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Alma dos Santos, el “primer indignado”, regresa a la política de la mano de Jorge Saravia.

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El viernes 16 unos 150 militantes desbordaron la casa del ex diputado artiguense Guani Alma dos Santos. La noticia había corrido como reguero de pólvora: despúes de 16 años alejado del “infierno de la política” este abogado del Partido Nacional convocaba a una reunión para anunciar su regreso a la vida partidaria, esta vez a través del recién conformado Movimiento Almista Saravista, una iniciativa que conjuga la “utopía” de ayudar a los más necesitados mediante la política y la sintonía con el “futuro presidente” de los uruguayos, el senador nacionalista Jorge Saravia.

“Jorge es un gran dirigente, que estuvo en el Frente Amplio haciendo su aprendizaje pero que ahora regresó al Partido Nacional para llenar un vacío que existía desde Wilson Ferreira Aldunate. Él es un Wilson superado y, obviamente, tiene que ser candidato a la presidencia. Si no gana en esta [elección], gana en la próxima. Él es el hombre”, dijo ayer Dos Santos a la diaria.

Progresista, inteligente y nada menos que bisnieto del caudillo Aparicio Saravia. Esas son las señas de identidad que Dos Santos destaca del senador electo por el Espacio 609, que además “físicamente es idéntico a Aparicio”. La nueva agrupación política tendrá un comité ejecutivo de 50 miembros, básicamente “gente querida en el pueblo, obreros y militantes muy valiosos”, según explicó.

El ex diputado, que ocupó esa banca en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetii, encarará esta nueva etapa de una manera diferente, aunque dispuesto a aceptar “lo que la gente le parezca”. “Sí tengo claro que no quiero hablar mal de nadie. Estos años hice mucho reiki y me ha servido. Ojalá que Dios se apiade de los políticos que no van por el camino correcto y sólo están en esto para valerse del pueblo y progresar ellos económicamente. La política es una oportunidad para servir al prójimo”, sentenció.

Atrás quedarán episodios como su intervención en la plaza José Batlle y Ordóñez, en la campaña electoral de 1994, cuando cansado de la pirotecnia disparó: “Queridos amigos, no tiren bombas, no sean malos. Parece que son contrarios, que son adversarios míos los que tiran bombas para callarme”.

De aquellos años apenas tomará algunas cosas, que relaciona rápidamente con hitos políticos más recientes. “En España me conmovió mucho el movimiento de los indignados. Yo pienso que fui el primer indignado; cuando hace 20 años sacudía una botella de caña en una campaña muchos pensaban que era un tonto. Lo que quería decir con eso es que tenemos que sacudir al sistema”, aclaró el mentor del “almismo”, una corriente que él mismo define como “un sentimiento”.

Dos Santos considera que aquellas expresiones eran “la sacudida de un indignado”, de un “descreído del sistema capitalista salvaje que finalmente terminó cayendo”. “Cuando yo decía aquellas cosas en realidad me importaba un comino salir diputado o no, porque un diputado no cambia la suerte de un país”, agregó. En varias oportunidades, el líder de la lista 51 -que en la última segunda vuelta electoral prefirió votar a José Mujica, antes que a Luis Alberto Lacalle, con quien siempre estuvo enfrentado-, ha dicho que él es “hasta más frenteamplista que muchos frenteamplistas”. “Cuando los abogados frenteamplistas no se animaban a meterse con los poderosos de acá, yo agarré varios juicios y los gané casi todos, sin cobrarle un peso a la gente más pobre, eso es el almismo”, concluyó.

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