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En un comunicado el presidente José Mujica explicó la postura del gobierno de impedir el ingreso a puertos uruguayos de buques con bandera de las Islas Malvinas. “En Unasur y Mercosur reiteradamente hemos apoyado las reivindicaciones de Argentina en cuanto al archipiélago de las Malvinas. Ello implica, por el momento, considerar de hecho ese territorio como una posición colonial inglesa de nuestra América, y, en consecuencia, no puede reconocerse su bandera”, explicó.

El gobierno, según este documento, no autoriza el ingreso de naves militares inglesas con destino a las Malvinas “por razones de solidaridad libérrima con Argentina”. Mujica dejó en claro que, no obstante, “el gobierno uruguayo no compartirá nunca la idea de bloqueo marítimo o económico a los pobladores de Malvinas porque entiende que ello es nocivo, violatorio de derechos humanos y contrario a crear condiciones de negociación pacífica”.

También reivindicó que el turismo argentino aporta unos 1.500 millones de dólares anuales y aseguró que la inversión inmobiliaria de ese país es “la más importante inversión extranjera” para la industria de la construcción, en tanto que la inversión agrícola “significó la revolución de los granos y de la siembra directa, hoy primer renglón de la exportación”. “Cada vez que las relaciones con Argentina se agriaron, la economía y el trabajo se perjudicaron enormemente”, dijo.

Mujica, que llamó a recordar el “costo” para Uruguay del “puente cerrado” y de los “tratados recíprocos que hoy se están discutiendo”, advirtió que “puede percibirse en nuestro país cierta animosidad política opositora”. La calificó de “comprensible”, aunque “cuando por pegarle al gobierno, se siembra pasión antiargentina, chovinista, va, en los hechos, contra los más evidentes intereses de nuestra economía y contra el trabajo de miles de uruguayos”.

“El gobierno no vende soberanía, resuelve a favor del turismo, del trabajo de la construcción, del comercio bilateral, de la producción nacional y de la logística”, agregó.

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