La empresa británica British Petroleum (BP) atribuyó a “múltiples compañías y equipos de trabajo” la responsabilidad por la explosión y el hundimiento, el 20 de abril, de la plataforma petrolífera que la firma operaba en el Golfo de México, que causó la muerte de 11 personas y un desastre ecológico.
En una investigación interna publicada ayer, la empresa estima que el accidente se produjo por una compleja combinación de fallas mecánicas, errores humanos, problemas en el diseño de ingeniería y dificultades operativas, informó la BBC.
La investigación fue liderada por el jefe de Seguridad de BP, Mark Fly, y un equipo de unas 50 personas, casi todas empleados de la empresa. Su trabajo comenzó poco después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon y concluyó en que hubo ocho fallas clave que, combinadas, llevaron al desastre.
La firma Transocean, dueña de la estructura de la plataforma que operaba BP, y Halliburton, que tenía a su cargo parte del trabajo de construcción en el pozo, son las dos compañías señaladas como principales responsables en la investigación, además de la propia BP. A otras se les adjudica menor implicación.
De acuerdo a BP, sus trabajadores y los de Transocean interpretaron mal los indicadores de alta presión en el pozo, que informaban que el estallido era inminente.
Otro error clave, según el informe, fue que “durante un período de 40 minutos, el personal de Transocean no reconoció y no actuó ante la entrada de hidrocarburos a la superficie del pozo”, lo que finalmente provocó la explosión.
El presidente saliente de BP, Tony Hayward, involucra en un comunicado también a Halliburton, cuando afirma que “hubo un mal trabajo de cementación del pozo, lo que llevó el hidrocarburo de la reserva a la cubierta de producción”, informó el diario español El País. “Hubo fallos en los procedimientos de control del pozo y en el sistema de prevención de explosiones, y el sistema contra el escape de gas y anti-incendios de la plataforma no funcionó correctamente”, añade Hayward.
Se estima que cerca de 4,9 millones de barriles de petróleo fueron vertidos en las aguas del Golfo de México y que sólo fueron recogidos 800.000 barriles.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos publicó otro estudio en el que advierte que los niveles de oxígeno bajaron 20% en las aguas contaminadas por el vertido de BP, informó la agencia de noticias EFE. Pero esa disminución de oxígeno en el agua está estabilizada y no es suficiente para crear las “zonas muertas” -donde el oxígeno no es suficiente para la vida- que algunos científicos pronosticaron, aseguró el jefe de estudios de pesca de la NOAA, Steve Murawski.
“Tenemos la determinación de aprender de esta lección para el futuro y vamos a llevar a cabo una revisión a gran escala para mejorar nuestros sistemas de seguridad”, dijo Bob Dudley, quien sustituirá en octubre a Hayward como responsable de BP. El grupo ecologista Greenpeace calificó el informe de “una aplastante letanía de errores humanos, incompetencia y fallos técnicos”.