“Si se presentara una guerra con Colombia iríamos llorando, pero acudiríamos”, dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, ayer, luego de anunciar “con una lágrima en el corazón” que “Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones con el gobierno de Colombia”. Hasta ese punto llegaron las reacciones de lo ocurrido ayer por la mañana, cuando el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), citado por Colombia de forma extraordinaria, recibió supuestas pruebas colombianas de que el gobierno venezolano “tolera” la presencia de líderes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su territorio.
En la mañana, el embajador colombiano ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, pidió la creación de una comisión internacional que verifique en menos de 30 días la presencia de campamentos de las FARC en Venezuela. “En más de 30 días pueden desmontar campamentos. En 30 días no”, argumentó Hoyos, y expresó su deseo de que las “nuevas evidencias” generen “una reacción del gobierno venezolano”.
Como pruebas, además de testimonios y mapas con coordenadas, Colombia presentó una secuencia de fotos en las que, según Hoyos, se demuestra que dos grupos de las FARC partieron de territorio venezolano para hacer dos ataques en Colombia. También mostró un video grabado por un miembro de las FARC -siempre según Hoyos- en el que se muestra el recorrido por un campamento de las FARC en Venezuela, informó el diario colombiano El Tiempo.
El embajador aseguró que hay 1.500 guerrilleros y 87 campamentos de las FARC en territorio venezolano y presentó imágenes y documentos entregados por integrantes desmovilizados de las FARC o extraídos de computadoras incautadas a la guerrilla. Según Hoyos, esa información “compromete a funcionarios del gobierno venezolano”, informó la revista venezolana Semana.
“‘Ahora cuéntame una de vaqueros’, decimos en Venezuela ante una mentira difícil de creer”, sentenció el embajador de Caracas ante la OEA, Roy Chaderton. Agregó que la denuncia colombiana es un “montaje”, una “mentira evidente” y “maliciosa”. “Nadie gana con este tipo de situación”, sentenció el embajador y reiteró que Venezuela está “comprometida siempre con Colombia”.
Chaderton planteó que “se sentaría un precedente muy curioso” en la OEA “si nos dedicáramos a visitar cada uno de nuestros países para pronunciarnos sobre los problemas de orden interno”, y criticó que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, no haya aceptado propuestas de otros países “partidarios del diálogo” para evitar “que la OEA pueda lucir como una gallera”. Sentenció que “esta campaña mediática tiene objetivos de descalificación y ablandamiento para ambientar una intervención armada en Venezuela”.
La sesión solicitada por Colombia también causó la renuncia del embajador de Ecuador ante la OEA, Francisco Proaño, que era el presidente de turno del Consejo Permanente y como tal debía convocarla. Proaño dijo haber recibido una petición del canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, de que no convocara la sesión extraordinaria. Una nota de prensa de la misión ecuatoriana en la OEA firmada por Proaño explicó: “Ante la disyuntiva de contradecir dichas instrucciones y su voluntad de no incumplir ni violentar los reglamentos de la organización regional [...] el embajador Proaño decidió presentar su renuncia”. Patiño negó la solicitud aunque reconoció que “se le solicitó posponer la convocatoria para dar oportunidad al diálogo”, indicó BBC.
En su discurso, al anunciar la ruptura de las relaciones entre los países vecinos, Chávez calificó de “muy graves” las denuncias, a las que tachó de infundadas ante la OEA, y aseguró que “Uribe es el gran culpable del aislamiento de Colombia, porque el suyo ha sido un gobierno guerrerista, mentiroso, agresivo, violento, virulento y energúmeno”.
“Y estaremos alertas porque Uribe es un enfermo, está lleno de odio”, advirtió Chávez desde las puertas del palacio presidencial, en un estrado, acompañado por el futbolista Diego Maradona, quien visitaba al mandatario. “No aceptaremos ningún tipo de agresión ni de violaciones a nuestra soberanía”, dijo Chávez, según la oficial Agencia Venezolana de Noticias. El mandatario expresó su deseo de que con el próximo gobierno de Colombia, que asume el 7 de agosto liderado por Juan Manuel Santos, su país pueda “reiniciar un proceso de reacercamiento, hacer reuniones de cancilleres y de presidentes, y hablar de las buenas relaciones”.
En el mismo acto, Maradona aseguró que “el pueblo colombiano no tiene la culpa” y le preguntó a Chávez: “Presidente, ¿Santos no es del camino de Uribe?”, a lo que el mandatario le respondió que a pesar del “historial conflictivo” con Santos, confía en que podrán dialogar. Maradona cerró su discurso asegurando, mientras señalaba a Chávez, “estoy con él a muerte”.
El gobierno de Uribe preveía la ruptura definitiva de relaciones, por lo que el miércoles llamó a consultas a su embajadora en Caracas, María Luisa Chiappe, para evitar “posibles complicaciones en su salida”, informó El Tiempo. Aun así, desde el anuncio venezolano, varias autoridades colombianas lamentaron la ruptura en las relaciones. Por su parte, Santos prefirió no manifestarse acerca del conflicto.
El canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, dio “72 horas” al personal de la embajada colombiana para abandonar el país, informó la agencia de noticias EFE. Ordenó el “cierre” de la sede diplomática, recordó que el embajador de Venezuela en Bogotá ya está en su país y anunció que solicitó la “convocatoria inmediata de un consejo de cancilleres” de la Unión de Naciones Suramericanas. Maduro dijo que la Unasur es el “escenario natural” para tratar el conflicto y apuntó que “la gente responsable del continente tiene que reaccionar frente a la utilización burda de un espacio como la OEA, como si fuera un programa de cuarta categoría de la peor televisión que pueda haber en Colombia”.