El primer voto emitido ayer en el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, que marcó una postura acerca de si se debe revisar la Ley de Amnistía en Brasil, fue negativo, y resultó ser una previsión de la decisión final. La posibilidad de revisar la polémica ley fue rechazada.
De los nueve votos de magistrados que integran el STF, al cierre de esta edición se habían emitido ocho, seis en contra y dos a favor.
La ley de amnistía fue promulgada en 1979 y enmendada en 1985. La Orden de Abogados de Brasil (OAB) presentó en 2008 una solicitud de revisión e interpretación explícita de la ley que señalara si cubre delitos como la tortura, informó el diario Folha de São Paulo.
El miércoles, cuando empezó el tratamiento de este tema en el STF, el único en votar fue el magistrado Eros Grau, quien fue perseguido por la dictadura militar que rigió en Brasil entre 1964 y 1985. Señaló que la ley fue un gran acuerdo político que no puede ser reescrito por el STF sino, en todo caso, por el Congreso. También argumentó, según el voto disponible en la web del tribunal, que “los crímenes -así no estén amnistiados- estarían prescritos. Si hubiere un juicio procedente, de él no resultaría ningún efecto práctico”.
Después de la votación de Grau se suspendió la sesión hasta ayer. Antes, había prestado declaración en representación del gobierno el abogado del Estado, Luiz Inácio Adams, quien apuntó que “reconocer la constitucionalidad de la ley de amnistía no es hacer apología de la comisión de tales crímenes. La amnistía es un acto político de clemencia”, según citó la cadena O Globo. Argumentó que la ley fue un instrumento necesario para el restablecimiento de la democracia.
Ayer dos jueces estuvieron en desacuerdo con él: Ricardo Lewandowski y Carlos Ayres Britto votaron a favor de la revisión propuesta por la OAB. Pero luego otros magistrados -Cármen Lúcia, Gilmar Mendes, Ellen Gracie, Marco Aurélio Mello y Celso de Mello- rechazaron la revisión, por lo que, sin importar hacia qué postura se incline el voto restante, la ley de amnistía continuará en vigencia tal como está.
En sus argumentos todos los jueces indicaron que la ley fue un acuerdo bilateral, amplio y general, por lo que no es revisable ni modificable. Faltaba anoche que manifestara su posición el presidente del STF, Cezar Peluso, que asumió su cargo la semana pasada.
Luego de que se emitiera el séptimo voto, que confirmó el rechazo de la revisión, los jueces que la habían aprobado se retiraron de la sala. Lo mismo hizo el presidente de la OAB, Ophir Cavalcante, que al pasar dijo a los periodistas de Folha de São Paulo: “Estoy escuchando aquí, hoy, el mismo discurso de cuando se elaboró la ley, en 1979: un discurso de miedo”.