La ex primera dama hondureña Xiomara Castro está de gira por la región en busca de respaldo para la “reconciliación en Honduras”, luego de que en 2009 un golpe de Estado derrocara a su esposo, el ex presidente Manuel Zelaya.
Castro llegó a Uruguay ayer luego de visitar Buenos Aires. En entrevista con la diaria, dijo que su objetivo es hacer “un llamado de atención” a la región. “Queremos vivir en paz, somos personas de paz. El mismo Frente Nacional de Resistencia Popular [FNRP] surge de un espíritu de paz, no de confrontación”, dijo en referencia al frente organizado contra la dictadura que se instaló en su país tras el derrocamiento de Zelaya.
La ex primera dama reclamó “el cumplimiento del acuerdo de Cartagena”, firmado en mayo por su marido y por el actual gobernante de Honduras, Porfirio Lobo, con el aval de Venezuela y Colombia. Gracias a ese compromiso, el ex mandatario pudo volver a su país junto con ella y sus allegados. Para lograr que se aplique por completo ese compromiso, Castro propone que “se establezca una comisión de seguimiento integrada por otros países”.
Alertó que “todavía hay incumplimiento” de ese acuerdo. Como ejemplo, mencionó el caso del ex ministro de Presidencia, Enrique Flores Lanza, quien fue detenido acusado por la Justicia de fraude y malversación de fondos públicos, por sospechas de que utilizó dinero del Estado para hacer propaganda sobre una consulta popular que pretendía abrir el paso a un referendo, que a su vez podría habilitar la reelección presidencial. El acuerdo establecía que el gobierno hondureño daría garantías “para el regreso en condiciones de seguridad y libertad a los ex funcionarios del gobierno” de Zelaya.
A Flores “le han pedido más de dos millones de dólares para poder defenderse en libertad”, dijo Castro. Para ella, eso no sólo viola el acuerdo de Cartagena, sino que va en contra “del propio Código Penal”, y señaló que Flores demostró “que no va a huir, sino que está ahí para poder limpiar su nombre y demostrar su inocencia”.
La ex primera dama también denunció “las violaciones de los derechos humanos que se han dado” en su país y los “asesinatos muy selectivos de dirigentes y familiares de la resistencia”. Recordó, como ejemplo, que hace menos de un mes fue asesinado Emo Sadloo, un militante muy cercano a Zelaya y a ella.
Castro pidió que se instale una oficina permanente de la relatoría especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que investigue los casos de violaciones a derechos fundamentales y que haga un seguimiento de la situación en Honduras.
Para volver a gobernar, los partidarios de Zelaya cuentan con el “brazo político” del FNRP, creado para competir en las elecciones. El domingo se supo que esta coalición de partidos y movimientos sociales se va a llamar Libertad y Refundación, y será abreviado como “Libre”. Inicialmente se iba a llamar Frente Amplio de Resistencia Popular, pero ya existe un Frente Amplio Político Electoral en Resistencia, y por lo tanto existía el riesgo de que el nombre no fuera aceptado por el Tribunal Supremo Electoral.
Castro explicó que para llegar con tiempo a inscribirse y evitar eventuales complicaciones, el Frente debe presentar las firmas para crear la fuerza política antes de fin de año.
Consultada sobre su eventual candidatura a la presidencia por Libre, en noviembre de 2013, dijo sentirse “halagada” por el apoyo popular, aunque aclaró que tiene “un compromiso muy grande, no importa la trinchera” en que le toque luchar. Además explicó que la decisión se tomará en las elecciones internas que celebrarán todos los partidos en noviembre de 2012, para las cuales deberán presentarse candidaturas en mayo. “No me toca a mí decidir” y de todas maneras “no sería yo la que tomara la iniciativa”, dijo.
Pero aseguró: “vamos a participar en las internas con movimientos que sean afines al FNRP y al partido, que a nosotros nos permitan someternos al proceso electoral”.