Luis Alberto Lacalle inauguró ayer su participación activa en las elecciones municipales, volviendo, pasados seis meses desde el balotaje, al frente de actos tribuneros en la presentación de la lista 33 en Montevideo. Dijo que 2010 será el año en que “van a sonar los engranajes”, de reflexión interna y de ver si los “dirigentes y sectores del partido son capaces” de someterse a un “trance difícil para que se salve la vida”.
El acto sirvió para presentar a los postulantes por la lista 33 a la Junta Departamental, en apoyo a la candidatura de Ana Lía Piñeyrúa. En la sede central de Correntada Wilsonista, Lacalle volvió a los actos partidarios y se metió en la campaña electoral municipal, en la que hasta el momento casi no había participado para mantener la neutralidad como presidente del Directorio.
Lacalle, que fue quien determinó dentro del Partido Nacional (PN) que la autocrítica por el proceso electoral se realice una vez conocidos los resultados del 9 de mayo, anunció que está preparando “una reflexión profunda [...] con dura franqueza”. Aseguró que no será “sólo para quedarnos en la dura franqueza del tajo del cirujano, que a veces tiene que cortar -y cortaremos- para ver qué es lo que hay que arreglar, sino con la firme voluntad de proponer los cambios profundos que sean necesarios”.
El ex presidenciable afirmó que en esa instancia se verá “si la Convención del partido, los dirigentes y los sectores son capaces, después del análisis, de ir a la terapéutica y al remedio”. Para seguir con metáforas médicas, Lacalle enfatizó que el remedio tiene que ser fuerte. “Va a ser un remedio que tiene que sacudir al enfermo, que lo tiene que agitar, que lo tiene que someter a un trance difícil para salvarle la vida. De la misma manera que los tratamientos muchas veces son agresivos y uno piensa ‘¿qué están haciendo con éste para curarlo si parece que lo estuvieran hiriendo?’. Bueno, a esa profundidad tendremos que llegar”, se explayó el líder de Unidad Nacional (Una).
También señaló que los blancos se deben “reubicar” en una sociedad nueva, “en este fenómeno sociológico y cultural que nos ha traído idiomas, modismos, que nos ha traído maneras de vivir distintas, y que si el partido no conecta con ellas no va a poder decir que es Partido Nacional”. Por su parte, el líder de Correntada Wilsonista, Francisco Gallinal, ratificó que es necesaria la autocrítica “para ver de qué forma nos posicionamos mejor, de manera de ganar las próximas elecciones”, pero justificó que se haga después de mayo para “custodiar los resultados”.
Respecto de Montevideo, todos los dirigentes que realizaron discursos se refirieron como un bastión a “recuperar” y en el cual “meterse” para “hacer recapacitar” a los habitantes sobre su opción departamental. Lacalle dijo que tras estos veinte años de gestión frenteamplista “no puedo creer realmente -porque sería para pensar si el sistema no hay que pensarlo de otra manera- que se vuelva a votar al Frente Amplio por cinco años más en Montevideo, porque nunca se ha visto un fracaso más rotundo”.
“Necesitamos especializar gente en Montevideo”, aseguró Lacalle, “tenemos que traer a Cacho para tenerlo como el gran dirigente popular”, agregó, reiterando algo que ya Gallinal había sugerido previamente en su discurso cuando saludó a Carmelo Vidalín como una “nueva figura a nivel nacional”. La 33 tendrá como primer candidato a edil a Enrique Arezo, un militante de la juventud nacionalista que llamó a “luchar por una bancada de ediles fuerte”, y a otros dirigentes jóvenes de Soplan Vientos Nuevos, el Movimiento Nacional de Rocha y la agrupación de Alberto Perdomo.
Piñeyrúa, que cerró el acto, aseguró que tras los primeros casi tres meses de campaña “el PN está movilizado y Una está especialmente movilizada en Montevideo”, y aseguró que su campaña de “no hablar de política ni del PN” ha funcionado “porque lo que surge es la problemática de Montevideo, que no es otra que la ineficiencia de la Intendencia”.