Hace apenas dos años que la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) logró ganar las elecciones en Paraguay y terminar con 61 años de gobierno del Partido Colorado. Pero apenas se enfrió el entusiasmo del triunfo comenzaron a surgir diferencias entre el presidente electo, Fernando Lugo, y su compañero de fórmula, Federico Franco. En los últimos tiempos, el enfrentamiento entre los dos se hizo cada vez más abierto, a tal punto que el vice convocó el domingo a sus propios festejos por el aniversario de las elecciones en un acto en el que los discursos apuntaron contra el gobierno de la APC.
Esta coalición se formó con el objetivo de terminar con la hegemonía colorada, más que por afinidad ideológica entre sus integrantes. Incluye movimientos sociales de izquierda, que sintonizan con la figura de Lugo, un ex militante social y obispo del departamento pobre de San Pedro, pero el partido con más votos en la APC es el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), de centroderecha, al que pertenece Franco. Cuando Lugo asumió, en agosto de 2008, designó a muchos liberales en cargos altos de su administración, pero Franco esperaba más, y en particular esperaba más designaciones en el sector que él lidera en el partido, que los diarios paraguayos denominan “franquismo”. Hasta hoy mantiene ese reclamo.
El festejo paralelo del domingo fue convocado porque Franco no recibió invitación a los actos oficiales, según confirmó él mismo a la prensa. Ese día, el vicepresidente reclamó a Lugo “mayor respeto y preponderancia” para su partido.
También se refirió, entre críticas a Lugo, a la acusación de corrupción que pesa sobre tres funcionarios: el ministro de Emergencia Nacional, Camilo Soares, procesado el jueves, y otros dos empleados de esa secretaría. La justicia investiga si son responsables de un delito de malversación de fondos que habría causado al Estado una pérdida por 900.000 dólares, algo que los funcionarios niegan. Por el mismo delito se investiga al presidente de la empresa petrolera estatal, Petropar, Juan González Meyer, informó la agencia de noticias EFE.
En el acto del domingo, llamado “Marcha por la dignidad”, el hermano del vicepresidente, el senador liberal Julio César Yoyito Franco, echó en cara a Lugo los votos que aportó su partido en 2008 y que significaron 14 de los 45 senadores y 29 de los 80 diputados, señaló. Otro dirigente liberal, el diputado Enrique Salyn Buzarquis, aseguró que el PLRA “no le firmó un cheque en blanco” ni “le da un respaldo incondicional” a Lugo, a quien reclamó que cumpla sus promesas de atender a los más pobres y le advirtió que no le tolerarán simpatías con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Ayer Franco participó en el Consejo de Ministros, aunque se había especulado que no lo haría un día después de las críticas contra Lugo, señaló el diario paraguayo Última Hora. Consultado respecto del acto encabezado por Franco, el secretario general de la Presidencia, Miguel López Perito, hombre de confianza del presidente, respondió a periodistas: “No escuché el discurso, estuve trabajando ayer”.
El senador Yoyito Franco aseguró que a los actos oficiales de hoy -a los que se refirió como la “marcha oficialista”- asistirá más gente que los cientos o miles de personas que según las distintas fuentes participaron en el acto opositor del domingo. Así será, dijo, “porque habrá más recursos... no tengo duda de que se usarán recursos del Estado”, señaló el diario paraguayo La Nación.
Los enfrentamientos con el sector de los Franco en el PLRA también continúan en el Senado, donde el gobierno impulsa un debate sobre el Impuesto a la Renta Personal, que se aprobó en 2005 y debería entrar en vigencia este año, para aplicarlo en una primera etapa a los sueldos mayores a 120 salarios mínimos. El oficialismo entiende que este impuesto es necesario para sanear la economía, pero la oposición critica, en particular, que sea necesario presentar una declaración patrimonial para pagarlo. También en este caso es un sector del PLRA el que traba la discusión parlamentaria.