PIT-CNT, y otros sindicatos que fueron más razonables. Estos problemas no se arreglan enojándose con las encuestas que dan una baja de la popularidad porque son las mismas que nos dieron un crecimiento del apoyo social entre 2005 y 2009. Estos números tienen que servir para pensar autocráticamente en qué le erramos. Hace poco, Raúl Castro nos decía que los sindicatos hace 30 años que pintamos carteles rojos y negros, y que la gente no los lee más. Y es un amigo nuestro, no es la izquierda neoliberal. ¿Podemos ser tan necios de negarnos a hablar con amigos como Castro o Claudio Invernizzi? Hoy la gente en la calle discute si medidas como las del Clearing o de la recolección de basura son correctas, y no habla del contenido de los reclamos. Es evidente que le estamos errando.

Edgardo por cinco

-La lucha de los trabajadores públicos contra las privatizaciones en la década del 90 no fue una defensa de sus bolsillos, sino que reflejó una concepción de país que tenían esos trabajadores.

-Los derechos se obtienen peleando, porque nadie regala nada en esta sociedad. Ahora, los que no tienen derechos, ¿van a empezar a tenerlos cuando los pierdan los que ya los conquistaron? Ésa es la gran pregunta.

-La mayor diferencia entre el FA y el PIT-CNT es que el primero es policlasista y poliideológico, y no hay forma de que una central obrera sea policlasista.

-Gerardo Gatti decía que los sindicatos tienen que ser escudo de los más débiles. Pero si lo que hacemos no es comprendido por ellos, entonces estás totalmente desconectado de la realidad y sos apenas una teoría.

-Con Fernando, o con Articulación, tenemos matices y algunas diferencias, pero no posiciones antagónicas.

EO: -Los sindicatos no podemos ponernos a la gente en contra, y últimamente hemos cometido errores que terminan perjudicando al pueblo trabajador. Tenemos que tener autocrítica. No sé si pintar de rojo y negro o dejar de hacerlo es algo importante. Pero sí creo tenemos que desarrollar mejores vínculos de comunicación con la gente. Todo eso también forma parte de nuestro proceso de crecimiento, que incluye toda una camada de muchachos jóvenes que llegan al movimiento sindical sin experiencia y que hacen sus primeras armas.

-¿Cómo ven la relación de Mujica con el sindicalismo?

EO: -Mujica tiene una dura tarea, entre otras cosas porque la composición de su gobierno es diferente a la de Vázquez. Algunas cosas que ha dicho sobre el movimiento sindical son equivocaciones. Él no ha tenido en cuenta que la base real de las transformaciones reales, como destinatarios y también como sustento, son los trabajadores. Hay que recordar cómo convocamos 15.000 personas para frenar una huelga de transportistas que nos sonaba fea durante el gobierno de Tabaré y que eso fue lo que liquidó el tema. Más allá de eso, el que no se da cuenta de que no es lo mismo un gobierno del FA que uno de los partidos tradicionales le está errando. Y feo.

FP: -Los sindicatos no podemos ser prescindentes o neutrales ante lo que ha significado la llegada del FA al gobierno. Si no deberíamos pensar que en 2003, cuando teníamos 110.000 afiliados, éramos unos bobos, y que a partir de 2005 nos vino a todos un ataque de brillantez hasta tener 330.000. Soy cristiano, pero ese crecimiento no lo explica la providencia divina. En cuanto a Mujica, no encuentro nada diferente a lo que se podía esperar. Ya sabíamos que Pepe no es Tabaré y que no es Danilo. Pero no estamos ante un gobierno que haya que pelear para tirarlo, sino que hay que pelearlo desde la manga de izquierda para profundizar los cambios de Tabaré, que también tuvo un gobierno con contradicciones.

De congreso

El próximo congreso del PIT-CNT será los primeros tres días de julio de 2011. En el último, en 2007, la central tenía 250.000 afiliados; actualmente tiene unos 330.000. En aquella oportunidad participaron 507 congresales y ahora serán más de mil. El congreso elige la Mesa Representativa, un ámbito que luego proclamará al nuevo Secretariado Ejecutivo, compuesto a partir de un acuerdo entre corrientes de opinión.

-En las últimas semanas se habló de una “cegetización” del PIT-CNT, que, sin embargo, siempre ha estado más cercano a la CTA argentina, que ahora enfrenta una posible ruptura. ¿Es imposible que algo así pase en Uruguay?

EO: -Cuando se fundó la CNT, los comunistas y los anarquistas venían de matarse a tiros hacía bien poco en la guerra civil española. A pesar de eso, tuvieron la capacidad de entender la importancia de crear una organización que condensara una visión de clase y que permitiera construir una sociedad diferente. Después de la CNT vinieron el Congreso del Pueblo y el Frente Amplio. Posteriormente, siempre hubo líos y tensiones, durante las marchas cañeras o con el documento de las 3F (FUNSA, FUS y FOEB, minoritarios en la CNT en 1973) y en tantos otros episodios. Pero el proceso de la unidad siguió adelante. Nos podremos agarrar a los bollazos, pero mantenemos una ética y una fraternidad. Los viejos militantes sabemos que el enemigo no está acá adentro, está de la puerta para afuera. Y los que venimos de corrientes marxistas sabemos que existen, que no es poco. Lo que pasa con CTA nos preocupa y siempre las divisiones son un retroceso, pero no vemos que acá se pueda repetir. En cuanto a la cegetización, me parece que sólo puede decir algo así un estúpido que no sabe nada de historia. El que dice eso no conoce el sindicalismo uruguayo y el argentino.

FP: -Respeto mucho la ciencia política, pero comparar a la CGT y al PIT-CNT es una verdadera burrada. Es una forma de decir que estamos formando dirigentes con el brazo gordo y sin razonamiento fino, y en todo caso deberían decir cuál es la excepción a la que se refieren. Si tuviera que buscar un espejo en la región miraría a la CUT de Brasil y a todo lo que significa el proyecto del Partido de los Trabajadores de Lula. Con la CTA tenemos un vínculo importante, y de corazón esperamos que no haya una ruptura.

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