Los primeros resultados de las elecciones regionales francesas confirmaron ayer los pronósticos que prometían una abstención alta, como señal de disconformidad con la clase política en general, y un retroceso del oficialismo, como voto castigo al gobierno. Con estas expectativas, en momentos en que los partidos políticos de Francia se preparan para las presidenciales de 2012, el presidente Nicolas Sarkozy intentó marcar distancia con la derrota prometida para ayer. Declaró al diario Le Figaro que “unas elecciones regionales tendrán sólo consecuencias regionales”.
Tenga o no razón, la oficialista Unión por un Movimiento Popular (UMP), de derecha, salió mal parada de la votación de ayer. El diario francés Le Monde señalaba en su página web que la derrota de la UMP fue incluso más amplia de lo que se esperaba.
En promedio, en todo el país, el Partido Socialista (PS) obtuvo el 30% de los votos, frente al 26,5% de la UMP, que perdía así su puesto de primera formación política del país, según indicaron estimaciones de la consultora TNS-Sofres. Otros sondeos indicaban que el respaldo a los socialistas alcanzó el 29,1% y el del oficialismo llegó al 27,3%.
La ventaja socialista era algo con lo que el PS contaba en las regionales, en las que tienen más fuerza sus líderes, para poder pisar fuerte hacia las elecciones presidenciales.
Pero, además, otros partidos de izquierda tuvieron un buen desempeño ayer y esto aumenta las posibilidades de los socialistas de hacer acuerdos para vencer en segunda vuelta, el domingo, en los casos en que ayer no les alcanzaron los votos para evitar el balotaje.
“Los electores han expresado su rechazo a una Francia dividida” y “débil”, dijo la primera secretaria del PS, Martine Aubry, según recogió la agencia de noticias EFE.
Para mayor disgusto de la derecha, el tercer lugar en votos entre todos los partidos parecía quedar ayer en manos de los verdes de Europa Ecología, con 13%. Sin embargo, esa posición todavía estaba en disputa entre ellos y el ultraderechista Frente Nacional, de Jean-Marie Le Pen, que rondaba el 11% de votos.
Muy atrás, con sólo 4% de respaldo, quedaba el centrista MoDem (Movimiento Democrático), al que algunos todavía consideraban como un posible aliado del PS en las elecciones presidenciales. Con apenas poco más, 6%, el Frente de Izquierda lograba su meta de convertirse en el tercer partido de izquierda del país, indicó Le Monde.
Otra alegría para la oposición la dio la ex candidata presidencial del PS, Ségolène Royal, que se encaminaba a retener su cargo de presidenta de la región de Poitou-Charentes, con 39% de los votos, de acuerdo con un sondeo a boca de urna de TNS-Sofres/Logica.
Los pronósticos de descreimiento generalizado parecieron confirmarse y la abstención superó el 50% del padrón, según las estimaciones de varias consultoras. De acuerdo con Le Monde y Libération, fue de 52%, 10% más que en las regionales de 1998, que ya habían llamado la atención por la cantidad de personas que no emitieron su voto. Sin embargo, en las elecciones europeas de 2009 la abstención fue mayor: 59%.
Sarkozy emitió su voto en París sin hacer declaraciones. En cambio, el primer ministro, François Fillon, pidió no adelantarse a sacar conclusiones sobre este tema mientras no estén los números definitivos, pero ayer se estimaba que la cantidad de votos sin emitir marcaría un récord para las elecciones francesas.