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Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga. (archivo, agosto de 2010)

Foto: Nicolás Celaya

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El PN ha “homogeneizado” su discurso, debe revitalizar la comisión de ética y tener una estrategia a “largo plazo”, algunos de los reclamos de la reflexión blanca.

En la jornada de evaluación que tuvo el sábado el Partido Nacional (PN), la Secretaría de Asuntos Sociales (SAS), la juventud y los diputados que asumieron en esta legislatura una banca por primera vez presentaron sus evaluaciones sobre el desempeño electoral de los blancos.

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Para la SAS uno de los puntos a analizar en este proceso de reflexión es la creación de nuevas estructuras de funcionamiento, ya que en general, señalan, el PN “funciona igual que hace 100 años, con sectores, liderazgos y listas fuertes, que lo han hecho muy dinámico y natural pero, a nuestro juicio, son poco adecuadas a la inserción en la compleja estructura de base donde la sociedad participa y toma posición”. Los dirigentes consideran que estas estructuras verticales “deben ser complementadas con otras de funcionamiento horizontal”, similares a la SAS, donde a partir de temas concretos se intenta llegar a la ciudadanía sin que medien los sectores.

Pero advierten que estas nuevas estructuras “deben contar con una clara indicación de los dirigentes a volcarse a este tipo de actividades y con el apoyo concreto de recursos” para tener éxito. El documento, al que accedió la diaria, recoge, a su vez, otro de los ejes de la jornada del sábado, en relación con investigar si “el relacionamiento, el contacto y el discurso se ajustan o no con las expectativas de la población y los tiempos en que vivimos”.

Por ejemplo, sobre la dificultad de crecer electoralmente en las zonas urbanas se preguntan: “¿Es que nuestro discurso es denominado conservador por nuestros adversarios?, ¿es el efecto de la relación con el Partido Colorado en los tres gobiernos anteriores?, ¿tenemos dirigentes poco populares?, ¿somos vistos como un partido aristocrático?, ¿nuestros principales dirigentes saben comunicarse con las estructuras sociales?, ¿tenemos dirigentes intermedios preparados para difundir e interactuar en sus ámbitos de acción?, ¿tenemos medios de difusión y estrategias de comunicación?”, aunque no adelantan respuestas.

La no adaptación a la reforma electoral de 1996, que instaló las elecciones internas, es otro de los factores que deben ser estudiados en profundidad. Según el informe, “el Partido ha demostrado capacidad de realizar enormes esfuerzos en la instancia interna que no se transfieren en su totalidad a la instancia de la elección nacional”, y eso se debe a que se genera, luego de las primarias, “un agotamiento para encarar la siguiente etapa y que además los agrupamientos y listas que surgen de la interna producen una suerte de falta de interés en sectores importantes, de los dirigentes y militantes que no lograron las mejores ubicaciones”. Sin embargo, pese a que muchos dirgentes apuestan a modificar el sistema electoral, la SAS no comparte esa visión, sino que pugna por “adaptarnos de mejor manera al mismo”.

Por último, la SAS hace foco en algo que también fue discutido en la primera instancia de autocrítica, en relación a mantener la “unidad en la diversidad”. “No es nuestra intención debilitar la unidad, pero creemos que se ha homogeneizado el discurso en muchos temas, lo cual no se condice con las distintas visiones y tendencias existentes. Esto ha achicado en forma considerable nuestro abanico filosófico por un lado y por otro sólo se abordan aquellos temas donde existen coincidencias”, constata el texto, e invita al “debate franco”.

Nuevos

La falta de debate fue cuestionada también por el presidente de la juventud partidaria, Federico Ricagni, quien el sábado manifestó que la convención nacional se limita a cumplir formalidades y que debería estudiar en profundidad los temas políticos. Y en relación con la imagen que el PN da a la ciudadanía, Ricagni expresó, según participantes en el encuentro, que es necesario revitalizar la comisión de ética del partido para eliminar la asociación con casos de corrupción. “Si vemos que tenemos esa imagen debemos tener una actitud proactiva para demostrar los valores que en realidad representa”. Los jóvenes elaboraron un documento para la reflexión, pero en particular sobre las elecciones de la juventud de 2007 y sobre la convocatoria que se realizará en 2011.

En tanto, los diputados José Arocena (Florida), Mario Silvera (Treinta y Tres), Mario García (Lavalleja), Amin Niffouri (Canelones) y Gerardo Amarilla (Rivera), todos legisladores que ingresaron por primera vez al Parlamento, aportaron otro documento en el que reclaman una estrategia de largo aliento para todo el partido: “Los sectores sólo diseñan su hoja de ruta hasta la elección y generalmente lo hacen por sectores o candidaturas, pero a nivel de partido hace falta una estrategia de largo plazo; en el proyecto de país -incluso con la coexistencia de más de un modelo o de distintas variantes de un modelo-, y además respecto a una estrategia de trabajo”, indicó Amarilla. Los legisladores afirman que es necesario tener un “mejor relacionamiento con la sociedad, invertir más en la juventud y en la formación de jóvenes militantes y mejorar las instancias de coordinación partidarias”.

Simplemente no

El presidente del directorio, Luis Alberto Lacalle, rechazó hoy varios de los argumentos manejados en la jornada sabatina, en particular el que señala que el PN tiene “imagen” de ser un partido de las clases altas. “En nuestro partido conviven académicos y analfabetos, ricos y pobres, patrones y empleados, tenemos dirigentes sindicales. Eso es simplemente un error de apreciación. Ésa es la imagen que tiene el PIT-CNT, que dice ‘la derecha’ y ‘las clases dominantes’; entonces, si vamos a echar agua para ese molino, nos estamos equivocando”, dijo ayer Lacalle en El Espectador. También negó que se limitara la diversidad de opiniones: “También eso es una simplificación. Hay diversas opiniones en muchos temas; el nuestro es un partido de gente libre y democrática, no hay un pensamiento oficial impuesto ni hay voluntad de imponerlo”.

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