Las elecciones británicas dejaron a los partidos más fuertes sin festejo. Los conservadores quedaron sin la mayoría absoluta necesaria para elegir en el Parlamento a su líder David Cameron como primer ministro; los laboristas no lograron frenar la caída en su respaldo para mantenerse en el gobierno y los liberales demócratas quedaron lejos del crecimiento notorio que prometían.
Desde la votación del jueves, el Partido Conservador inició una ronda de contactos con el Partido Liberal Demócrata, liderado por Nick Clegg, para obtener sus votos y formar gobierno con ellos, con quienes también intenta un acercamiento el oficialismo. Los laboristas del primer ministro Gordon Brown, les hicieron una propuesta de acercamiento para el caso de que las negociaciones con Cameron no prosperen, informó la agencia de noticias EFE.
Los conservadores no alcanzaron los 326 escaños necesarios para la mayoría absoluta, sino 306. El gobernante Partido Laborista obtuvo 258 escaños y el Partido Liberal Demócrata, liderado por Nick Clegg, 57. El líder liberal lamentó haber obtenido “unos resultados decepcionantes”.
Durante la campaña, Clegg opinó que le correspondía al partido con más votos la prioridad para formar el próximo gobierno. Por otra parte, un sondeo de la firma YouGov publicado en el periódico The Sunday Times indicó que dos tercios de los británicos consideran que Brown debe “aceptar la derrota” y dejar su puesto a otro. En cualquier caso, Brown mantendrá su cargo de primer ministro hasta que se forme el nuevo gobierno.
Los conservadores lograron el 36% de los votos, los laboristas el 29%, y los liberales el 23%. Pero los escaños obtenidos por los partidos no corresponden a esos porcentajes, porque el sistema electoral británico no es proporcional. Se divide en 650 circunscripciones y en cada una vence un candidato. Los votos para el perdedor son descartados. Éste es justamente uno de los puntos que los liberales reclaman en cualquier alianza: una reforma del sistema electoral que permita que los partidos menores tengan más legisladores en el Parlamento, en lugar de ser perjudicados por un sistema bipartidista que alternó en el poder a laboristas y conservadores.
Los tories se oponen a una modificación del sistema electoral y le ofrecieron a Clegg la formación de una comisión de todos los partidos para estudiar el tema. Argumentan que el Reino Unido necesita un gobierno fuerte y el actual es el único sistema que lo garantiza.
El sábado, cuando Clegg transmitía a los dirigentes de su partido la propuesta conservadora que Cameron le había ofrecido la noche anterior, unos mil manifestantes se congregaron en el lugar de la reunión para reclamar la reforma electoral. El líder se dirigió a los manifestantes y les dijo que estaba comprometido a lograr un cambio electoral, informó BBC.
Los dirigentes partidarios declararon a la prensa que se intenta lograr un gobierno cuanto antes, aunque las conversaciones podrán continuar por varios días. Tanto Clegg como Cameron definieron las tres reuniones mantenidas -la última fue ayer– como “constructivas”, “positivas” y “respetuosas”. Aun así, resta ver hasta qué punto están dispuestos a ceder para llegar a un acuerdo que permita asumir a un nuevo gobierno.
La reina Isabel II y sus asesores siguen de cerca la situación, informó BBC, y en caso de que no se logre negociar un gobierno, deberá nombrar al primer ministro o pedir a Brown que llame nuevamente a elecciones.