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Manifestantes chocan con fuerzas de seguridad, ayer, en la plaza Tahrir, en El Cairo (Egipto).

Foto: Efe, Mohamed Omar

Como decíamos ayer

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Ciudadanos egipcios continúan en lucha contra los abusos de poder de la Junta Militar.

Las palabras del presidente del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) de Egipto, Mohamed Husein Tantaui, que convocó ayer a un referendo, no convencieron a los miles de manifestantes que continúan en la Plaza Tahir. Reclaman el final de la junta militar y su sustitución por un régimen civil.

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El de ayer fue el primer discurso de Mohamed Tantaui desde que estallaron otra vez las manifestaciones en la Plaza Tahir, esta vez en contra de la junta militar que gobierna Egipto. El mariscal confirmó la fecha de las elecciones legislativas, previstas para el lunes, y fijó las presidenciales para antes de julio. Anunció que los integrantes de la junta están “dispuestos a entregar inmediatamente la responsabilidad, si el pueblo así lo dispone, en un referendo popular”. Sin embargo no dio más detalles al respecto y en cambio reiteró que ellos no ambicionan el poder.

El CSFA anunció también que aceptó la dimisión de los integrantes del Ejecutivo liderado por el primer ministro del país, Esam Sharaf, que “deberá seguir en funciones hasta la formación de un nuevo gobierno”, según explicó Tantaui.

Este anuncio se produjo justo después de que la junta militar y los partidos políticos acordaran, en una reunión entre las diferentes formaciones y el vicepresidente del CSFA, Sami Anan, la creación de un nuevo gobierno transitorio, al que calificaron como de “salvación nacional”.

Varios medios internacionales, citando a la prensa local egipcia, informaron que la junta ofreció al líder liberal y ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas (IAEA), Mohamed El Baradei, encabezar el nuevo gobierno. Según esas fuentes, El Baradei puso como condición mantener una total independencia con respecto a los poderes militares.

Las nuevas medidas siguen sin convencer a los miles de egipcios que permanecen en la Plaza Tahir y participan de manifestaciones en otras ciudades egipcias para pedir la renuncia de la junta militar y la transferencia inmediata del poder a una autoridad civil. Las palabras de Tantaui no satisfacieron a quienes protestan contra lo que consideran un abuso de poder por parte de la junta militar, que se constituyó en febrero, cuando fue derrocado el entonces presidente Hosni Mubarak.

Desde el fin de semana han muerto 33 civiles y hubo cerca de 2.000 heridos; las últimas informaciones de ayer hablaban de una fuerte represión de la Policía, que respondía con gases lacrimógenos y disparos con balas de goma. La agencia de noticias Mena informó que en Ismailiya, al este del país, las fuerzas de seguridad mataron a tres personas. Amr Gharbeia, una activista pro democracia, dijo a la cadena qatarí Al Jazeera que nada cambió con las palabras del gobernante. “Tantaui pasó el 90% del discurso hablando de lo bien que los militares están llevando el proceso de transición. No dijo nada sobre investigar la conducta militar en las calles”.

Los reclamos en las manifestaciones coinciden con el último informe de Amnistía Internacional sobre Egipto (“Promesas rotas: las autoridades militares egipcias socavan los derechos humanos”), en el cual se acusa a las autoridades militares de fuertes abusos contra la población que incluso “baten el récord de Hosni Mubarak”.

Philip Luther, director en funciones del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, dijo en la web de la organización que “al emplear tribunales militares, el CSFA ha seguido la tradición de gobernar en la forma represiva de la que tanto lucharon por librarse los manifestantes del 25 de enero”. Desde febrero han sido juzgados miles de civiles y reprimidas sus protestas. En agosto el CSFA admitió que unos 12.000 civiles habían sido juzgados por tribunales militares en todo el país y que al menos 13 habían sido condenados a muerte.

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