La agenda incluye un traslado del Cristo Redentor de Río de Janeiro a la favela Ciudad de Dios, y de allí al Teatro Municipal, donde las autoridades esperan la concurrencia de unas 10.000 personas para recibir al “astro de la política internacional”, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El mandatario, que también fue definido como un “ícono” por el gobernador de Río de Janeiro, Sérgio Cabral, realizará el recorrido turístico el domingo. Cabral dijo que se eligió la favela Ciudad de Dios porque fue el escenario de la película del mismo nombre, en la que se “mostró mundialmente su lado negativo” y ahora es el momento de mostrar el “lado positivo”, en referencia a que el dominio de la favela fue recuperado por el estado gracias al trabajo de la Unidad Pacificadora de Policía.
Otra de las favelas candidatas para esta visita era la de Chapeu Mangueira, escenario de la película Orfeo Negro, que “fascinó” a la madre de Obama, según dice el mandatario en su autobiografía, recordó Cabral.
Se espera que tanto la visita a la favela como el discurso de Obama frente a Cinelândia, el Teatro Municipal, cuenten con presencia de público. Para eso la embajada estadounidense en Brasil la publicita a través de las redes sociales Facebook y Twitter, y en los canales TV Globo y TV Record. Obama llegará a Brasilia el sábado y se reunirá con la presidenta Dilma Rousseff, con quien espera cerrar unos diez acuerdos. El domingo viajará hasta Río de Janeiro, donde será recibido por las autoridades locales.
Pero no todos están tan contentos con la visita del mandatario. Varios movimientos sociales y organizaciones de izquierda anunciaron que preparan un acto público en repudio a Obama porque visita Brasil para “imponer la agenda del imperialismo en la región”. Entre estas organizaciones están la Central Única de Trabajadores, la Unión Nacional de Estudiantes y el Movimiento de los Sin Tierra. “Estados Unidos no nos ve como amigos, sino como una tierra para explotar, dominar y saquear, para dominar a los pueblos”, dijo la presidenta del Centro Brasileño de Solidaridad y Lucha Por La Paz, Socorro Gomes, en conferencia de prensa. Uno de los convocantes para las acciones contrarias a la visita de Obama, que fue declarado por varias organizaciones “persona non grata”, fue un miembro del gobernante Partido de los Trabajadores, Indalécio Wanderley Silva, quien es secretario del sector Movimientos Populares. Está previsto que durante un discurso de Obama estas organizaciones manifiesten en público el rechazo a su presencia, informó el diario Folha de São Paulo.
Se desconoce qué temas serán tratados en la reunión entre Rousseff y Obama, aunque se espera que la posibilidad de que Brasil compre aviones-caza estadounidenses esté sobre la mesa, así como la aspiración brasileña a ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Luego de Brasil, Obama visitará Chile y El Salvador. El principal asesor sobre América Latina en la Casa Blanca, Dan Restrepo, indicó ayer en conferencia de prensa que el viaje de Obama busca “restablecer el atractivo y la influencia de Estados Unidos” en América del Sur así como “subrayar la importancia de la región” para el mandatario.
Ben Rhodes, vocero el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, agregó que varios líderes latinoamericanos “vivieron políticamente del antinorteamericanismo en la región”, capitalizándolo “para hacer avanzar sus agendas, pero ahora ya no tienen tanto espacio, y eso es importante porque hace más fácil para otros países cooperar con Estados Unidos”.